Según los papeles franceses, el Emperador este en cam­paña; el 10 de febrero atacó en Champauber a una fuerza enemiga de 12 regimientos y 50 cañones: el General en Jefe enemigo quedó prisionero, con todos sus generales, coroneles, oficiales, y artillería; se le hicieron 6.000 pri­sioneros; el resto pereció enteramente. El Emperador persiguió al General Sacken que se había separado del general Blucher. El día 11 encontró cerca de Monsmirail al Cuerpo de Blucher y lo derrotó plenamente; el resultado fue inmenso; se le tomó la artillería e infantería; el ejército ruso fue destruido. El día 12 el Emperador continuó sus sucesos. Blucher intentó tomar el castillo de Therry; su ejército fue repelido de posición en posi­ción; un cuerpo que protegía su retirada file cortado y su general quedo prisionero.

El aspecto de París, según los mismos papeles, es el de una ciudad que teme ser atacada por momentos. Se pu­sieron cañones en las trincheras al norte y oriente de la ciudad; las baterías son servidas por los alumnos de la es­cuela Politepchnica [sic]; las Guardias Nacionales y las com­pañías del departamento del Sena hacen el servicio con las tropas de línea; se han puesto caballos de frisa en las avenidas de las calles que terminan en la entrada de la capital. Diariamente llegan tropas veteranas para par­tir al ejercito.

Acerca de los anteriores sucesos se discurre así en el periódico The Times, de 18 de febrero: sea cual fuere la suer­te del General Blucher, y sea cual fuere la porción de su fuerza que se empeñó en las acciones anteriores, resta re­solver una cuestión de gran importancia, a saber: ¿dónde estaba el gran ejército del Príncipe Schwartzemberg, mientras Napoleón maniobraba cerca del Marne? Aquel ejército tiene una gran fuerza, está sostenido por los bávaros al mando de Wrede, por los de Wurtemberg, al mando de su propio Príncipe; por las guardias rusas al mando de Barclay de Tolly, por otro cuerpo ruso al mando de Wittgeinteim, además de los cosacos al mando de Platoff, que están esparcidos al Sur, a lo largo de la margen del Yonne. Parece que Napoleón nada dejó entre esta vasta acumulación de fuerzas y la capital de su imperio, exceptuando el Cuerpo del General Víctor, sostenido por los refuerzos de Soult y Suchet que estaban en Provin, el día 11 y que marcharían a Nogent. El mismo Emperador de Rusia estaba en el Cuartel General de Troyes el día 16. Se creía que marchase hacia París. Si Schwartzemberg no se aprovechó de la ocasión, la causa de la libertad ha sufrido un golpe irreparable. Aparece que Napoleón obró en la actualidad con aquel desprecio de la fortuna que caracteriza su carrera militar. Teniendo un formidable enemigo a 30 leguas al oriente de París, se separó de ella 13 leguas al norte. Si se hubiese dado este golpe, París estaría en poder de los aliados. Si no se acordó dar le coquin est encore heureux. París esperaba a los aliados. Todo se preparaba para resistir un inmediato asalto. Empero[,] Napoleón nada avanza con estos momentáneos sucesos. Él está por todas partes atacado de poderosos ejércitos. Las tropas Aliadas se aumentan diariamente. Los recursos de Napoleón se disminuyen: cada correo nos trae noticias de una ciudad, de un departamento puesto fuera de la posibilidad de darle auxilios de hombres y dinero. La artillería que tomó en las orillas del Marne, está compensada con la que perdió en el Aube. A su lado está el resto de sus tropas de línea; y ha dejado para la defensa de la capital del mundo al Rey José, y a la pequeña Majestad del Rey de Roma.