ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

La Aurora de Chile
Número 18. Jueves, 11 de Junio de 1812. Tomo I.
Extracto del "Satélite del Peruano". Consideraciones generales en torno a "El Peruano" y al "Satélite del Peruano", ambos publicados en Lima, y a la situación en que aparece este último.

Si tan justamente se ha reputado en todas las naciones cultas como el empeño más honorífico y digno del hombre sabio fomentar los papeles públicos, ¿con cuánta mayor razón deberá hoy crecer entre nosotros este empeño; hoy que nos miramos restituidos a nuestros augustos derechos de hablar y escribir como hombres libres? Tiempo ha que deseábamos concurrir con nuestras débiles luces a la ilustración de la patria por medio de un periódico; mas este deseo se nos ha postergado por el estado lastimoso de nuestras imprentas.

Entretanto vimos aparecer El Peruano en medio de las densas nieblas que oscurecían negramente la atmósfera civil de este reino; vimos que cual astro luminoso y radiante iba disipándolas poco a poco, introduciendo la benigna y agradable luz de la libertad, de la firmeza, de la despreocupación y de los pensamientos útiles y liberales. Al fin, después de cinco meses que ha sido combatido por los espesos nublados de la contradicción, del despotismo y de la envidia, El Peruano se halla ya fijo en nuestro horizonte; y a beneficio de su viva luz y de su constante influencia hemos divisado a lo menos los horribles precipicios adonde miserablemente nos iba a precipitar nuestra obscuridad antigua.

A pesar del odio, de la envidia, de la calumnia, de la desesperación, y de toda suerte de persecuciones con que algunos fanáticos, que echan [de] menos el antiguo despotismo con que se han nutrido, quisieron y quieren aún eludir el establecimiento del Peruano; él, no obstante, patentizando al público la falacia y ruda insensatez de sus enemigos, haciéndonos conocer que estos sólo son los dignos hijos de Godoy, en cuyo asilo se han atrincherado, como en último refugio, la tiranía y barbarie expirantes; él, en fin, como trazado sobre las bases de la recta razón, y regido por el más sabio y bondadoso de nuestros americanos [17], y por el más despreocupado, firme e ilustrado de nuestros españoles, tienta los medios de desempeñar dignamente todo cuanto debe constituirlo en el ser del primer periódico en la era de la naciente libertad del Perú.

El Peruano es la estrella fija en que debe clavar los ojos de su esperanza todo ciudadano que quiera gozar las dulzuras de una constitución sancionada por el voto universal y contentamiento de todos los pueblos. Ella anuncia la felicidad e ilustración del Perú, si no desmayan los hombres sabios en sostener, y aumentar cada día su claridad y brillantez. Sus grandes ideas, burladas solamente por esos fatuos panegiristas de solo lo que entienden, y crueles opositores de cuanto proporciona luces y conocimientos a nuestros compatriotas, (como si fuesen destinados a ser eternamente esclavos embrutecidos) son los rayos luminosos que alegran hoy el ámbito de nuestra amada patria, haciéndonos prorrumpir en los más puros encomios y bendiciones a sus intrépidos editores y a cuantos lo sostienen.

Nosotros, ya que no tuvimos la gloria de haber sido compañeros de estos primeros héroes cívicos, a lo menos queremos ayudarles e imitarlos cuanto  nos sea dable, con el fin de aumentar esa luz de que tanto necesitan nuestros conciudadanos para aprender la gran ciencia de sus imprescriptibles y sacratísimos derechos; esa ciencia, la más digna del hombre, que por un cúmulo de desgracias para siempre lamentables, en ninguna parte del globo ha sido más desatendida e ignorada que en nuestro suelo.

He aquí el plan y objeto del presente periódico que sale hoy a luz por primera vez, y saldrá en la misma forma todos los meses con el nombre de Satélite del Peruano. En la esfera planetaria los astros de primera magnitud tienen sus satélites, y El Peruano, que en nuestra esfera política es el primero, debe tener el suyo. Honor nuestro es seguir sus huellas, y caminar por la gloriosa senda que él nos ha abierto con mano impertérrita.

Nuestro plan es el más liberal. Por ahora nos contraeremos con especialidad a dos puntos esencialísimos de instrucción pública, que son la Historia y la Política; y por esto es que damos también a nuestro periódico el sobrenombre de Redacción política, liberal e instructiva. Bajo el primero entendemos solo la historia de nuestra edad presente. Queremos que nuestros conciudadanos todos, desde el más elevado hasta el más ínfimo, estén perfectamente instruidos de cuanto pasa hoy en el mundo, para que no vivan, como hasta aquí, de simples autómatas; queremos con especialidad que no ignoren ni un ápice de la historia presente de España y de toda la América; queremos, al mismo tiempo, que formen ideas exactas, imparciales y verdaderas de todos los hechos; y así nos dedicaremos a entresacar de cuantas obras se impriman en Europa y América los papeles más análogos a nuestro intento, y que lleven el sello de la filosofía y aprobación universal, comparándolos con el más rígido criterio.

La historia presente, y los hechos que la van continuando, tienen un enlace íntimo con el principio de la revolución de España desde el cautiverio del deseado Fernando; por esto nos es preciso tomar el hilo desde esa época, aunque atrasada, y por eso también presentamos en este primer número el primer cuadro de la revolución de España, que comprende desde la prisión del rey hasta la instalación del antiguo Consejo de Regencia. Pasados dos o tres números ya nos pondremos con el día, habremos antepuesto, y digamos así, los andamios de nuestra historia, para seguir paso a paso todos los sucesos más recientes que se presentaren a nuestros ojos. A nadie le sea lícito ignorar que el engrandecimiento futuro de nuestra América depende esencialmente de la actual revolución de España; y que roto el equilibrio de las potencias de la Europa por el tirano, (siguiendo la regla universal de física y política, de que las naciones crecen en razón de las masas y de las distancias) es en nuestra cara patria donde se va a fijar el imperio de la razón, de la felicidad y de la filosofía, si todos contribuimos por nuestra parte a este fin grandioso, iluminando nuestros espíritus y rectificando nuestros corazones para estar prevenidos contra cualquier ataque extranjero y contra la anarquía.

Bajo el otro punto de nuestro periódico que es la política, comprenderemos en cada número algunos rasgos sacados de los mejores autores antiguos, o escritores del día que sean relativos a nuestros actuales intereses. Haremos estudio particular en comunicar al público, aunque sea compendiosamente, todas las nociones de que por falta del estudio del derecho público carece la mayor parte de nuestros compatriotas; en fin, nuestro periódico se encarga muy especialmente de formar ciudadanos instruidos en todo aquello que es necesario para formar un publicista. El primer estudio del hombre debe ser el hombre mismo, tanto en lo moral, como en lo físico y político. ¿Qué estudio más digno del hombre que el que le enseña lo que se debe a sí mismo, lo que debe a la sociedad, en cuyo seno vive, y lo que debe a sus magistrados, y jefes?, ¿Qué ciencia más ventajosa que la que le hace conocer al hombre la dignidad de los derechos que posee, dentro de sí mismo?

(Se Continuará [18]).

_________________________________________

[17]

Cephalio.
Volver

[18] Pese a esta advertencia, este texto no continua en las ediciones posteriores (N del E).
Volver