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Fuentes Bibliográficas
Sociedad y Población Rural en la Formación de Chile Actual: La Ligua 1700-1850
 
Tercera parte: Población y mentalidad.
 
Capítulo III. La estructura de la población.

2. Estructura según el sexo.

La distribución de la población de La Ligua según el sexo podemos conocerla desde 175 5 en adelante. Las cifras absolutas y las tasas y relaciones de masculinidad a la fecha de los censos son las siguientes:

Cuadro N° 25
ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN DE LA LIGUA SEGÚN EL SEXO 1755-1865

Año
Población Femenina
Población Masculina
Total
Tasa de Masculinidad
Relación de Masculinidad
1755
172
197
369
53,4
114,5
1777*
(1.610)
(1.559)
(3.169)
(49,2)
(96,8)
1790
457
441
898
49,1
96,5
1813
975
822
1.797
45,7
84,3
1833
1.161
1.113
2.274
48,9
95,9
1843
1.364
1.282
2.646
48,5
94,1
1854
1.452
1.297
2.749
47,2
89,3
1865
1.982
1.715
3.697
46,4
86,5

*Comprende todo el curato.

Las cifras anteriores permiten constatar una tendencia decreciente del número de hombres en el total de la población que, de mayoritariamente masculina en los inicios de la fundación de la aldea, cambia en favor del sexo femenino ya a fines del siglo XVIII, acentuándose a lo largo de todo el siglo siguiente. Esta débil relación de masculinidad parece haber sido un rasgo propio solamente de la aldea ya que el departamento ofrece una realidad diferente. En efecto, en 1777 la relación de masculinidad era de 96,8 en el total de la población y durante el siglo XIX fluctuó entre 102 y 97 exceptuando 1813, dadas las características particulares del censo de ese año(20).

Un estudio más detallado del padrón de 1755 nos demuestra que la preponderancia masculina se hace sentir sobre todo en los grupos de más baja edad (0-4 y 5-9 años) y entre los mayores de 40 años. La pequeñez de las cifras explica sin duda las anomalías de su distribución, sujeta a un sinnúmero de fluctuaciones aleatorias conectadas a las condiciones de vida y a las actividades económicas mercantiles y mineras propias del período de fundación, además de un posible subregistro de la población masculina.

Los años que siguen a la fundación conocen un proceso de atracción de población masculina adulta al lugar, lo que explica la alta relación de masculinidad de estos efectivos en 1790 (grupo 20-29 en adelante y aun antes si sólo tenemos en cuenta los solteros)(21); es decir, la aldea atrae en sus comienzos a una población masculina, soltera y adulta.

La Tabla XV, en Anexos estadísticos, nos ofrece la relación de masculinidad distribuida por edades entre 1755 y 1854. Es interesante constatar que todavía en 1833 ésta es alta entre la población adulta, lo que muestra que el proceso de recepción de población del exterior no ha terminado, menos cuando las actividades mineras de la época son un foco incesante de atracción. Hay además otro fenómeno que merece ser tenido en cuenta. Las actividades mineras no se desarrollaban en las inmediaciones de La Ligua sino que a unos cuantos kilómetros al exterior de la ciudad, en medio de las serranías circundantes. Estas mismas concentraciones mineras darán origen a nuevas aldeas en la segunda mitad del siglo XIX. Pero hasta ese momento La Ligua aparece como centro obligado de los servicios que le están ligados y que conducían a la concentración de un elevado número de mujeres jóvenes para atender las demandas de los mineros. Así vemos que en 1833, no obstante la abundante población masculina adulta, la relación de masculinidad es muy baja en el grupo de solteros de 16-25 años.

En resumen: la incesante movilidad de la población masculina, determinada por el sistema laboral y por la actividad económica ligada a la minería de una parte, y la recepción de una población femenina vinculada sobre todo al servicio doméstico de otra, determinaron una relación irregular y variable de los sexos. Por último, una de las consecuencias inmediatas de este desequilibrio se constataría en la elevada proporción de ilegitimidad que caracterizó a La Ligua desde mediados del siglo XVIII.