El 25 a las 10 de la noche tuve el placer de recibir el oficio de V.E. fecha 23, en que se digna acompañarme la [el] acta de instalación de esa Suprema Magistratura, y a continuación puse el decreto que sigue:
San Felipe, Julio 26 de 1814. Por recibida la superior orden con la [el] acta que acompaña la suprema autoridad nuevamente instalada en la capital del reino, désele su puntual cumplimiento, y en consecuencia a efecto de que se ejecute con la solemnidad que corresponda, congréguese el cuerpo municipal, prelados, jefes de corporaciones y oficiales militares en la sala capitular, el Jueves 28 a las 9 de la mañana, a prestar el juramento de obediencia y reconocimiento, oficiándose a los de caballería, e infantería, arregladas preparen 200 hombres de cada clase, para que después del acto acompañen el bando con sus respectivos oficiales, tambores, un Alcalde, un Regidor, el Procurador General y el Escribano de Cabildo a caballo. Se publicará la [el] acta de la capital y la de ésta en la plaza mayor, y cañada del Sud y Norte.
En conformidad de lo expuesto se tiraron las esquelas de citación del tenor que sigue: “Tengo en mis manos las actas y orden de la Suprema Junta Gubernativa del Reino, recientemente instalada. Me preceptúa la jura de su reconocimiento y obediencia. Deben concurrir a la sala capitular a este solemne acto los jefes de corporaciones, oficiales militares, prelados, y el alto pueblo. En consecuencia, se servirá Ud., asistir el jueves 28 del corriente a las 9 de la mañana, para llenar en todas sus partes la voluntad suprema de nuestros gobernantes. Dios guarde, etc.”. Como esta provincia tiene la gloria de ser siempre fiel a sus supremos magistrados, con la noticia divagada ha manifestado el mayor gusto que puede imaginarse y como no se tema la menor subversión que impida el feliz resultado, y por otra parte el aguacero copioso de anoche, ha frustrado el cumplimiento del día aplazado; de acuerdo con los jefes de los cuerpos hemos reservado esta función para el domingo 31, a fin de hacerla con la solemnidad que corresponde, y exige el júbilo de los habitantes. Por ello he tenido a bien anticipar a V.E. esta noticia, con el objeto de que no se extrañe la dilación de las resultas. Entretanto espero órdenes que obedecer.
Dios guarde a V.E. muchos años. San Felipe, y julio 27 de 1814. José Ángelo Jiménez. SS. de la Suprema Junta Gubernativa del Reino.