ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

El Monitor Araucano
Tomo I. N° 93. Sábado, 13 de Noviembre de 1813.
"Artículo comunicado". Sobre la corrupción de los pueblos.

El ilustre español Luis Vives, escribió una preciosa obra intitulada De causis corruptorum artium: a su ejemplo debemos examinar las causal de otra corrupción peor, a saber, la corrupción de los pueblos. Como nuestros pueblos actuales envuelven en su masa un fermento, o una levadura diabólica que llaman: la facción de los Sarracenos, conviene averiguar, ante todas las cosas, la causa de que estos hombres sean sarracenos. Digo estos hombres, porque aunque el sarracenismo, no admitiendo los derechos con que la naturaleza ennobleció al género humano, hace difícil creer que un sarraceno sea un ente racional; con todo, el pueblo los tiene por hombres, y yo respeto la opinión del pueblo. Aquí viene bien el Magister meus est populus. Ello es que no parece hombre el que niega que el hombre debe ser libre, y que toda una nación pueda elegir la forma de gobierno que más le convenga; y tampoco parece hombre el que desea la muerte, la infamia y todos los males a unos pueblos que no le han hecho más daño que haberlo vestido cuando vino de su tierra en pelota; haberlo curado en sus hospitales etc., pero el pueblo los tiene por hombres, y Magister meus est populus. No siendo suficiente la figura de hombre. para que sea uno reputado por hombre, pues el Horangotango tiene figura de hombre, y con todo es un animal de las selvas; me han dicho algunos del pueblo que se les tiene por hombres porque tienen el agua del bautismo. Alabo el saber del pueblo: Magister meus est populus. Yo no sé si el pueblo será tan indulgente con los patricios sarracenos. En verdad, éstos son sarracenos, porque o desean obtener de Cádiz ciertos empleos, que viniesen de allá como venían antiguamente las anchetas que remitían bien vendidas aquellos monopolistas, o porque temen perder los empleos, que ya obtienen, de resultas del nuevo orden de cosas que llaman nuevo sistema. Muy erradas están las cuentas de estos entes, que no sé yo lo que son. Pónganse bien con el pueblo, y no perderán lo que ya tienen, y lograran lo que no tienen. Pero sigamos con método o asunto.

He tomado a cuestas un asunto bien pesado, y es más difícil asignar la causa del sarracenismo de muchos, que subir un cerro con un cañón de artillería. En. efecto, mi amigo Pancirola, no puede ser sarraceno por amor al Gobierno de España, porque si hubiese amado a aquel Gobierno, no habría sido antes contrabandista, esto es, ladrón del Gobierno.

Tampoco puede ser sarraceno por la misma causa Patamagno, porque no puede amar a la España un hombre que allá lo pasó tan mal, tan aporreado con tanta miseria y a quien aburrieron sus paisanos y que no supo qué era vivir como gente, hasta que vino a América. El pobre Bolimbroquio no puede ser sarraceno por la esperanza de algún empleo quo le venga de España: lo uno porque no tiene plata con que comprarlo, lo otro porque es un animal. Tampoco Rusticán puede ser sarraceno porque pueda esperar algo de España, y es la razón, que en el tiempo del sistema antiguo jamás logró nada, ni hubo paisano suyo que le hiciese caso, porque todos saben que es hombre inútil y de muy mala cabeza. Y con todo, ¿éstos son sarracenos? Alabo tanto saber. Mas dejémonos de bufonadas. ¿Por qué son estos hombres sarracenos? Porque en sus cerebros esta muy arraigada la opinión de que ellos han de ser eternamente amos y señores de los americanos; y de que bajo el Gobierno español ellos han de ser en América tenidos y reputados por nobles y, en fin, porque creen que la América no puede ser bien gobernada, si ellos no la gobiernan, como que ellos son tan sabios y tan virtuosos.