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La Aurora de Chile
Número 5. Jueves 12 de Marzo de 1812 Tomo I.
Continúa el extracto de la Memoria sobre la deuda pública de España. Iniciada en el Tomo I, Nº Extraordinaria del 2 de Marzo de 1812.

Sección I.

Naturaleza de la deuda conocida.

Asciende en el día a 5.312.871.647 reales, 33 maravedíes.

Reduciendo esta cantidad a pesos fuertes, son 298.643.582 pesos.

Propone después algunas rebajas, que pueden hacerse, y cotejándolas con el importe de la deuda constituida, se reduce esta en la actualidad a ciento sesenta y seis millones, quinientos siete mil, trescientos treinta y nueve pesos fuertes.

Sección IV.

Intereses anuales que adeuda la deuda reconocida.

Hechas las rebajas correspondientes, resulta un líquido anual de 6.956.737.

De la deuda pendiente no reconocida.

Ella se forma de los atrasos de tesorería por sueldos de la deuda de consolidación, de los réditos de toda la deuda desde el año de 1808 hasta 1811, de los préstamos realizados por la Junta Central, y la Regencia.

Diríase tal vez que nosotros no debemos satisfacer las dilapidaciones de un gobierno corrompido; pero la justicia y la razón contestan, que sería crueldad condenar y aniquilar a los hombres, solo porque los ministros de la autoridad los hubiesen engañado.

Punto II.

De los medios hasta aquí adoptados para asegurar el crédito público.

La historia de la hacienda pública de España nos presenta en esta parte datos vergonzosos de injusticia y de perfidia. Los juros, y censos, sufrieron rebajas arbitrarias en el capital, y en los réditos.

La memoria de Veredes será la del descrédito. Acosado este ministro por los acreedores rompe las escrituras en que se apoyaban los derechos, y declara al rey libre de todo empeño para con sus vasallos. Cada reinado, mejor diré, cada ministro, atento a satisfacer los caprichos de su señor, ofreció reintegros, comprometió la santidad de las palabras reales; y contrayendo deudas, y añadiendo trampas a trampas, se convirtieron en mercancía la verdad y la franqueza.

Punto III.

Después de apuntar el ministro algunas providencias, que podrían tomarse para sostener de algún modo el crédito público, prosigue: "El mal es grave, y el remedio muy difícil. La masa de las deudas excede en un sexto a la de la riqueza territorial e industrial de toda la península: la estrechez del territorio libre unido a la cortedad de las rentas señaladas para atender al pago de las deudas, a los desembolsos de la guerra, y a los recursos extraordinarios de que debemos valernos esterilizan los arbitrios, y hacen mirar como quimérico el deseo de sostener el crédito público. ¿En dónde hallar medios para pagar una deuda, que se aumenta diariamente? Con todo V.A. debe proponer a las Cortes, que se sirvan declarar obligada la nación al pago de las deudas antiguas y modernas".

Concluida la lectura acordaron las Cortes que se imprimiese la memoria en grande abundancia para conocimiento y satisfacción de todos los buenos españoles, ingiriéndose además en el diario [22].

[22]

El Ministro autor de esta memoria es el Señor don José Canga Argüelles. Un misterio funesto, dice el autor en el cuerpo de la memoria, ha cubierto las operaciones de la hacienda. Sin duda esta es la razón por que no se alcanza en que se han invertido ochenta y cinco millones de pesos con que la América ha socorrido a la madre patria para defenderse en la actual guerra.
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