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Diarios, Memorias y Relatos Testimoniales
Mariano Egaņa. Cartas a Juan Egaņa. 1824-1829
39. Londres, 23 de Julio de 1825.

LONDRES, 23 DE JULIO DE 1825.

Mi amadísimo padre,

Sé que aun no ha salido el correo y alcanzo a poner a Ud. cuatro letras más por vía de continuación a mi carta anterior del 22.

Hoy he visto en el Morning Chronicle de hoy mismo un artículo furioso contra Hullet e Irisarri aunque sin nombrarlos.

Empieza citando las palabras de Mr. Canning en que dijo que un individuo compañero en una casa de comercio en Londres había sido nombrado Cónsul por Buenos Aires, y que él no había querido reconocerlo en tal calidad; y sigue: “Yo desearía preguntar a los señores de la administración ejecutiva del gobierno sudamericano que nombró este Cónsul general, si habiendo recibido noticia de lo que había pasado en Londres han removido este incómodo agente de los ojos de los ministros británicos. Si no lo han hecho así prontamente, no son a propósito para las plazas que desempeñan, y a más dejan un camino abierto a las indicaciones de sus enemigos políticos acerca de que estén coludidos en los manejos de sus agentes en Europa, y que los señores del otro lado del mar tienen parte en los despojos de Throginorton-Street.

“Yo quería hacer otra pregunta no fuera de propósito en la presente ocasión. ¿Por qué el nombramiento de Cónsul general para Inglaterra, recayó en la persona de quien se hace mérito? Seguramente no debió ser por la aprobación de su conducta en la parte que tuvo en los negocios de un estado vecino, al cual Estado sin que necesitase dinero, y sin que aun lo pidiese, cargó con una deuda de un millón de libras esterlinas sacadas de los bolsillos ingleses para beneficio en realidad del mismo y del criollo español que representó el papel de plenipotenciario a la bolsa en aquel drama. El último no perdió tiempo en transportarse con doscientas mil libras esterlinas de la moneda de John Bull (frase con que se denota al pueblo inglés) a París, donde iguala hoy a los Príncipes en su modo de vivir”.

El artículo es cruel y en cierto modo calumnioso, porque Hullet no contrató el empréstito por su espontánea voluntad; pero el editor de este Morning Chronicle es un bribón que sólo desea desacreditar [a] los nuevos gobiernos de América. No sé qué partido tomarán Irisarri y Hullet; tiemblo que vayan a creer que yo tengo parte en esta publicación.

No sé si alcanzará ésta. Soy mi amado padre, su

Mariano.

No hay para qué corra esto en Chile si no hubiese necesidad. No quiero desacreditar a nadie sin motivo urgente.