SESIÓN DE  28 DE NOVIEMBRE DE 1806.
Construcción de piletas en la Cañada.

En la Muy Noble y Leal Ciudad de Santiago de Chile a veintiocho días del mes de noviembre de mil ochocientos seis años. Los señores de este Ilustre Cabildo, Concejo, Justicia y Regimiento, estando juntos y congregados en su Sala de Ayuntamiento como lo tienen de uso y costumbre en Cabildo Ordinario:

Y habiendo visto el expediente promovido sobre construir unas piletas para el abasto de agua limpia a los habitantes de la Cañada, en que con fecha de 18 del presente se ha comunicado traslado al señor Procurador General de Ciudad para que lo conteste con acuerdo del Cabildo; dijeron que mirando los reparos que pone el señor Superintendente de la Real Casa de Moneda, a quien se tiene mandado por el Superior Gobierno que haga construir dichas piletas, de cuyos gastos llevase cuenta el Mayordomo de la obra para hacerlos reintegrar de los ramos de ciudad; y que sin embargo de esta prevención no se ha puesto mano en dicha obra, al pretexto según se dice de no haberse entregado ningún dinero para ella de los expresados ramos, y de que los fondos de la Real Casa no tienen ninguna interesencia con las obras públicas, que no pueden servirle de provecho. Que en inteligencia de todo esto que ciertamente no esperaban, acordaban y acordaron que respecto de ser el señor Teniente Letrado el actual Superintendente de Obras Públicas, no hay necesidad de valerse de otro para que corra con la obra de estas piletas, que teniendo menos interés por el bien del público demore o entorpezca como hasta aquí su continuación, y que así se suplique al Excelentísimo Señor Presidente que se la encargue al expresado señor Teniente Letrado Superintendente de Obras Públicas, para que a la mayor brevedad y conforme al diseño y cálculo presentado por don Juan José de Goycolea que desde luego parecen muy bien y arreglados al Ayuntamiento, proceda a la ejecución de la obra, que seguramente es una de las más útiles y benéficas que pueden haberse ideado para el bien del vecindario que va a disfrutar de ella.

Y así lo acordaron y firmaron dichos señores de que doy fe. Juan Martínez de Luco.- Antonio Lavín.- Pedro José Prado Jaraquemada.- Marcelino Cañas Aldunate.- Francisco Diez de Arteaga.- Nicolás Matorras.- Doctor José Joaquín Rodríguez Zorrilla.- Doctor Francisco Aguilar de los Olivos.- Ante mí, don Andrés Manuel de Villarreal, Escribano Público, de Cabildo y Real.