PARÍS, 15 DE JULIO DE 1828.
Amadísimo padre,
Vengo de una excursión de despedida con el objeto de ver algunas cosas del interior de Francia, y me hallo con que ya el correo parte sin darme más lugar que para avisar a Ud. que estoy bueno, gracias a Dios, y encajonando libros y chamelicos para mi vuelta, que tanto deseo.
Me encuentro aquí con una carta de Ud. traída ayer a casa. Es de fecha en Melipilla a 8 de febrero, y me avisa Ud. haber recibido los anteojos que llevó Tejada y que vienen perfectamente las lunas del binóculo: noticia que celebro mucho haber recibido antes de partir porque me servirá de regla para los repuestos que he de llevar, aunque ya tenía empaquetados los anteojos de a caballo y de campo que llevo a Ud. con otros repuestos y adherentes. El faro para la casita me ha quedado muy bueno. Desde ella hablaremos por medio de él con los de Santiago como nos dé la gana.
Quedo escribiendo a Ud. largo por si alcanzo mañana el paquete, y ahora que es ya la hora de despacharse no quiero exponerme a que quede sin ir este aviso.
Soy, mi amado padre, su muy amante
Mariano.