La calle nombrada La Cañada presenta las mejores proporciones para un lugar de recreo y comodidad pública, pero el descuido la ha reducido a un punto de inmundicia y de asco. Sólo resta que una mano activa ponga en uso las ventajas que ofrece su situación, arreglando las aguas, allanando el terreno y amenizándolo para que el arte de la perfección a que convida la naturaleza. El gobierno lo desea, y cuenta con que el celo de V. realice sus esperanzas, aceptando este encargo y proponiendo cuanto crea necesario para que tenga efecto este apetecido adorno y decoro de la capital.
Dios guarde a V. muchos años. Sala del Gobierno y Enero 12 de 1813.
José Miguel de Carreta.- José Santiago Portales.
Señor Regidor don Antonio Hermida.