El Director interino al empezar a poner en ejecución los encargos del pueblo generoso y justo de Chile, cree que olvidaría su primera obligación si dejase pasar un momento sin manifestar a todo el mundo las virtudes que caracterizan a sus constituyentes. Por esto debe ser su primer paso el de rendir a los ciudadanos que componían la Junta Gubernativa las más afectuosas gracias por los servicios que a costa de mil fatigas han hecho empeñosamente a su patria. V.S. podrá acordar y proponer al Directorio Supremo los medios que le parezcan más oportunos para acreditar al universo la gratitud del pueblo virtuoso de Chile hacia unos ciudadanos que todo lo abandonaron por dedicarse al servicio público en las más apuradas circunstancias, sin olvidar que no es acreedor a menos consideración el benemérito ciudadano don Joaquín de Echeverría, que ha llenado los deberes del Gobierno con aceptación general. La justicia debe ser el más estimado blasón de los pueblos que aspiran a su libertad, y el de Chile no será jamás menos justo que otro alguno.
Dios guarde a V.S. muchos años.— Santiago de Chile, y marzo 8 de 1814.— Antonio José de Irisarri.