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Fuentes Bibliográficas
Sociedad y Población Rural en la Formación de Chile Actual: La Ligua 1700-1850
 
Primera parte: El marco físico y social.
 
Capítulo IV. La Ciudad.

4. Distribución y conformación de la riqueza.

El análisis de las "fortunas" nos permite observar el claro predominio de los bienes agrícolas: tierras, viñas, productos agrícolas, herramientas de trabajo, implementos productivos (molino), ganado, etc., constituyen el fundamento de la riqueza. Aun en los casos en que el comercio es la actividad principal, una buena parte de los bienes que declaran como propios a su muerte los comerciantes corresponden al medio agrícola.

Los testamentos constituyen la mejor fuente hasta ahora conocida para evaluar la riqueza. Las personas que fallecen sin testar no lo hacen a causa de "la cortedad de los bienes" o simplemente "por no haber bienes". Numerosos testamentos nos muestran una cantidad mínima de pertenencias, que son legados a los herederos, cuando no han sido ya repartidos. A veces, ni siquiera cubren los gastos de la distribución de la herencia o de la sepultura y la mayoría no está afecta al impuesto que la grava(132). Los bienes dejados a sus herederos por Francisco Centeno luego de su muerte eran: un par de "espuelas" de plata, un bufete, un escaño, cuatro tablas de patagua y un mostrador. Su valor total era de $ 3:6(133). Rafaela Morgado declaró como bienes propios al momento de su muerte, para distribuirse entre sus herederos, un escaño, dos mesas de madera del país y una silla de paja. En vida había "dotado" a sus hijas con algunos animales, joyas y ropa de uso doméstico(134).

Las "dotes matrimoniales" -siempre declaradas con precisión en los testamentos- permiten conocer algo más de la riqueza familiar y doméstica. Ellas se aportan siempre, y cuando no sucede se especifica que: "no entramos ningunos bienes por ser pobres" o "ni uno ni otro llevamos ningunos bienes sino sólo la ropa ordinaria de su uso" o, en fin, "mi esposa llevó una cabra de vientre y yo dos cabras pequeñas de pie". Entre 260 casos observados, sólo el 12% de los matrimonios se constituyeron sin dotes; todos los otros aportaban algún bien constituido por tierras, animales (ovejas, caballos, cabras, bueyes, vacas, etc. ), dinero (cantidades que fluctúan entre $ 100 y $ 6.000), artículos de uso doméstico (platos, cucharas, pailas de cobre), muebles (taburetes, sillas, camas, etc. ), aparejos de montar, joyas, etc.

En esta sociedad, todo parece constituir un bien apreciable o digno de mencionarse como tal. El metal precioso (amonedado o labrado), los medios de transporte, los utensilios domésticos, los efectos de almacenamiento, las herramientas de metal. A veces, los elementos mínimos indispensables en la vida de cualquier persona constituyen bienes de inapreciable valor. La pobreza de la ciudad se refleja en cada uno de sus habitantes: unas cuantas sillas, un par de "petacas", una cama y algunos utensilios mínimos como tres o cuatro cucharas o algunos enseres domésticos constituyen la riqueza de la mayoría de ellos. Muy raramente los testamentos o inventarios de bienes nos muestran la presencia de artículos considerables como "suntuarios": ni un instrumento musical, ni un mueble de lujo, ni una pintura, ni un libro; a lo más armas (sables con empuñadura de valor), estampas de santos y crucifijos.

Los inventarios de bienes nos dan una imagen bastante completa de la "fortuna", pues contienen la referencia o la evaluación de todos los bienes muebles o inmuebles, pero son selectivos en la medida que corresponden a un restringido grupo de la sociedad(135). Nuestras fuentes nos han permitido analizar 29 descripciones y evaluaciones de bienes realizadas a la muerte de sus propietarios entre 1760 y 1840. Se trata de residentes de la ciudad, la mayoría de ellos propietarios de un "comercio". No hay pues en nuestro listado ni los grandes empresarios agrícolas o mineros -para nada conectados con la ciudad- ni la gran mayoría de los pobladores, cuya "cortedad de bienes" permitía arreglar fácilmente el reparto entre los herederos, sin intervención de la justicia.

