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Fuentes Bibliográficas
Sociedad y Población Rural en la Formación de Chile Actual: La Ligua 1700-1850
 
Tercera parte: Población y mentalidad.
 
Capítulo I. Evolución de la población total.

Evolución de la población total.

No resulta fácil examinar de manera exacta el crecimiento de la población ni sus componentes. Las evaluaciones que contienen las fuentes estudiadas son inseguras y a veces, incluso, contradictorias. Es imposible aislar el sector presuntamente urbano del total de la población. Además, tanto la célula administrativa religiosa (parroquia-doctrina-curato), como política (jurisdicción-partido-departamento), englobaron un territorio muy variable a lo largo del período estudiado por lo que es casi imposible la comparación de las cifras conocidas.Los censos del siglo XIX contienen datos administrativos más precisos, pero adolecen de serios vicios de registro con márgenes de omisión que falsean toda comparación temporal. La Tabla i del Anexo estadístico ofrece todas las estimaciones conocidas entre 1755 y 1970. Ellas testimonian un aumento constante a lo largo del siglo XVIII: la aldea solamente, habría triplicado su población entre 1755 y 1790. El curato por su parte conoció un crecimiento del 2,2% anual entre 1767 y 1777, ambos años objeto de un recuento de las "almas de confesión"(1).

En 1813 la población de la ciudad de La Ligua era de 1.797 habitantes de acuerdo al censo levantado ese mismo año, y la del Departamento (aproximadamente el mismo territorio de la antigua doctrina o curato) de 7.671(2). El incremento de la población urbana habría sido de 6,5% anual entre 1790 y 1813. El estudio del aumento es más seguro en la primera mitad del siglo XIX.

El Cuadro N° 22 nos muestra el proceso de crecimiento ininterrumpido que conoció La Ligua, tanto la población de la aldea como la del departamento, a lo largo de la primera mitad del siglo XIX con una tasa del 1,2%. El crecimiento de la aldea siguió un ritmo similar al del Departamento, pasando de 1.797 habitantes en 1813 a 3.340 en 1865. Aun cuando la tasa fue ligeramente menor que en todo el Departamento, ella concentró cerca de la cuarta parte del total departamental a lo largo de todo el período 1813-1865 . El crecimiento representó también una mejor ocupación del espacio, ya que la densidad que era de no más de 2 hab./ en 1840 pasó a 8,4 en 1854 y a 10,4 en 1865(4).

Cuadro N° 22
CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN DE LA CIUDADY DEL DEPARTAMENTO DE LA LIGUA. 1813-1865(3)

Año del censo

Población de la ciudad
N°s absolutos

% crec.
Id. del departamento N°s absolutos
% crec.
1813
1.797
-
7.671
-
1833
2.274
1,17
8.640
0,60
1843
2.646
1,51
10.587
2,01
1854
2.749
0,38
11.999
2,52
1965
3.697
2,67
14.833
1,92

La medición de la frecuencia de algunos actos vitales a través de las respectivas tasas no parece imposible de calcular a causa de la dificultad de establecer una correlación adecuada entre el número real de esos eventos y la población media en la misma fecha. Las cifras censales distribuidas por departamento, no corresponden al territorio parroquial en su totalidad(4). Por otra parte, la vieja costumbre de dirigirse a la parroquia más cercana al domicilio-correspondiera o no su jurisdicción parroquial-para inscribir el nacimiento o la defunción o para celebrar el matrimonio, se mantuvo a lo largo de todo el siglo XIX. Las propias cifras de población son inseguras y sólo permiten algunas gruesas comparaciones. Basta pensar, por último, en el margen de 25 a 30 por ciento de subregistro de nacimientos que hemos establecido, para invalidar todo el cálculo(5).

El subregistro censal impide el uso de las cifras brutas en este tipo de análisis. Por ejemplo, para el siglo XVIII disponemos de dos evaluaciones de la población total de la doctrina de La Ligua: 2.529 habitantes en 1767 y 3.169 en 1777. Si tomamos un promedio de bautizos de los tres años que encierran el cálculo de la población la tasa de natalidad sería del 32,4 por mil (o del 41,2 agregando el 27% de subregistros), en 1767 y del 20,2 (o del 25,2 con el subregistro) en 1777. Estas cifras son, a todas luces, inverosímiles. Los resultados para las tasas de nupcialidad y de mortalidad son también inaceptables. Los datos conocidos para la primera mitad del siglo XIX no son más alentadores. Tales resultados nos han hecho abandonar este método tradicional para medir las tasas, recurriendo, en cambio, a un procedimiento indirecto, aunque más seguro, que examinaremos más adelante.