Los comentarios anteriores constituyen tal vez el máximo aceptable que podemos obtener de nuestros cálculos y de las fuentes atingentes al análisis demográfico. La utilización de tales fuentes -no es redundancia repetirlo una vez más- nos impone desde el principio algunas condicionantes: imposibilidad de obtener resultados confiables en lo que toca a la mortalidad, inseguridad en el cálculo de algunas tasas demográficas, mediocridad general -aunque constante- de la mayor parte de los datos utilizados(52).

Las conclusiones que dejan entrever estos datos difieren, a veces de .manera categórica, de los resultados conocidos en el análisis de otras poblaciones antiguas; recordemos algunas de ellas:

-La soltería definitiva se sitúa más próxima al porcentaje máximo conocido para las poblaciones antiguas de Europa y supera largamente a la proporción calculada en el Québec colonial, pero es sensiblemente igual a la de otras sudamericanas de la misma época(53).

-Por otra parte, si la edad al matrimonio es similar a la de otras poblaciones no-europeas, los hombres -y sobre todo las mujeres- se casan mucho más temprano que en Europa: dos años más jóvenes los hombres y cuatro las mujeres(54).

-La fecundidad presenta rasgos particulares: si la comparamos con la europea ella se sitúa al nivel más elevado, correspondiente a algunas parroquias del norte y del noroeste francés(55). La fecundidad de las mujeres liguanas sigue muy de cerca las magnitudes conocidas para América del Norte, aunque algo más atenuadas que en el ejemplo de los Hutteritas(56). Por desgracia no conocemos otros resultados para sociedades sudamericanas antiguas; los comportamientos contemporáneos (posteriores a 1950) de estas mismas poblaciones se mantienen a niveles de casi la mitad de los obtenidos en La Ligua. La comparación con las tasas de fecundidad de la población chilena en el quinquenio 1955-1959 (véase el Gráfico N° 33), muestra nítidamente la diferencia y la presunta evolución de este comportamiento demográfico(57).

-La ilegitimidad confirma una "realidad" sudamericana ya esbozada. El porcentaje total de bautismos de hijos ilegítimos corresponde a los mismos niveles conocidos para México, Brasil y Argentina. Estos niveles pueden ser hasta diez veces superiores a los estimados en las poblaciones europeas antiguas, aunque la diferencia tiende a atenuarse a medida que la ilegitimidad se acentúa en Europa a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. El análisis de las concepciones prenupciales (otra forma de aproximarse al estudio de la ilegitimidad), muestra también una profunda diferencia con las poblaciones europeas antiguas, siendo la mitad de las encontradas en La Ligua(58).-

La edad de la mujer al último nacimiento ofrece también un rasgo particular. Las mujeres liguanas tienen su último hijo entre 12 y 15 meses más jóvenes que las europeas del siglo XVIII(59) y la proporción de esterilidad según la edad es tres veces y media más elevada en La Ligua que en 12 casos europeos analizados por Scott Smith a la edad de 25 años y dos veces y media más elevada a 35 años. ¿Cuántos elementos ligados a las condiciones de vida en que se desenvolvió la población están en la base de esta realidad? He ahí una tarea apasionante para la demografía histórica.

-En fin, los pocos resultados que nos permiten obtener nuestros datos sobre el espaciamiento o distribución de los nacimientos a lo largo de la vida conyugal (los intervalos) posibilitan constatar una similitud con los conocidos para algunas parroquias de la Europa del Antiguo Régimen. El intervalo medio del segundo nacimiento es el mismo en La Ligua (21,9 meses) que en 26 casos europeos. En cambio, el penúltimo y el último intervalo son más breves en La Ligua que en Europa: dos meses y medio menos en el penúltimo (27,1 en La Ligua contra 29,5 en 23 casos europeos) y un poco menos en el último (33 entre las familias de tipo MMF-1 y MF-2 de La Ligua contra 35,2 en 24 casos europeos)(60).

Gráfico N° 33

La incertidumbre con que la calidad de los datos cubre nuestras conclusiones, no anula sin embargo la magnitud esbozada de algunos fenómenos y la seriedad de la aproximación al conocimiento de todo el proceso demográfico. La ausencia casi total de estudios similares en poblaciones no europeas nos impide ir más lejos en las comparaciones, pero ello mismo justifica los resultados que aquí presentamos.