Santiago, Noviembre 11 de 1812.
Aunque existen en el reino suficientes armas para su defensa, se adquieren y construyen continuamente; como importa que hayan en abundancia y de repuesto, para excitar a que su fábrica sea tan común como conviene, y que la seguridad del expendio aliente a perfeccionar este artículo de industria, para que hay todas las proporciones, y de que se han visto ya muy buenos ensayos. Se comprarán por el gobierno cuantos fusiles con sus bayonetas se presenten del calibre, dimensiones y peso que tienen los del ejército al precio de veinte pesos, y las pistolas de iguales calidades a diez y ocho pesos el par. Los que emprendan este trabajo serán auxiliados por las autoridades de cualquier lugar donde residan, y para que lo sepan, imprímase.
Prado.- Portales.- Carrera.