(Documentos oficiales que completan el cuadro de la manifestación católica de Valparaíso).

El Mercurio del 5 de Setiembre dice lo siguiente en la crónica:

"REGIMIENTO CÍVICO DE ARTILLERÍA. Tenemos encargo de citar a los siguientes oficiales para mañana a las 8. 30 P. M. en el cuartel de dicho cuerpo, por tener que tratar de asuntos importantes: Sargentos Mayores, don Alberto Prieto Z. y don José Manuel Saldivia; Capitán ayudante, don Eduardo Sánchez; Capitanes, don Carlos Prieto Z., don Alfredo Torres, don Ramón Valverde y don Alberto del Solar; Tenientes, don Pedro Wilson y don Félix Olivero; Alféreces, don Guillermo Urmeneta P., don Manuel Urquiza, don Ángel Gacitúa, don José Miguel Rodríguez C., don Antonio Vidal, don Ricardo Lemm, don Carlos Cifuentes y don Agustín 2° Solari, Alférez portaestandarte, don Bolívar Espinosa.”

¿Sería para darles caramelo, o para darles instrucciones convenientes para las circunstancias?

La Patria del 7 dice lo que sigue:

“A las clases y soldados del Regimiento cívico de Artillería de este puerto avisamos que si quieren ser indultados de todas las faltas en que han incurrido por sus inasistencias, se presenten a las doce del día de mañana a la revista a que serán llamados. Tenemos motivos para juzgar que el nuevo jefe, coronel Muñoz, está dispuesto a echar al fuego las listas del pasado, siempre que los falleros asistan en lo sucesivo al cuartel y prometan la enmienda respectiva.

¡Qué diablos! Es lo menos que puede hacer un jefe como el coronel Muñoz.”

El Mercurio de igual fecha registra el siguiente párrafo de crónica:

ARTILLERÍA CÍVICA. Publicamos enseguida la orden de indulto general que se ha expedido:

De orden del señor Coronel Comandante del Regimiento Cívico de Artillería, se previene a las clases y tropa del expresado regimiento que serán indultadas las faltas de asistencia en que hayan incurrido si se presentan el domingo 9 del corriente al toque de llamada.

Se cita así mismo a las clases y soldados que pertenecieron a los extinguidos Batallón Naval y Regimiento Valparaíso, previniéndoles que en caso de no presentarse se tomarán las medidas que la Constitución y Reglamento de la Guardia Nacional prescribe; ADVIRTIÉNDOSE QUE NO HAY MÁS EXENTOS DEL SERVICIO QUE LAS PERSONAS INDICADAS EN EL DECRETO SUPREMO DE 8 DE NOVIEMBRE DE 1869, Y QUE POR CONSIGUIENTE NI LOS EMPLEADOS DE LA MAESTRANZA DEL FERROCARRIL, NI LOS JORNALEROS DE ADUANA ESTÁN EXONERADOS DE DICHA ASISTENCIA. El Ayudante.”

La Patria del 8 publica el siguiente bando, fechado en 7 de Setiembre, es decir, la misma fecha de la anterior orden de indulto:

“GUARDIA NACIONAL. Hoy se publicará el siguiente bando, cuya lectura interesa a todo ciudadano a que él se refiere:

Eulogio Altamirano, Intendente, Comandante General de Armas de la provincia y Comandante General de Marina. Por cuanto el Supremo Gobierno, por resolución de 26 de Setiembre de 1882, sobre reorganización de la Guardia Nacional, ordena se proceda en Valparaíso a la formación del Regimiento cívico de Artillería, el cual hasta la fecha no se encuentra con el número de plazas que se le asigna, decreto: Todo individuo perteneciente al expresado Regimiento y los que en la actualidad no reconocen cuerpo, deberán presentarse el domingo 9 del corriente, a las 9 A. M., en el cuartel del expresado Regimiento, para los efectos a que se refiere la suprema resolución arriba citada.

Los que sin excusa legal no cumplieren con lo ordenado, quedan sujetos a las penas que determinan las disposiciones vigentes.