La evaluación de los bienes entrega totales fluctuantes entre $ 250,6 y $ 7.181,7. Sin embargo, las deudas son a veces cuantiosas, como las de Francisco Albares cuyos bienes evaluados en $ 7.181,7 fueron rebajados en $ 2.996,2 1/2 que debía a sus proveedores de Santiago(136). El valor medio de estas "fortunas" no sobrepasaba los $ 2.000 a los cuales habría que descontar las deudas respectivas. Por otra parte, tratándose de comerciantes, un porcentaje elevado de sus haberes está representado por la existencia de mercaderías en la tienda o en las bodegas y por los créditos otorgados al consumidor, que figuran en los libros respectivos o que son reconocidos por los propios deudores.

Cuadro N° 4
COMPOSICIÓN DE LAS FORTUNAS LIGUANAS SEGÚN INVENTARIOS DE BIENES 1760-1840(137)

Composición de la fortuna
Número de inventarios
Valor de los bienes
% sobre el valor total
Ganadería
19
$6.879:2
33,8
Deudas
7
3840:0
18,9
Metales (arts. labrados)
21
3.367:1
16,5
Esclavos
3
1.650:0
8,1
Inmuebles y materiales de construcción
18
1.260:6
6,2
Mercadería
17
1.050:4
5,2
Ropa y enseres personales
28
1.016:2
5,0
Artículos de transporte
22
496:7
2,4
Productos agrícolas
28
191:4
0,9
Herramientas
18
176:4
0,9
Artículos de uso agrícola
29
106:2
0,5
Artículos de uso doméstico
29
96:1
0,5
Otros (dinero efectivo, armas, maderas, estampas, etc)
29
228:1
1,1
Total
--
$20.359,2
100,0

Los valores indicados en el cuadro anterior son los que dan los mismos inventarios. Ciertamente que la importancia de las cifras es discutible, pero creemos que el valor comparativo de los elementos que nos entrega constituye un factor de estudio y de análisis valedero.

Los porcentajes generales pueden esconder realidades individuales diferentes; sólo tres propietarios tenían esclavos, pero dado su elevado precio, aun siendo su número pequeño (eran ocho esclavos en total), representan un alto valor en porcentaje. Tampoco las deudas son uniformes: los deudores varían de un comerciante a otro según la importancia de su comercio, a pesar de que el crédito es la sola forma de venta. La importancia y la distribución de los inmuebles es también relativa, aun cuando se trata sólo de propiedades construidas en la aldea. Por último, el total de las fortunas puede no ser representativo del conjunto: cada caso, tomado en su expresión individual, difiere enormemente aunque sólo estudiados de este modo alcanzarían todo su significado.

El hecho de que las 29 fortunas inventariadas entre los años 1760 y 1840 no varíen durante 80 años, ni en la composición de la naturaleza de sus bienes ni en su magnitud, nos anima a realizar un análisis cronológico global de la riqueza que representan. Desde luego el fenómeno de la monotonía de sus componentes nos comienza a subrayar la inalterabilidad de la estructura económica del pueblo. Durante 80 años, las bases productivas y las formas de capitalización no varían en La Ligua.

Si agrupamos sectorialmente los rubros que componen las fortunas podemos precisar otros importantes rasgos económicos. Resulta clarísimo, por ejemplo, el peso relativo de los diferentes sectores que componen la riqueza local. Primero la ganadería con un 33,8% del total; se trata sin duda de una comunidad pastoril (véase Gráfico N° 1).En segundo lugar, en orden decreciente, pero bastante más atrás, el dinero con un 19, 3% de los bienes totales, aunque la mayoría de éste sólo está representado por deudas y compromisos de pago. Es posible que, finalmente, este dinero adeudado se haya pagado en especies, en bienes y en servicios, pero no en moneda. En otras palabras, hasta el año 1840 por lo menos, La Ligua sigue la tendencia característica de la época colonial en cuestiones monetarias: el dinero escritural representa entre el 80 y el 90% de la masa monetaria contable.

