La Sociedad Económica de Amigos del País, en cumplimiento de su instituto, trata de proporcionar a los presos de las cárceles una ocupación, compatible con su seguridad y comodidad, que disipe e1 fastidio del ocio involuntario, y cuyo producto alivie sus necesidades. A ese fin excita a los que sensibles a la miseria de la parte más desvalida de la humanidad, quisieran consagrar a su auxilio sus conocimientos, y hacer un bien tan permanente y conforme a nuestra Santa Religión.

Lo verificarán indicando en una memoria los medios de realizar más fácil y sencillamente este piadoso deseo. El que llene el objeto, tendrá a más de la interior noble satisfacción de ser útil, una medalla de oro del peso de una onza, y en ella gravado el escudo de la sociedad. El que más se acerque al mérito de la primera, recibirá otra igual de plata. Ambos discursos se imprimirán. Los aspirantes escribirán en cualquier idioma, lenguaje o estilo, considerando que sólo se buscan los buenos pensamientos y no la gracia de las palabras, que debe reservarse para otras materias. Los remitirán en pliego cerrado antes del día último de Mayo próximo, sin firma ni señal, que descubra al autor antes de su examen, cuidando de esto escrupulosamente, porque será rechazado sin leerlo todo escrito que por ese medio, u otra insinuación de indicios anticipados del que lo hizo. Este pondrá en la cubierta una simple dirección Al Secretario de la Sociedad de Amigos del País. Será el epígrafe, algún apotegma, adagio, o epigrama, igual al que señalará el sobre de otro pequeño pliego también cerrado, e incluso en el primero, en que estará el nombre del autor, el que solo se abrirá en el caso de ser premiado; y será quemado si no obtiene el primer lugar o el accedit; de modo que nadie sabrá de quien es la obra que no sea honrada. Los concurrentes de las provincias franquearan sus cartas, pues la pequeñez de los fondos y sus destinos impiden recibirlas de otro modo.