ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

Fuentes Bibliográficas
Segunda parte.
Capítulo XIV. Observaciones generales (2ªparte).

Habiendo algunas personas dirigídonos preguntas sobre la posibilidad de fundar en Chile nuevas empresas industriales o mejorar las que se encuentran en él preguntas motivadas por su ignorancia de las dificultades que puede ofrecerles la concesión preexistente de los privilegios exclusivos concedidos hasta el presente indicamos más abajo los que han sido concedidos hasta el fin del año de 1855, con el doble objeto de ser útil y dar a conocer lo que era nuestra industria antes de 1840 y lo que es al presente.

Epoca
Nombre de la industria privilegiada
Duración del privilegio
Vencimiento
Observaciones
años
meses
1840
Oct.
5
Ron o aguardiente de melaza
6
-
vencido se generaliza con ventaja
Oct.
26
Pozos artesianos.
10
-
vencido (a)
Nov.
7
Tejido llamado de la China.
6
-
vencido sin efecto
Nov.
13
Velas estearinas.
8
-
vencido hace progresos
Nov.
18
Aceite de nabo.
5
-
vencido muy importante
1841
Enero
30
Hornos para fundir metales.
10
-
vencido (b)
Marzo
1
Tratamiento de los minerales de plata sin mercurio.
10
-
vencido sin efecto
Abril
1
Refinación del azúcar.
8
-
vencido sin efecto
Mayo
24
Paños de fieltro.
8
-
vencido sin efecto
julio
16
Tratamiento de los minerales de mercurio.
8
-
vencido sin efecto
Sept.
4
Máquinas para lavar tierras auríferas.
8
-
vencido sin efecto
Oct.
19
Nuevos hornos para metales.
10
-
vencido (c)
1842
Enero
25
Navegación a vapor en el estrecho de Magallanes.
8
-
vencido sin realización
Abril
9
Tratamiento del mineral de plata antimonial por la amalgamación.
10
-
vencido resultados pequeños
Abril
9
Tratamiento del mineral de plata por el sistema electroquímico de Becquerel.
8
-
vencido resultados pequeños
Abril
18
Cristales.
10
-
vencido sin realizarse
Julio
12
Salinas artificiales.
7 ½
-
vencido (d)
Agosto
6
Establecimiento para sacar a tierra los buques en casos de refacción.
10
-
vencido fracasado
Sept.
29
Máquina para lavar tierras auríferas.
10
-
vencido sin efecto
1843
Mayo
1
Explotación de la pizarra
9
11
vencido sin efecto
1844
Enero
29
Fabricación del papel.
9
3
vencido sin efecto
Enero
30
Refinación de la potasa.
4
3
vencido sin efecto
Feb.
9
Nuevos hornos de fundición.
10
3
vencido sin efecto
Marzo
2
Amalgamación de la plata
10
3
vencido buen éxito
Marzo
7
Fábrica de víveres conservados.
4
3
vencido progresos muy lentos
Julio
20
Nuevos alambiques de destilación.
11
6
vencido (e)
Nov.
27
Máquina para aserrar madera.
7
7
vencido (f)
Nov.
29
Azúcar de betarraga.
10
7
vencido sin efecto
1845
Nov.
7
Aceite de nabo.
5
7
vencido muy importante
1846
Marzo
10
Máquina para el tratamiento del mineral de plata antimonial.
11
7
existe (g)
Marzo
21
Fábrica de ruedas de carruaje.
10
7
vencido buen éxito
Abril
20
Velas estearias
4
8
vencido Buen exito
Sep.
25
Tratamiento de los minerales de cobre
6
8
vencido (h)

 

Epoca
Nombre de la industria priviligeada
Duracion del privilegio
Vencimiento
Observaciones
años
meses

1846

Nov.

4

Tejas y ladrillos vidriados.

9

1

vencido

(i)

Nov.

9

Alcohol para el alumbrado.

7

1

vencido

Sin efecto

Nov.

17

Nuevo molino de trigo.

7

1

vencido

(j)

1847

Enero

13

Ladrillos refractarios.

5

6

vencido

(k)

Enero

25

Establecimiento de puentes flotantes.

6

6

vencido

Sin efecto

Feb.

24

Máquinas para separar el oro de las tierras auríferas sin el auxilio de agua.

8

6

existe

sin efecto

Feb.

25

Tejidos de algodón.

11

6

existe

Sin efecto

Mayo

21

Máquina para limpiar el trigo.

8

6

vencido

Sin efecto

Julio

5

Fábrica de gas hidrógeno.

8

6

Vencido

Sin efecto

Agosto

9

Laminación del plomo y fabricación de tubos.

9

6

existe

(l)

Oct.

26

Aplicación del hierro y de las sustancias alcalinas al tratamiento de los minerales de cobre.

11
6
existe (m)

Oct.

30

Establecimiento de cajas y máquinas de vapor para facilitar la carga y descarga de los buques.

9
6
existe Sin efecto

Nov.

4

Salinas artificiales.

9

6

existe

Sin efecto

1848

Enero

19

Hornos de ladrillo.

3

4

vencido

(n)

Mayo

15

Ruedas de hierro colado.

3

4

vencido

Buen éxito

Oct.

6

Laminación del cobre.

5

4

vencido

Se continúa lento

1849

Enero

29

Canal navegable destinado a unir a Quillota con Valparaíso.

13

4

existe

Sin efecto

Mayo

18

Amasadero de harina.

5

6

vencido

Sin efecto

Oct.

5

Aceite de linaza.

7

6

existe

(o)

Nov.

2

Fábrica de tejidos de lana.