Anótese y comuníquese.

Por tanto, para que llegue a conocimiento de todos, publíquese por bando y en los diarios de esta ciudad.

Dado en la sala de mí despacho, a 7 de Setiembre de 1883. E. Altamirano.”

No deja de ser rara la coincidencia y la superabundancia de los apremios, y el celo por reorganizar todos esos cuerpos el día mismo de la Asamblea católica.

El Mercurio del 10 dando cuenta de lo ocurrido en la Asamblea dice literalmente:

“La reunión de católicos celebrada ayer en el Teatro Nacional fue un continuo desorden, pudiendo apenas oírse lo que decían los oradores entre los aplausos de un lado y las pifias del otro.

En los primeros momentos se dio una falsa alarma de incendio (¿serían los mismos católicos asistentes los que la dieron?) echando a correr hacia la calle una gran parte de los concurrentes, que luego volvieron a entrar, continuando la tempestad. Se armaron varias peloteras y en una de ellas hubo silletazos, a pesar de que para tomar una silla tenían que levantar cuatro a la vez, unidas como se hallan. Otros las arrojaban de los palcos a la platea. Muchas de ellas quedaron destrozadas, y ha sido una fortuna que no resultase más que un herido en la cabeza, (¿no serian tres de los bochincheros los que recibieron ese escarmiento?) y varios contusos.”

DIRECTORIO CATÓLICO DE VALPARAÍSO. (Oficial). En algunas notas cambiadas entre el señor intendente de la provincia, don Eulogio Altamirano, y el señor visitador de escuelas don Avelino J. Ramírez, se ha aseverado que varias comisiones de católicos han penetrado a las escuelas de este puerto con el objeto de recolectar firmas de adhesión a la solicitud que van a elevar a S. E. el Presidente de la República.

Esta Junta, sin entrar a formar apreciaciones sobre la conveniencia o desventaja de ese procedimiento, se limita a declarar que ni el Directorio Católico de Valparaíso, ni ella ha nombrado comisiones con el objeto de recolectar firmas. No había para ello necesidad, porque los católicos de este puerto han tenido a honra el solicitarlas individual y privadamente sin requerir gestiones oficiales del Directorio.

Esta Junta ha creído de su deber hacer esta declaración, en obsequio de la verdad y de la justicia, que honran altamente a los católicos de Valparaíso.

***

LA JUNTA EJECUTIVA DE VALPARAISO.

Valparaíso, 23 de Agosto de 1883.

JUNTA DE ABOGADOS. Con motivo de los denuncios que el Directorio Católico de Valparaíso ha hecho sobre los abusos de la autoridad local, acordó nombrar una junta de abogados, con cuyo motivo se dirigió a sus miembros la siguiente nota:

“Directorio Católico de Valparaíso. Valparaíso, 18 de Agosto de 1883. Señor: el Directorio ha tenido varios denuncios de que trata de impedirse por algunos agentes de la autoridad el que los católicos de este puerto firmen la solicitud que en breve dirigirán a S. E. el Presidente de la República pidiendo que se les permita tener un cementerio conforme a sus creencias.

Ud. comprende, señor, los graves males que podrían originarse a los católicos de Valparaíso si esos hechos siguiesen tomando incremento.

En esta virtud, se ha creído conveniente nombrar una junta de abogados que defiendan los derechos del pueblo, en la órbita  que la ley y la justicia les señalan, para impedir, en lo sucesivo, todo género de atropellos de parte de la autoridad pública.

Esa junta ha quedado formada de la manera siguiente: don Juan de Dios Vergara, don Ramón Domínguez, don Fermín Solar Avaria, Secretario don Juan de Dios Villegas.

Tenemos el honor de ponerlo en su conocimiento para que, de acuerdo con los demás miembros de la junta indicada, se sirva tomar las medidas que estimare por conveniente.

Dios guarde a Ud.

ARTURO LYON, Presidente.

F. Solar Avaria, Secretario.”