El día 7 fue derrotada por el ejército restaurador una división enemiga de 700 fusileros al mando del pérfido Calvo, que sufrió considerable pérdida. El enemigo procuró impedir el paso del río Claro, pero fue fugado por el cañón. Hasta ahora todo se ha humillado al cañón de la patria. Los traidores de Talca han sido oprimidos, según se asegura, por contribuciones para sostener el ejército enemigo. Los piratas recibieron camas de los traidores secretos de la capital, llamándolos, y asegurándoles que no teníamos armas, y que entre nosotros reinaba la división y el odio contra el Supremo Director. Pero todos saben que la 3ª división está bien armada, que la capital tiene grandes recursos, que los patriotas bendicen la hora en que se hizo la sabia concentración del Gobierno, y que el resentimiento de las pasiones, que algunos recelaron, o no existe, o cede a la prudencia. Entre tanto las medidas de defensa se actúan vivamente, y sólo es de desear que todos los comisionados desplieguen la actividad y las virtudes de dignos patriotas.