Con la noticia de haberse instalado en esta capital una Junta presidida por V.S. me llegó la de que el ejército acuartelado en Talca se negaba a obedecerla, protestaba destruirla, y que se había interceptado un pliego que V.S. me dirigía, de cuyo contenido me hablan con variedad y deseaba saber para instruirme de las miras y propuestas de V.S., que supongo justas y niveladas por los sucesos anteriores.
Como V.S. no ignora que me retiré a esta provincia en virtud de un convenio[3] ya disuelto, que había creído de buena fe; que sólo propendo a la tranquilidad de este reino, para que bajo una misma Constitución, este siempre unido con la Metrópoli; y que mi ejército sin desmembrar su fuerza física, ha aumentado extraordinariamente la moral; debo suponer que el contexto del oficio interceptado, y del que espero en contestación (por caminos extraviados, para que no sufra la suerte del anterior) sea arreglado a estas bases, a una suerte estable, al honor, talentos, y experiencias de V.S.
Dios guarde a V.S. muchos años.— Cuartel General de Chillán, agosto 5 de 1814.— Gabino Gaínza.— Señor don José Miguel de la Carrera, Brigadier y Presidente de la Junta de Santiago.
Contestación
Sobre una silla de Gobierno a que generosamente me han ascendido mis conciudadanos, y con toda la dignidad de su representación, aseguro a V.S. que conozco la responsabilidad de mi comisión; que sé mis deberes; que nunca abusaré de su confianza. Chile será feliz en cuanto alcancen mis facultades; y quisiera cubrirlo, quisiera asegurarlo a costa de mi propia sangre.
A la entrada de Gobierno escribió a V.S. la Junta su deferencia a los pactos que nos impone la capitulación de mayo, y protesta siempre soldar su cumplimiento, si es posible enmendar sin indecencia la disolución que V.S. nos anuncia penosamente.
Tales son los sentimientos que nos animan, tal es mi verdadero empeño. V.S. los leerá más expresivos en los pliegos que firma el Gobierno.
Bien convencido de las obligaciones de mi magistratura, no necesito para ellas la experiencia, el honor ni el talento, de que V.S. me escribe con la larga franqueza que reconozco. Creo los recomendables de V.S. y todas sus virtudes dispuestas al mismo fin. Seremos pues felices, y llevaremos a los pueblos la quietud y la conveniencia enterando sus relaciones y su comercio.
Dios guarde a V.S. muchos años.— Santiago, 19 de agosto de 1814.— José Miguel de Carrera.— Señor don Gabino Gaínza, Brigadier y General en Jefe del ejército de Lima.
Junto con el Oficio del señor Gaínza se han recibido por el Presidente cartas particulares de aquel ejército, que negó S.E. a la Gaceta por contener expresiones personales, que avergüenzan su moderación. Todo respira un general deseo de paz, y de unión. Los chilenos deben congratularse del fruto que produce la instalación de su nuevo Gobierno. Sofoque la seducción impotente sus intenciones estrafalarias. Descanse Chile seguro, y advierta descubierta la nulidad de las amenazas que la desesperación de una ambición sin arbitrios quería persuadirle con las armas que capitularon en mayo, y están dispuestas al cumplimiento.
VIVA LA PATRIA, VIVA LA UNION
¡Muera el egoísmo. Fuera pasiones. Vergüenza eterna para la intriga, y para la infidencia!
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[3] Tratado de Lircay (N. del E).
