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Fuentes Bibliográficas
Sociedad y Población Rural en la Formación de Chile Actual: La Ligua 1700-1850
 
Primera parte: El marco físico y social.
 
Capítulo III. La doctrina de La Ligua.

4. De la doctrina al curato.

Nacida en el siglo XVI la doctrina se mantuvo vigente en la organización eclesiástica hasta mediados de la centuria siguiente, y si bien nominalmente no desapareció nunca, durante el siglo XVIII se sobrepuso a ella el curato.

Al perderse la relación directa que unía a la doctrina con las aglomeraciones o pueblos indígenas por la extinción de éstos, la Iglesia canalizó su acción a la satisfacción de las necesidades espirituales de una población más heterogénea y sobre todo más numerosa, que se fue distribuyendo a través de los extensos parajes asignados a cada doctrina.

La asignación de grandes territorios al cura doctrinero se justificó originalmente en la necesidad de vincularlo a una numerosa población indígena, pero cuando ésta se desintegró como resultado de los constantes traslados a que fueron sometidos en las diferentes propiedades del hacendado y a la pérdida de las tierras primitivamente asignadas a los aborígenes, la atención de la Iglesia se orientó a toda la población que quedaba en ese territorio y entonces se hizo evidente que la extensión era demasiado grande(35).

Las autoridades eclesiásticas comprendieron que la lejanía dificultaba su misión pues no sólo debían superarse largas distancias para cubrir el territorio parroquial, sino también desplazarse en todas las direcciones por la irregular ocupación del suelo y la gran dispersión de su población(36). La primera forma de superar esta dificultad consistió en mantener en torno a los nuevos focos de concentración de gente, capillas en las cuales los curas pudieran atender sus obligaciones en periódicas visitas que realizaban a esos lugares. Más adelante, estos lugares llegaron a ser viceparroquias, y en más de un caso, sedes de una nueva parroquia.

De la doctrina de La Ligua surgió un curato extenso e irregularmente poblado pero con una tradición catequística, una organización interna, una Iglesia parroquial y sobre todo, una renta que le permitirá subsistir a lo largo de los tres siglos coloniales, y organizar en torno a sí una nueva vida social a fines de ese mismo período.

El curato de La Ligua comprendía a comienzos del siglo XVIII más o menos el mismo territorio que la antigua doctrina; sin embargo al interior de éste, el foco de concentración de gente más importante se desplazó desde el Ingenio a la hacienda de Pullally, en las inmediaciones de la ruta que conectaba a Santiago con el norte del Reino, a 4 kilómetros de la costa, y sobre todo en torno a un fértil valle muy apto para la reproducción ganadera.

Recurriendo al mecanismo del desplazamiento de los indígenas que le estaban encomendados, los propietarios de Pullally concentraron en esa hacienda uno de los núcleos de población aborigen más importantes de Chile central.