ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

Documentos
Capítulo IV. La Junta Ejecutiva.
Lucha Electoral. Circular Anunciando que el Partido Entrará en la Próxima. Contestación de la Junta de San Felipe.

Santiago, 1º de enero de 1884.

Señor:

La circunstancia de renovarse el año, nos proporciona la oportunidad de enviar a nuestros amigos de la República, entre los cuales ocupa Ud. un lugar distinguido, el saludo cordial del correligionario y la expresión de nuestros sinceros deseos por la felicidad personal de cada uno, y porque imperen de nuevo la tranquilidad y la justicia en el orden social, religioso y político del país.

Pero, es justo y necesario que digamos también que sólo podemos aspirar al restablecimiento del imperio del orden social y de la libertad religiosa y política, si sabemos perseverar en la misión que nos hemos impuesto todos, de abnegada y enérgica defensa de nuestros Nobles intereses y derechos como creyentes y como ciudadanos.

No necesitamos recordar los insultos con que el Gobierno ha correspondido a la abnegación y heroico patriotismo de los chilenos, hiriéndolos en lo más caro para sus almas, la fe que les inspira el cumplimiento del deber y la elevada misión a que se sienten llamados; porque todavía no se detiene en la mano de los perseguidores el hacha demoledora y el petróleo que arrasa. Al iniciarse el nuevo año de 1884, podemos contemplar todavía empeñados a los hombres que gobiernan en la nefanda tarea de derribar, entre carcajadas y juramentos, la obra semisecular del sano patriotismo y del preclaro talento de los que nos dieron con la vida de la libertad y de la autonomía nacional, la vida del orden, de la paz y del progreso que nos ha enorgullecido.

La ley de cementerios, profanación de las tumbas sagradas de nuestros padres, empezó la tarea, y va a coronarla la profanación del hogar postrado ante todos los delirios del paganismo, con el matrimonio civil.

Es digno de notarse que en el año que acaba de pasar, las autoridades civiles de este país hicieron lujo del abandono más completo de las leyes morales que rigen las sociedades cristianas. Aparte de esas dos iniquidades contra las cenizas de nuestros mayores y la cuna de nuestros hijos, vinieron, entre muchas otras, el reconocimiento del suicidio como un hecho digno, no del castigo que por su tentativa establece el Código Penal, sino del respeto de los funcionarios administrativos y judiciales; la violación de la propiedad en la forma de arrebatar los cementerios pertenecientes a la Iglesia como único dueño y señor; el desconocimiento del derecho de petición que consagra el inciso 6° del artículo 12 de la Constitución, hecho desvergonzadamente por el Presidente de la República con motivo de la solicitud de más de veintisiete mil católicos de Valparaíso; la persecución a los cadáveres de los católicos emprendida por la policía; el extrañamiento del Delegado Apostólico, con violación de las inmunidades que corresponden a un elevado dignatario diplomático y de las garantías constitucionales que aseguran la libre y pacífica residencia a los habitantes del país.

Vendrán todavía nuevos atentados, si no en hay nuestra actitud toda la decisión que requieren circunstancias tan anormales y tristes como las que atravesamos.

Cábenos sin embargo la noble satisfacción de anunciar a nuestros amigos de todo el país que hay en nosotros el propósito decidido, abierto, sin reticencias, de ir a la batalla de frente, la levantada visera y en persecución de dos santos y generosos fines: la consagración y respeto de nuestros derechos y nuestras libertades de católicos; la consagración y respeto de nuestros derechos y nuestras libertades de ciudadanos.

A la sombra de nuestra bandera tendrán cabida cuantos suspiren por restablecer en este país, tan digno de mejor suerte, el régimen legal; cuantos suspiren por levantar la enseña de nuestro país de la vergüenza en que la postran el despotismo y el rebajamiento moral que se han adueñado de su dirección.

Las luchas políticas de los últimos años han probado dónde está el verdadero espíritu de libertad, dónde los hombres que sólo han fingido servirla para humillarla o para arrastrar entre cadenas y por el lodo la conciencia de la mayoría de sus conciudadanos; dónde están los que hicieron ludibrio de la libertad electoral falsificando elecciones y haciendo surgir representantes del pueblo desde la hoguera en que se quemaron los registros, y los que arrojaron al viento los despojos de las incompatibilidades parlamentarias, precisamente porque estas y aquellas tendían a excluirlos del Congreso en que sirven al Gobierno, o de los empleos en que reciben el estipendio de sus servicios.

Así deslindadas las responsabilidades de lo que actualmente avergüenza a este país, es como hemos resuelto iniciar la tarea de la reacción salvadora. En ella nos acompañarán cuantos han cooperado tan noblemente hasta ahora a nuestra acción; todos los que, como Ud., han adherido al principio de que la misión de los Gobiernos es limitada al mandato constitucional, y de ninguna manera arma de persecución odiosa o de atentados sangrientos.

La talla del Congreso actual ha permitido juzgar que no cabe dentro del régimen que impera sino la acción de los pigmeos, y que a su torpe sumisión a los dictados del grande elector, es necesario oponer la voluntad del país y la voz de sus verdaderos representantes.

¡Que el año de 1884 reserve para el porvenir de Chile la era de la reacción que ha de restablecer el brillo de su estrella!

Pero, repetimos, eso no puede suceder sino al precio de nuestro esfuerzo constante, de todos los momentos, y nos es honroso anunciar al país entero que eso es precisamente lo que nos proponemos, y que para conseguirlo esperamos contar con la voluntad decidida de los que hasta aquí nos han acompañado.

Entretanto, permítanos Ud. que le repitamos con nuestro afectuoso saludo de año nuevo, la expresión del distinguido aprecio con que nos es grato ofrecernos de Ud. siempre afectísimos y SS. SS. Matías Ovalle.- Miguel Cruchaga.- Antonio Subercaseaux.- Carlos Walker Martínez.- Carlos Irarrázaval.- Ramón Ricardo Rozas.

***

JUNTA EJECUTIVA DE SAN FELIPE

Enero 10 de 1884.

Señores:

Con grata complacencia hemos recibido vuestro cordial saludo de año nuevo y la verídica y entusiasta circular de 1º del corriente.

El proceder interno de nuestros gobernantes en el año 83, será siempre el horror discordante en las hermosas páginas de la historia de Chile.

Hacemos votos para que la Divina Providencia purifique la pesada atmósfera que asfixia a toda libertad, para que nuestra labor de regeneración coseche abundantes frutos en el año que empieza.

Reiterando a ustedes nuestro afectuoso saludo y alto aprecio, nos ofrecemos sus atentos servidores. Lorenzo Beytía. Manuel C. Mardones. Benjamín de Parrasia.

A los señores miembros de la Junta Ejecutiva de Santiago.