15 de noviembre de 1811[1].
Excelentísimo Señor:
Las tropas de la capital movidas de las continuas insinuaciones y quejas del pueblo, por la opresión a que ha extinguido su libertad, el influjo de algunas personas del Gobierno y varias determinaciones tiranas y subversivas de sus derechos, se reunieron en el cuartel de Granaderos para sostener su causa y dispuestas a protegerla, acompañan a V. E. la providencia adjunta que dictó el mismo pueblo, para que haciéndola publicar inmediatamente en bando repartido en iguales proporciones a los cuarteles de la capital, llegue en el momento a noticia de todo el vecindario.
Esperan la resolución de V. E. y el pronto efecto de esta determinación.
Dios guarde a V. E. muchos años. Cuartel de Granaderos y noviembre 15 de 1811.
Excelentísimo Señor Juan José Carrera.
Excelentísimo señor Presidente y vocales del Gobierno Ejecutivo.
El Bando citado en el anterior dice así:
La Autoridad Ejecutiva del Reino, etc.:
Por cuanto, la continuación con que se repiten convulsiones espantosas del mayor riesgo a la capital y trascendentales a las demás provincias, sólo proviene de que el pueblo nunca ha sido oído ni ha podido hablar libremente en las diversas crisis y modificaciones del sistema de su revolución, pues las más veces se han provocado sus sufragios por convites, que dirigidos a personas que eran sin voto a otras tan dignas y muchas también se atribuyó al vecindario la proclamación de un solo individuo que le arrebató su nombre sin oírle, y expresar su voluntad, declara:
Que en el día puedan concurrir a la Plaza Mayor todos los vecinos sin excepción, poniéndoles en toda la extensión de su libertad para manifestar sus sentimientos y protestarles inmunidad absoluta, para que libres de los presagios del temor y de la obligación que impone la fuerza, levanten su clamor que no puede ni era desatendido.
¡Habitantes de Santiago!
¡Residentes en la gran capital de Chile!
Vosotros vais a decidir de nuestra suerte:
En vuestra mano está la elección;
Desplegad vuestro patriotismo y todas las virtudes, para que jamás podáis arrepentiros de vuestra obra.
Las bayonetas que maneja una tropa decidida toda a sostener exclusivamente vuestra causa, llevará la dirección de vuestro arbitrio y el ruido del cañón sólo será fatal a los inicuos que se opongan.
En ellos estrellará el golpe con igual justicia que ejecución.
Publíquese por Bando para que llegue inmediatamente a noticia de todo el pueblo.
Doctor Marín.- Rosales.- Calvo Encalada.- Benavente.- Mackenna.- Vial, Secretario.
____________________
Notas
[1] |
Este documento fue agregado por Feliú Cruz en la edición de 1964, copiándolo de la obra de Talavera, Revoluciones de Chile, página 603 y 604. (N. del E). Volver. |
< Volver >