ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

Fuentes Bibliográficas
Sociedad y Población Rural en la Formación de Chile Actual: La Ligua 1700-1850
 
Primera parte: El marco físico y social.
 
Capítulo I. El medio geográfico.

1. La geografía física de la región de La Ligua.

La actual ciudad de La Ligua se encuentra ubicada a 150 kilómetros al norte de Santiago, capital de la República de Chile, y a 85 kilómetros al noreste de la ciudad de San Felipe, capital de la provincia de San Felipe de Aconcagua en la V Región de Valparaíso, a la que pertenece según la actual organización administrativa del país. Está emplazada en una estrecha planicie rodeada de colinas, a 58 metros de altitud, en la ribera sur del curso del río del mismo nombre. Queda a 32 grados y 27' de latitud sur y 71 grados 16' de longitud. Hacia ella confluyen las actividades del fértil valle que atraviesa el río La Ligua desde sus orígenes montañosos hasta su desembocadura en el mar.

El río se forma en la precordillera por la unión de varios riachuelos (como el "Alicahue" y el "Chincolco") y se desplaza hacia el O. a través de riberas feraces y bien cultivadas que se benefician de sus aguas a lo largo de sus 110 kilómetros de recorrido, por lo que sólo llega al océano un pequeño hilo de agua, algo más caudaloso en invierno. Hacia el final de su curso se une al río Petorca que corre inmediatamente paralelo al norte, vaciándose ambos en la bahía de La Ligua. La hoya hidrográfica del río La Ligua es de 2.100 y su gasto medio se calcula en 4 de agua por segundo(1).

La aridez del medio y la ausencia de otros recursos hidráulicos explican la importancia del río en toda la vida local como lo demuestran numerosos testimonios privados y oficiales del pasado y de nuestros días(2)

La ciudad de La Ligua está situada entre dos altas montañas a la entrada del valle y a 15 kilómetros del mar. Al sur se abre una planicie árida y con algo de vegetación sólo en primavera. Sobre la falda de suave pendiente de un cerro de pequeña elevación que limita el valle en dirección sur, se trazó la planta de su fundación definitiva en 1789.

Los terrenos planos vecinos a la ciudad son muy reducidos, limitándose a no más de 100 sobre una extensión superior a los 1.500 que componían el área departamental, y distribuidos en las riberas del río y en las orillas de medianas quebradas que caen a la costa. El resto, son sólo serranías altas y peladas en la parte oriental y con una mínima vegetación al oeste. Las escasas lluvias que caen durante el año explican la aridez de casi toda la superficie y la ausencia de todo cultivo en ellas.

La pequeña extensión de los terrenos planos -y por ende cultivables-se compensa, sin embargo, con la riqueza del suelo y del subsuelo y el auxilio de los cursos de agua que se originan por las precipitaciones bajo forma de nieve y lluvia de la alta cordillera(3). El valle de La Ligua, al igual que el conjunto de valles transversales de la subregión de las serranías, posee un clima semiárido con vegetación xerófita-arbustiva y pastos anuales. Su suelo de origen aluvial presenta una sucesión de terrazas con espacios irrigados(4)

El régimen de temperaturas "cuyos valores mensuales promedios no descienden de 10 grados C., sin bajas térmicas que hagan detener la actividad vegetativa de las plantas"(5) favoreció igualmente las posibilidades agrícolas, ganaderas y mineras de la región. La aridez de los terrenos se atenúa en invierno como resultado del régimen de precipitaciones; éstas fluctúan entre 100 y 400 mm anuales y se concentran en 3 ó 4 meses. En los últimos cincuenta años alrededor de la mitad fueron semiáridos o semihúmedos(6).

Estas condiciones climáticas favorecieron el uso del suelo para cultivos agrícolas (cereales) y para la crianza de ganado (ovino y caprino), actividades que alcanzan una gran importancia local, aunque su volumen no pesa mayormente a nivel nacional(7).