En Maldonado se levantaron cincuenta marineros americanos, [y] con algunos del campo asesinaron [a] la guarnición, y reconocieron el Gobierno de Buenos Aires.
Las hostilidades de los marinos con algunos pueblecillos indefensos de esta banda se hacen casi increíbles por su barbarie y crueldad. Yo he visto cartas y partes de estas atrocidades que recientemente han perpetrado en San Nicolás de los Arroyos. Después de haberle saqueado completamente, asesinaron a algunos, entre ellos a un sacerdote de setenta y nueve años, se llevaron los vestidos y vasos sagrados de la capilla, arrojando las formas sobre el Altar; condujeron consigo los esclavos que habían, y los trastes que no pudieron transportar los inutilizaron.
La campaña de los paraguayos contra los portugueses terminó felizmente. Luego que estos supieron que marchaba la expedición, entregaron el fuerte Borbón y se retiraron a sus fronteras.
El Obispo de Salta ha sido conducido preso a esta, se ha depositado en la Merced, y se le está formando causa por inteligencia con Goyeneche.