La superstición, el fanatismo y el despotismo, tienen entre sí una íntima relación y alianza, el uno supone al otro, y en todas has cosas muestran un mismo espíritu y carácter. Sea que proceda por error, o por su naturaleza, o por su propio interés, lo cierto es que en orden a la li­teratura la espada del despotismo ha caído sobre los mismos objetos que el odio infernal y las hogueras del fa­natismo; y lo que ha merecido las gracias del uno, ha sido igualmente ensalzado por el otro. Así la filosofía fue perseguida y calumniada, mientras se honraba a la poesía y la elocuencia, suponiéndose que no filosofasen. ¿Será porque se sirven de los talentos sólo para engañar, o porque, como dice un autor estimable, las bellas letras her­mosean el edificio, que mina la filosofía? Galileo estaba en cadenas, cuando se preparaban para el Taso los ho­nores del Capitolio y los laureles del primer poeta de su siglo; ¿Cuál era el crimen de Galileo? El añadir nuevas prue­bas al sistema Copérnico, y tal vez el batir en brecha con el cañón del telescopio antiguos absurdos. La poesía es un arte divino cuando reviste con sus gracias las verdades útiles; cuando truena sobre el crimen; cuando nos inspi­re sentimientos de virtud, dignidad, y libertad, valién­dose del dulce imperio que ejerce sobre nuestros ánimos. Pero todo esto supone libertad, y para convencerse de ello basta comparar las obras poéticas de unos países con las obras poéticas de otros. Se dice que toda comparación es odiosa, y por tanto la dejo para que la hagan los lectores. ¿No podrá decirse que los pueblos supersticiosos son los más corrompidos, pues gustan tanto de obras poéticas en todo género que sólo respiran el deleite y la sensualidad? En ellos las obras dramáticas están llenas de intrigas amorosas, y los demás cantan siempre los triunfos, las ansias, y las amarguras del vicio. ¿No podrá también decirse que los cantos de las musas anuncian el estado de la libertad en los pueblos? Así es en los países esclavos: la lisonja y la adulación deslumbran las obras de los poetas.

(Se continuará).