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Diarios, Memorias y Relatos Testimoniales
Tercera Parte. Contiene desde el 1º de Junio de 1811 hasta el 12 de Agosto del Mismo.
Agosto de 1811.

AGOSTO DE 1811

El día 1º de este mes sigue la guardia doble y centinelas en todos los vivaques, porque los movimientos del pueblo crecen sucesivamente por los facciosos mal contentos y el vecindario está cada día más expuesto a nuevos desastres. En este día montó la guardia del Palacio de la Presidencia don Pedro Luis Uriondo y con ocasión de comer aquí mismo, mandó pedir a don Pedro Díaz, dueño del café del Comercio, una o dos botellas de vino de la Madera. Las negó a causa de serle deudor de mayor cantidad y no haberse podido juntar con el dinero. Sin más circunstancia mandó por él 4 soldados de la Guardia, y a las 12 de la tarde lo trajeron preso por pública plaza, sin más orden que la suya. Estos excesos se cometen casi diariamente y no hay vecino honrado que no esté expuesto a este y otros mayores vejámenes.

El día 5, fue la elección de Presidente del Congreso, que recayó en don Manuel Pérez Cotapos, y la de Vice Presidente en el Presbítero Doctor don Juan Zerdán.

El día 6 llegó el corre de Concepción con dos pliegos anónimos a nombre del Cabildo de aquella ciudad. En el uno está la oposición al nombramiento que hizo la capital de 12 diputados, debiendo ser sólo 6, según el decreto publicado por orden de la Junta y que desde luego, no cumpliéndose con esta calidad, se retirarían sus diputados diciendo de nulidad de todo lo obrado, con pro testa de no prestar obedecimiento a ninguna resolución del Congreso.

Bajo la misma protesta apareció el otro oficio, pidiendo que un vocal del gobierno ejecutivo sea de la Concepción de Penco, respecto a tener un numerosísimo vecindario. Todos estos arbitrios son obra de los 13 virtuosos diputados de la proclama del día 15 de julio. Estos, sin duda, remitieron a dicha ciudad los oficios anónimos para que, viniendo por el correo de aquella carrera, merecieran alguna nota de verdad y aprobación; intrigas son estas y maniobras muy comunes en las sediciones y tumultos.

El 7 se levantó como a las diez del día una voz vaga de que el señor Comandante del navío inglés había sorprendido al Gobernador de Valparaíso don Juan Mackenna y le tenía puesto a su bordo; que en seguida se apoderó de Valparaíso, sorprendiendo su guarnición por el esfuerzo de los europeos y su tripulación; que por este medio quedaba hecho dueño de aquel interesante punto. Esta especie corrió rápidamente por toda la ciudad, y según la investigación que se ha hecho don Diego Larraín y don Agustín de Eyzaguirre fueron los autores ¿y con qué fin? Yo lo diré: la acre oposición que hacían los 13 diputados con sus aliados a la contraria facción del Cabildo, tenía por muchos días en suspenso la elección del Tribunal Ejecutivo. Juzgaron sorprender a los demás con una noticia de tanto bulto. Tramaron que a las 11 del día entrara el teniente don Bernardo Vélez a anunciar al Congreso de palabra aquel inesperado suceso. Inmediatamente que lo describió patéticamente, clamaron los virtuosos diputados, que en el acto se debía nombrar el Gobierno Ejecutivo, para dictar prontas providencias en negocio de tanta importancia; que para vocal y Presidente de dicho Tribunal, ninguno más aparente que el Doctor [Martínez de] Rozas por sus conocimientos militares, energía y actividad para estos lances, según lo había acreditado en la conspiración del día 1º de abril; que en esto no podía permitirse la menor demora, sin exponer todo el Reino. Sorprendió la especie a los demás, pero no los turbó y propusieron que del mismo Congreso se eligiesen tres para entender interinamente en estos y otros asuntos de la mayor urgencia. Resistieron los demás; y en este contraste nada se decidió, pero sí dentro de muy pocas horas se descubrió toda la tramoya. No dudemos, son perfectos discípulos de Napoleón y acaso sus emisarios.

