ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

La Aurora de Chile
Número 5. Jueves, 4 de Febrero de 1813. Tomo II.
Discurso inaugural que en la apertura de la "Sociedad Económica de Amigos del País" dijo su Secretario Don Antonio José de Irisarri. Discurso de Irisarri en la ocasión indicada.

Señores:

Hoy presenta Chile al universo el más claro documento de su espíritu patriótico, de sus virtudes, y de su ilustración. Esta Sociedad Económica de Amigos del País, erigida por decreto de un gobierno americano, dará a conocer a las naciones más remotas de la tierra el verdadero sistema que ha adoptado el Nuevo Mundo. Si la Europa, convertida en el teatro de la guerra, sólo escucha el horrendo trueno del cañón, sólo ve cadáveres y sangre, solo se ocupa en descargar la tierra del peso de los hombres. Nosotros, por opuesto rumbo, no tratamos de otra cosa que de domiciliar la humanidad y la beneficencia en nuestro suelo. ¡Qué gloria, qué honor para el nombre Americano! Allá pretenden los hombres confundirse con las fieras, cuando aquí ofrecemos un asilo a la humanidad perseguida, y salimos con la oliva de la paz en la mano a recibir a las virtudes que huyeron despavoridas del reino de la muerte.

Vivan en buena hora aquellos hombres en el seno de todas las desgracias. Empéñense en destruir su especie y hacer mayor la suma de sus males; declárense al fin enemigos de sí mismos, hagan aborrecible su nombre y su memoria. Nosotros, que detestamos un ejemplo tan bárbaro y atroz, pretendemos conservar la majestad de la razón y la dulzura de la humanidad, que son las dos prendas características del hombre. Nosotros cultivaremos las virtudes, y haremos nuestra vida feliz y deliciosa.

He aquí el objeto de la Sociedad cuya apertura celebramos. Una porción de ciudadanos han tomado sobre sí el peso de los cuidados que oprimen a los pueblos. Ellos abandonan sus propios negocios por atender a los públicos; invertirán en beneficio de la patria el tiempo que antes dedicaban al descanso de sus fatigas, formarán mil proyectos para desterrar de Chile la pobreza, y sustituir la abundancia en su lugar; ellos fomentarán tan beneficiosos planes a costa de sus propias comodidades, y a costa también de privaciones. Mas el mayor mérito de estos servicios, tan grandes como nuevos en la patria, es de hacerlos exigir si quiera el reconocimiento. Los socios saben que deben ser útiles a su especie, y conocen que el premio haría despreciables sus servicios. Por esto, todos sus deseos están reducidos a esperar que correspondan los efectos a sus benéficas tareas.

Sólo resta que la mano bienhechora, que supo dar impulso a esta obra tan piadosa, la aliente cada instante con su poderoso patrocinio, para que puedan vencerse los grandes obstáculos que necesariamente han de oponer las preocupaciones y los intereses particulares de algunos pocos hombres. Con esto sólo cree la Sociedad que en breve tiempo conocerán todos los chilenos el valor de las providencias de su benéfico gobierno.

Congratulémonos pues, amados compatriotas, por las glorias que esperan a la patria. El anciano oprimido con el peso de los años y de las desgracias, la viuda miserable que mendiga el alimento de sus hijos, el huérfano que se halla en medio de la naturaleza, la doncella perseguida por la necesidad y la malicia, todos, todos hallarán en esta Sociedad el remedio suspirado. La tierra abrirá su seno avaro para satisfacer las necesidades de todos los habitantes de Chile sin distinción de clases ni fortunas. El arte proporcionará los medios de adquirir todas las comodidades de la vida. La ilustración disipará las sombras de la ignorancia, y los días más claros, más deliciosos y serenos, seguirán a las noches tenebrosas en que estuvieron envueltas nuestras vidas.

Demos al final las más reverentes gracias por sus beneficios al Ser Eterno origen de todos los bienes que disfrutamos en la tierra, y procuremos con todos los esfuerzos de nuestra constancia llevar a su cumbre de perfección la obra más gloriosa que pudieron emprender los míseros mortales.