Se refiere que Napoleón, después de haber empleado con Bernardotte ya las amenazas, ya las promesas, le ofreció la restitución de la Pomerania, Finlandia, y los territorios que le había concedido en Francia e Italia, trayéndole igualmente a la memoria su antigua amistad y buenos oficios. La contestación de Bernardotte fue como sigue:

"La Pomerania puede ser restituida a la Suecia por la suerte de las armas; en cuanto a la Finlandia no os toca a vos disponer de ella. Por lo que mira a los bienes que se me dieron en Francia e Italia, conté renunciarlos cuando me hice Sueco. ¡Habláis de nuestra antigua amistad! Peleamos juntos, y nuestros talentos y valor han sido largamente recompensados, los vuestros con el trono de la Francia, y los míos con el cetro de la Suecia. En cuanto a las obligaciones, diré solamente que los motivos de reconocimiento son casi iguales". Gaceta del Janeiro de 10 de Octubre de 1812.