Hubo todavía otra serie de fuentes que demostraron contener gran cantidad de datos factibles de utilizarse en el análisis demográfico, las que ayudaron a completar los vacíos del "fichero biográfico" en que se transformó nuestra ficha de familia (véase apéndice N° 2). Los dos grupos de colecciones documentales locales más útiles fueron: Colección Notarial y Colección judicial.

La primera nos permite reconstituir la serie de testamentos de una parte de los habitantes de La Ligua. Éstos se transformaron en un útil factor de corroboración de la reconstitución familiar iniciada con el registro parroquial. Los datos que nos entregaron fueron los siguientes: nombre; legitimidad; nombre, fecha del deceso y lugar de procedencia de los padres; número de hijos legítimos o ilegítimos y nombre de cada uno de ellos; número de hijos vivos y muertos y fecha de deceso de estos últimos y el estado matrimonial de las hijas con identificación del marido.

En la Colección judicial encontramos declaraciones de testimonios con la ocasión de procesos civiles o criminales que obligan al testigo a identificarse ante la autoridad competente. Estos datos, convenientemente fichados y seriados, nos permitieron recuperar la edad, el lugar de origen y el tiempo de residencia, la profesión y el estado matrimonial de todos los habitantes de La Ligua que intervinieron en algunos de los procesos celebrados en los diversos pueblos de la región. La serie de estos datos se complementó con los similares obtenidos en los juicios tramitados ante la Real Audiencia, durante el siglo XVIII.

En el Cuadro N° 10 hemos clasificado por períodos decenales el número de nacimientos recuperados a partir de cada una de las fuentes señaladas. La riqueza de ellas sin embargo, sobrepasa largamente la obtención de este dato, pudiendo ser utilizadas con evidente provecho en varios otros aspectos del análisis histórico.