Viene luego, en un tercer lugar de importancia, la minería con el 19% de la riqueza local. Siendo La Ligua una región de producción minera, este rango llama la atención. Se explica, sin embargo, al recordar que se trata de una minería de muy modestos emplazamientos, inconstante en su explotación y de pobre tecnología y rendimiento.

GRÁFICO N° 1
COMPOSICIÓN SECTORIAL DE LA RIQUEZAEN LA LIGUA. 1760-1840

 

AGRICULTURA
3,9%
GANADERÍA
33,8%
COMERCIO
5,2%
INMUEBLES
6,2%
DINERO
19,3%
MINERÍA
19,0%
EQUIPAMIENTO
-
TRANSPORTE
4,5%
DOMÉSTICO
8,1 %
- -

FUENTE: VER CUADRO N° 4. PÁG. 66.-

El equipamiento doméstico abarca sólo el 8,1% de la riqueza liguana y está representado por muebles, adornos, ropa, armas, cuadros, etc. Tanto el porcentaje como la cifra neta son muy bajos. Como antes lo dijimos es una región pobe, de mobiliario diferente al de las casas de las grandes haciendas o de aquellas de Santiago y Valparaíso. Difícilmente los inventarios muestran objetos de plata, en forma de marcos de cuadros, bandejas y otros útiles de mesa, faltan también las telas importadas, los brocatos y alfombras.

Siguen luego los inmuebles, con un total del 6,2%, representados por el valor, muy modesto, de casas, tiendas, quintas, etc. Este porcentaje confirma lo ya dicho sobre el bajo valor de las propiedades urbanas.

En sexto lugar se ubica el comercio, con el 5,2% de la riqueza lugareña. Los inventarios de existencia en las pocas tiendas, o casas familiares dedicadas también al comercio, son pobrísimos y poco variados. Indudablemente este pequeño comercio está afectado por la proveeduría y comercio que se mantiene en el interior de las haciendas y en las minas. Además, el ambiente eminentemente pastoril, combinado con minería pobre y con magro equipo doméstico, no necesitaba de una apreciable variedad de objetos prefabricados para existir. Cuando un "artefacto" o herramienta especial se requería, se le fabricaba allí mismo, preferentemente de madera, cuero o barro; en menos oportunidades se le hacía de cobre o hierro. Así ocurre, por ejemplo, con los goznes de las puertas, los cerrojos, equipos de labranza y arriería, artículos de cocina y de mesa.

Dada la enorme significación que tiene la arriería en el lugar, viene luego el transporte, en orden de importancia, con el
4, 5 % de los bienes computados ocurre esto a pesar de que mulas, caballos y burros están considerados en el rubro ganadería. Luego el porcentaje está sólo formado por contenedores de cuero, arneces, petacas y otros propios del transporte.

Finalmente, en último lugar, se ubica la agricultura con el 3,9%. Está representada por pequeñal chacras, el valor de los árboles y cosechas y por el costo de los útiles de labranza; se trata de una agricultura preponderantemente de subsistencia. Quizás la agricultura y la minería son los sectores de más variaciones en el lapso observado, aunque no es posible estudiar estas alternativas a través de nuestros inventarios. En el caso de la agricultura el fenómeno también afectó a las grandes haciendas de la comarca y se explica por los períodos de auge y decadencia de la minería en la misma región en el resto del Norte Chico. Generalmente en años de abundante agua o de descubrimiento de nuevas vetas, los centros mineros concentraban una modestamente alta densidad de trabajadores. Entonces había mayor demanda de productos agrícolas y las pequeñas parcelas se cultivaban intensivamente. Cuando ello ocurría, el valor relativo de la agricultura, dentro de la riqueza regional, también aumentaba en porcentaje.