Satisfecho el pueblo, y agradecido a los servicios que han hecho a la patria los ciudadanos que antes componían el Supremo Gobierno, así en sostener su defensa contra los enemigos exteriores como en libertarla de la tiranía interior a cuyos sagrados objetos es constante, que han consagrado todos sus alientos sin perdonar fatigas, ni sacrificios, declara el Supremo Director a nombre del mismo pueblo, que los expresados ciudadanos son beneméritos de la patria, a cuyo nombre se les dan las gracias, protestándoles una eterna consideración.