A la margen del Rímac [8] tu luminoso genio
hacía amar las letras, y excitaba el ingenio,
Cephalio [9], caro amigo, amado de las musas.
¡Siguiese yo tus huellas a orillas del Mapocho! [10].
Los talentos de Chile yo te oí que aplaudías,
pero su sueño y ocio sempiterno sentías.

Nuestra juventud hábil, graciosa y bien dispuesta
conserva aún tristemente en inacción funesta
el ánimo sublime. Ya la época presente
la llama a grandes cosas, e iluminar su mente.
Ella es del patrio suelo la flor y la esperanza:
ha de hacerlo dicho y salvar sus derechos.
¡El fuego que me anima prestará ya a sus pechos!

No hay libertades sin luces, no hay acierto, no hay leyes.
Bajo el pendón sombrío de errores inhumanos,
víctimas de sí mismos, y de oscuros tiranos
viven, y no se quejan los pueblos orientales.
¡Del error virtud rara adormecer los males!
¿De sociales principios conservaban memoria
los siglos, que de hierro ha llamado la historia?

¡Época desastrosa de absurdos y violencias!
Progresos sucesivos en las útiles ciencias
sacaron a la Europa de aquel caos profundo
de errores y de males en que yacía el mundo.
Empero algunos pueblos, quedaron en el caos
tranquilos en sus males, desnudos, y oprimidos,
y fueron subyugados por los más instruidos.

¡Que cuadro tan hermoso se ofrece aquí a la mente!
Ya renacen las letras venidas del oriente;
las musas fugitivas aportan a la Italia.
¡Oh magníficos Medicis! ¡Cuanto os deben los hombres!
Aunque no están al lado de vuestros grandes nombres.
Los pasmosos inventos de la filosofía;
preparasteis la aurora de la sabiduría.

Las musas embellecen de las letras la infancia.
¡Quién pudiera del genio seguir la marcha augusta
y de sus beneficios dar una idea justa!
Ve Urania [11] ser la tierra uno de los planetas
los réditos predice de los tardos cometas;
y al fin de sus fatigas por preceptos muy fieles
con rara certidumbre dirige los bajeles.

Aumentan nuestro esfuerzo máquinas ingeniosas;
nos ahorra el agua y fuego fatigas laboriosas.
O cuán rica aparece, y con cuanta belleza,
ordenada de trofeos de la naturaleza
la química, alta gloria de la época presente [12]
ya rompe el denso velo, que los seres encubre,
y el reino de los gases en el éter descubre.

Sujeta a nuestros usos incógnitas sustancias;
nos asombra, y promueve la salud y exterminio.
Empero de las ciencias al plácido dominio
me arrebata la idea en las alas del genio;
este es el dulce asilo del juicio y del ingenio.
Venid, y contemplemos sus sublimes delicias.
Mirad aquel anciano filósofo profundo
observar encantado las rarezas del mundo.

Sus libros son los campos, las rocas, las orillas,
y aún dentro de la tierra encuentra maravillas.
Sumérgese en las aguas, y verdades descubre
más preciosas que cuanto el mar avaro encubre
le revela Botanice, más bella que las flores,
del pueblo de las plantas los fecundos amores [13].
Piedras, conchas, y tierras, y cristalizaciones,
los metales, las sales, y petrificaciones

le muestran de los seres la constante obediencia
al fin y leyes simples de la alta inteligencia.
Ved aquel refiriendo a atónitos humanos
de la madre natura la historia y los arcanos.
El sabe que los montes son obra de los mares [14].
Aquel otro contempla con inefable gusto
los meteoros de fuego, que nos llenan de susto.

El quitó el rayo al cielo, y el cetro a los tiranos [15].
Aquel en los Anales ve las revoluciones,
que hicieron por ser libres, y ricas las naciones.
El ve, que lo lograron, y fueron florecientes
si hallaron en su seno talentos eminentes;
si fueron sostenidas en sus vicisitudes
por el noble amor patrio, y las demás virtudes.

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[8]	Río de Lima. Volver
[9]	Nombre célebre en el Mercurio Peruano. Volver
[10]	Río de Santiago de Chile. Volver
[11]	Musa de las ciencias matemáticas. Volver
[12]	Los progresos de la química en los tiempos modernos hacen mirarla como una ciencia nueva. Volver
[13]	El método sexual de Lineo. Volver
[14]	La teoría de la tierra de Buffon. Volver
[15]	Franklin. Volver