El ánimo se eleva y se ensoberbece al ver a los dignos patriotas arrostrar los peligros por la salud de la patria; pero se hiela y desconsuela al ver las filas enemigas formadas de paisanos nuestros, hechos instrumentos de crueldad, trayendo cadenas para esclavizar a sus hermanos, y puñales para asesinarlos. ¿De quién recibieron comisión tan horrible? ¿De quién heredaron un genio tan contrario al de sus mayores, defensores ilustres de la libertad? ¿Cómo influyó en ellos el país unas inclinaciones tan viles, cuando Chile ha silo siempre famoso en el mundo por el amor heroico a la libertad? Ellos han derramado su sangre por defender una Constitución ya desaprobada por el mismo Rey, que persigue de muerte a sus autores. Este es un hecho sabido de todos; y aún se pelea por defender aquella Constitución!
Preguntad a los patriotas por qué pelean, y os dirán que por la libertad y por sus eternos derechos. Preguntad a los antipatriotas contra quién pelean, y será forzoso que os digan que pelean contra la libertad y contra los derechos del hombre, del ciudadano y de la patria. ¡Qué deshonra! ¡Pelear por ser esclavos, porque haya siempre despotismo, porque sus hijos sean esclavizados y deshonrados, como nacidos en un país que no supo defenderse, ni sostenerse! Alguna vez habían [había] de haber hombres que peleasen por ser viles esclavos. ¡Oh, compatriotas! Tened inclinaciones dignas del país en que nacisteis; renunciad a los sentimientos de los tiranos y engañadores, y volved al seno de la patria a pelear por el honor de sus armas.