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La Aurora de Chile
Número 33. Jueves 24 de Septiembre de 1812. Tomo I.
Continuación del Extracto del Español [11]. Informaciones sobre México y Centroamérica en general. Posibilidad de construcción de un paso interoceánico.

La Nueva España aparece, desde luego, perfectamente adaptada para ser el centro de un extenso comercio extranjero. Situada entre Europa y Asia, solo necesita cinco semanas para tener comunicación con aquella, y seis para tenerla con esta. Si el comercio de China, y el de la peletería, se dirigiesen por este canal, se ahorrarían 2.000 leguas en el transporte de los géneros de lujo a Europa. Pero cuando este prospecto se examina por menor, se halla que las ventajas de esta situación no dejan de estar acompañadas con inconvenientes. Las costas de Nueva España son sumamente peligrosas para los navegantes a causa de los temporales y vientos recios que allí reinan durante la mayor parte del año; su costa de poniente está enteramente desprovista de puertos, y apenas ofrece acogida a navíos de mucho buque. En verdad que en la costa de poniente se hallan los tres excelentes puertos de San Francisco de California, San Blas y Acapulco, el último de los cuales es uno de los mejores puertos del mundo, y el mayor, sin comparación, del mar del Sur, si se exceptúan Coquimbo y Chile. Pero la navegación de esta costa es en extremo peligrosa en los meses de Julio y Agosto, a causa de los violentos temporales del Nordeste, y aún durante los meses de Septiembre y Octubre, es difícil tomar cualquiera de estos puertos. Desde Octubre hasta Mayo, esta costa es más accesible; pero aún está expuesta a los vientos impetuosos del Nordeste, conocidos de los marineros con el nombre de Papagayos. En la costa oriental no hay ni un solo puerto, desde el río Alvarado hasta el río Bravo. Veracruz es un puerto muy malo y peligroso. Se han indicado cuatro puntos en esta costa [en] que pudieran hacerse puertos cómodos para grandes navíos, pero no se ha demostrado que esto sea practicable. La Habana es el único puerto seguro para navíos de guerra; y así es tan necesaria la posesión de Cuba para la defensa de Nueva España por el lado de Europa. El Golfo de México está expuesto a huracanes violentos del Norte, lo cual en caso de que este país se hiciera el imperio de un comercio extenso haría muy sensible a los mercantes la falta de un puerto cómodo y seguro. El río Huasacualco es acaso la situación mejor, si no es la única que pudiera aplicarse a este objeto. Este río es de 70 a 80 varas de ancho, tiene 18 pies de agua en la barra en menguante, y 22 en plena mar. Dentro de la embocadura del río hay buen anclaje, y fondo de 7 a 8 brazas. Cinco leguas más arriba hay un antiguo dique, y el menor fondo en el espacio intermedio es de 4 brazas. Una de las ventajas que habría en escoger este río para depósito de comercio, es su situación en la parte más angosta del istmo de América, que está dentro del reino de Nueva España.

Tehuantepec, en la provincia de Guatemala, es el puerto correspondiente en el mar del Sur. Se ha propuesto reunir los dos mares en este punto por un canal; y aprovechándose de los ríos Huasacualco y Chimilapa, hasta donde son navegables, el canal tendrá que hacerse de sólo 6 a 7 leguas de largo. Pero mientras que se estaba tratando de la posibilidad de este plan, se hizo un camino desde Tehuantepec al río Huasacualco, por el cual se conduce el añil de Guatemala al mar del Norte.

Entre los otros puntos por donde se ha propuesto abrir comunicación entre el Atlántico y Pacífico, [se cuenta] el Golfo de Nicaragua, dado caso que bien examinado fuese practicable, sería casi inútil para los objetos de comercio, por ser la costa de Nicaragua inaccesible a los navíos en los meses de Agosto, Septiembre y Octubre a causa de las tronadas y lluvias extraordinarias, y en Enero y Febrero, a causa de los vientos violentos del Nordeste.

El Golfo de Panamá, tantas veces recomendado para abrir un canal entre los dos mares, no ha sido aún bien examinado con este objeto. La posición relativa de Panamá y Portobello no está exactamente determinada. Desde Panamá a Cruces, donde empieza el río Chagre a ser navegable, hay una distancia de cinco leguas, pero la elevación de las montañas intermedias no se ha medido todavía. Pero es evidentemente imposible hacer un canal en este punto, capaz de admitir navíos del buque necesario para atravesar el Atlántico y Pacífico. Mr. Humboldt indica otro más cómodo para la comunicación de los dos mares, en la bahía de Cupica. Esta bahía, que ni aún está señalada en ninguna de las cartas de 1a América del Sud [12], está entre el Cabo de San Miguel y [el] Cabo Corrientes. Entre Cupica y el río Naipi donde empieza a ser navegable, hay una distancia de cinco a seis leguas, por un terreno bajo y llano, muy a propósito para un canal. El río Naipi termina en el río Atrato, o río Darién, cerca de cuya embocadura estuvo situada la célebre colonia de Nueva Caledonia, fundada por nuestros desgraciados paisanos a fines del siglo 17, y sacrificada por sus jefes del modo más escandaloso a la emulación de los holandeses e ingleses. Es muy notable que estos aventureros escogieron para su establecimiento el único punto en que parece enteramente practicable la comunicación entre los dos mares. Es muy triste el pensar, y ocioso el detenerse, sobre la política pérfida y mezquina a que fue sacrificado este proyecto magnífico. Si este establecimiento, fundado por nuestros paisanos se hubiera mantenido, aún cuando fuera por pocos más años, la Guerra de Sucesión, que sobrevino casi inmediatamente, nos hubiera asegurado la posesión del país y abierto una comunicación con el mar del Sud, que la casa de Borbón, nuestra inveterada enemiga, no hubiera podido jamás cerrarnos. Entre la bahía de Cupica y el río Atrato, está el solo punto de la América meridional en que se interrumpe la cadena de los Andes. Cupica es una pequeña bahía y puerto, y el país que la rodea abunda en excelente madera de construcción. En el interior de la provincia de Chocó, célebre por sus minas de oro, hay un arroyo llamado Raspadura, que está entre las fuentes del río de San Juan y el río Quito, y va a desaguar en el río Atrato. Un cura ha excavado un canal en este arroyo, navegable en la estación de las lluvias, por el cual han pasado, de un mar a otro, canoas cargadas con cacao. Esta comunicación por agua entre el mar Pacífico y el Atlántico, ignorada enteramente en Europa, ha existido desde I788.

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Nota en el título. Véase tomo I, Número 32, Jueves 17 de Septiembre de 1812 (N del E).
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[12] En la carta de la costa de Nueva Granada, publicada en 1800 en el Depósito Hidrográfico de Madrid, hay una bahía llamada Tupica, como otro nombre del puerto llamado comúnmente Puerto Quemado.
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