Excelentísimo señor:
Me ha llenado de consuelo y esperanza la grande, y saludable medida adoptada por V.E. para dar a la patria un nuevo y decidido cuerpo de defensores con el título de Ingenieros, haciendo así un servicio distinguido y digno de su ilustración al Estado, y a la humanidad. Sólo me es posible coadyuvar muy débilmente a esta mira elevada de V.E., ofreciéndole a Fernando, de edad de 24 años, sin interés alguno. Mi aversión a la esclavitud había separado de mi servicio a este joven destinándolo a aprender el oficio de zapatero con intención de darle su libertad luego que pudiese subsistir por sí solo. Yo me complazco en la actividad de V.E., haciendo con mis compañeros votos por la libertad, y por su gloria.
Dios guarde a V.E. muchos anos. Colegio de la Observancia de Predicadores, Apoquindo y septiembre 8 de 1814.‑ Excelentísimo señor Fray Domingo Jaraquemada.‑ Excelentísima Junta Gubernativa del Estado.‑ Santiago, 10 de septiembre de 1814.‑ Imprímase esta representación en el Ministerial. Sea ella una lección de justicia y patriotismo para nuestros conciudadanos, y la gratitud pública recompensará el mérito de la oblación que se acepta.‑ Carrera.