El día 9, en vista de tantos retoques y grandes desavenencias, que ya escandalosamente se divulgaban por el pueblo, se trató elegir este día el Gobierno Ejecutivo. Comenzó la disputa con la mayor acrimonia. Por una y otra parte se proponían partidos de avenencias; pero sin aceptación, en términos que los 13 diputados virtuosos que se refieren el 15 de julio, renunciaron sus empleos, protestando dar cuenta de todo a sus respectivos partidos poderdantes, dijeron de nulidad, y no obedecer ni al Congreso, ni al Tribunal Ejecutivo que se eligiese, y como dicen, echando por la calle en medio, salieron de la sala con la avenencia de los demás diputados, de que se fueren a su provincia de la Concepción a formar allí su Junta independiente de ésta, pues de ese modo se libertaría la capital de contribuir con cerca de 200 mil pesos para el pago de tropas y otras cargas.

Por el indicado motivo se activado [sic] más el fuego de la discordia. Las tropas están en división; los oficiales de los cuerpos en la misma; los unos son adictos al partido de [Martínez de] Rozas, auxiliado por los 13 diputados, y la facción abatida de los Larraínes y sus secuaces; los otros están adheridos al partido dominante del Cabildo; ni los unos, ni los otros cuentan seguramente con la fuerza, y la división que se ha introducido entre todos representa el mayor mal, como origen de los choques e inmensos desastres que se temen. No puede ser más melancólica la actual situación de esta capital y todo el Reino amenazado por todas partes con nuevas anarquías.

En el propio día, con ocasión de la especie divulgada el 7 del corriente, corrieron el rumor de que el señor Comandante inglés era un emisario de la Carlota; que pasaba a Lima a ganar la voluntad de su digno Virrey, y traerle a sus ideas para proceder de acuerdo a la conquista de estos reinos para la referida Princesa de Portugal, que por lo mismo no podían tener otro objeto los 20 o 25 mil fusiles que llevaba a sus bordo con destino a entregarlos a dicho Excelentísimo señor Virrey; y que lo más temible era fuesen a servir para la conquista de este Reino. Para hacer persuasible este pensamiento seductor, afirman que las Cortes y Suprema Regencia iban a trasladarse a México, porque ya la España estaba al expirar y que por este principio el inglés trataba de separarse de su auxilio y proteger a la Carlota, su aliada, en esta interesante conquista. Se desvelan en meditar arbitrios para sorprender al buque inglés y quitarle los fusiles, que han causado bastante calentura y atolondramiento en este Gobierno y sus facciosos. Siembran especies por todos los flancos imaginables para colorir su independencia.

Últimamente en dicho día se hizo nombramiento de Auditor de Guerra, empleo que antiguamente estaba unido al de la Asesoría y recayó aquel en don Manuel Valdivieso, primer oficial de la Secretaría de Cartas.

Día 10. Como a la una de la mañana trataron varios disfrazados [de] sorprender las centinelas del parque de Artillería, a un mismo tiempo por dos diferentes puntos. Uno de los centinelas ya casi sorprendido llamó al oficial de la prevención y a ese tiempo descargó el fusil con bala a un pelotón de gentes que venían agazapados, arrimados a la pared; con cuyo hecho salió una partida del propio parque en persecución de los que inmediatamente se pusieron en precipitada fuga. Sólo se conoció al Teniente de Granaderos don Diego Guzmán, con motivo de haber salvado su persona del balazo, entrándose a una esquina del bodegón casi frente del parque, que a la sazón abrió el bodegonero.

En el propio día, a pesar de ser feriado, se reunió el Congreso, a excepción de los 13 diputados que se retiraron el día anterior, y procedió a la elección del Gobierno Ejecutivo. Salieron electos don Martín Calvo Encalada, don Juan José Aldunate y don Javier Solar, este último natural de la Concepción, donde reside, y de suplente mientras viene a la capital, a don Miguel de Benavente, Teniente Coronel graduado de su propio cuerpo de los Dragones de la Frontera.

Con motivo de ser don Agustín Vial uno de los diputados de la renuncia y Secretario del Congreso, a causa de su separación, se eligió en su lugar a don José Miguel Infante, a don José Antonio Astorga de Asesor de la Junta y a don Manuel Valdivieso de Secretario interino del propio Tribunal Ejecutivo. Como a las 2 ½ de la tarde se publicó la elección con repique general.

Día 12. Se recibieron los vocales de la Junta, haciendo el juramento bajo la fórmula que lo practicó el Congreso; también los demás provistos. Hubo salva de artillería, iluminación por tres días, etc.