ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

El Monitor Araucano
Tomo II. N° 19.- Viernes 11 de Febrero de 1814.
Extracto de la Gaceta Ministerial de Buenos Aires del 20 de Enero último. Relativo a la situación del Alto Perú.

Por cartas fidedignas que hemos recibido de las Provincias interiores, tenemos el dolor de asegurar que mu­chos beneméritos patriotas de los pueblos que aún se hallan bajo el influjo de Pezuela, han sido sacrificados de un modo bárbaro. Queremos excusar detalles acerca de las personas, para dar una idea de otras circunstancias. No satisfecho este español, igual en todo a los demás, con asesinar a los hombres más respetables de aquellos países, él comete en sus familias excesos que aturden el sentimiento y llevan el carácter de inverosímiles; nosotros mismos tendríamos que dudar de ellos, si no fuera justo esperar de los españoles, todo lo que es posible temer de las fieras.

Después de exponer sobre el patíbulo las víctimas de su furor, se complace la atrocidad de aquel monstruo con pasar por debajo de la horca a sus afligidas esposas, quitarles el pelo por afrenta, y remitirlas a los obrajes del Cuzco, entregando sus hijos a los españoles para que les sirvan de criados. Sobre los suplicios que levanta, pintados de azul y blanco, ha mandado poner una inscripción que dice: este es el premio que da la Patria.

¿Y es posible que la Naturaleza aún no se arrepienta de conservar en su seno una raza de hombres que hace orgullo en degenerar de su antigua especie? ¿Es posible que el mundo no conspire a destruir una nación que no produce sino almas crueles, y que en todos los siglos está des­tinada a ser el modelo de la ferocidad? ¡Ah, bárbaros!, ya que la tierra no puede sacudir vuestra existencia, ¿por qué no os vais a los desiertos, donde no haya un solo corazón que se horrorice del crimen, ni un solo desgraciado que pueda entretener vuestro furor? Americanos, vues­tro nombre es el título de la venganza; preparaos a sos­tenerla; bien sabéis que no hay medio para vosotros, y que una vez empuñada la espada, es preciso no rendirla sino después de ser cadáver.

(Se continuará).