10

6

existe

(p)

1850

Marzo

16

Nuevo molino para trigo.

3

6

vencido

-

Abril

30

Loza ordinaria en Santiago.

5

6

vencido

Buen éxito

Nov.

18

Azúcar de betarraga.

10

6

existe

Sin efecto

Dic.

14

Galleta por máquina.

4

6

vencido

(q)

Dic.

23

Loza en Valparaíso.

3

6

vencido

-

Dic.

28

Máquinas de vapor aplicadas a la explotación de minas.

8

6

existe

-

1851

Enero

13

Hornos para quemar la amalgama de plata.

7

7

existe

Sin efecto

Feb.

13

Lanchas de vapor para remolcar las embarcaciones en el Maule.

8

7

existe

sin efecto

Mayo

13

Máquina para perforar las rocas de las minas.

8

7

existe

Sin efecto

Dic.

4

Nuevo sistema de tratar el mineral de plata antimonial.

8

7

Existe

sin efecto

1853

Julio

1

Nuevo proceder para tratar la plata antimonial.

7

7

existe

(?)

Julio

19

Máquina para segar modificada.

5

6

existe

(r)

Agosto

20

Embalaje de la paja.

8

7

existe

-

Dic.

10

Aplicación del proceder americano de Nevius para la fabricación de la galleta fina.

2

7

vencido

-

Dic.

10

Establecimientod de una línea regular de clipers a vapor y vela por entre Inglaterra y Chile.

7

(s)

vencido

1854

Junio

27

Purificación del aceite por el proceder Hoove Mazon

10

-

existe

-

Julio

19

Nuevos arados.

8

-

existe

(t)

Julio

24

Máquina Para Moler Metales, Proceder Berdan.

6

-

existe

-

1855

Enero

10

Ladrillos refractarios.

9

-

existe

-

Feb.

13

Refinación del salitre.

5

-

existe

-

Feb.

27

Proceder para la conservación de la madera del cáñamo.

6
-
existe -

Dic.

18

Canalización del Archihueno

9

-

existe

-

 Feb. 27 Proceder para la conservación de la madera del cáñamo. 6 - existe -

Dic. 18 Canalización del Archihueno 9 - existe -

 La cifra total de las producciones nacionales exportadas durante el curso de 1855, siendo de 17.612.076 pesos, de los que 9.805.498 representan el producto de las minas, 5.080.644 el de los vegetales y 319.110 el del reino animal, queda por el producto de la industria manufactura 2.406.824.

En cuanto al desarrollo y a la extensión del comercio chileno, no tenemos sino que felicitarnos de él. En 1844, la exportación, que presentaba ya un gran progreso sobre los años anteriores, no llegó más que a 6.087.023 pesos, mientras que la vemos exceder del triple de esta cantidad en 1855.

El valor de la importación en la primera de estas dos épocas no era sino de 8.596.674 pesos; en la segunda era de 18.433.287.

He aquí las cifras que representan el monto total del comercio chileno en cada uno de los años comprendidos entre 1843 y 1856.

Año

Importaciones

Exportaciones

Total general

1844

8.596.674

6.087.023

14.683.687

1845

9.104.764

7.601.523

16.706.287

1846

10.149.136

8.115.288

18.264.424

1847

10.068.840

8.442.085

18.510.934

1848

8.601.357

8.353.595

16.954.952

1849

10.722.840

10.605.447

21.326.287

1850

11.788.193

12.426.269

24.214.462

1851

15.884.972

12,146.391

28.031.364

1852

15.347.332

12.216.486

29.434.888

1853

11.553.696

11.230.843

23.692.475

1854

17.428.299

14.627.156

32.055.455

1855

18.433.287

19.108.589

37.613.876

Las cifras de las exportaciones representan no solo los valores de los productos nacionales; comprenden también los de los artículos nacionalizados porque Chile no consumiendo todas las mercaderías que recibe del extranjero, reexporta el sobrante con ventajas para muchos Estados del océano Pacífico y para algunas de las provincias argentinas.

Una observación interesante que debe hacerse -porque tiende a probar que el bienestar y los medios del habitante de la República han aumentado considerablemente y siguen la progresión ascendente del comercio- es que en 1845, de los 9.104.764, monto de la importación, se reexportaron 1.978. 342 pesos de mercaderías, y que en 1855, sin un aumento muy sensible en la población, sobre 18.433.287 pesos de artículos importados, no se reexportaron más que 1.568.513; lo demás había sido consumido en el país.

Si creyese en las pretendidas ventajas de lo que se llama balanza de comercio, me complacería en indicar que ya en 1849 la exportación equilibraba casi a la importación; que en 1850 la primera excedía a la segunda de 638.076 pesos, y que en 1855 este excedente se elevaba a 747. 302 pesos. Pero la balanza favorable al comercio no es la que establece la igualdad entre la importación y la exportación; es la que da ganancias sobre los artículos que se importan como sobre los que se exportan; y esto es precisamente lo que sucede en el comercio chileno.

Este feliz resultado, debido esencialmente a la paz que el buen sentido chileno ha sabido fijar en la República y al allanamiento de los obstáculos que el antiguo régimen había creado a fuerza de impuestos, al desarrollo del comercio, de la industria y de la agricultura, aduce una nueva prueba a la gran verdad, que las leyes restrictivas y los impuestos excesivos producen, en el bienestar de los Estados y sobre todo en sus rentas, un efecto diametralmente opuesto al que el legislador tenía en vista al dictarlos. La renta solo de las aduanas es al presente más de diez veces más que la renta total del Estado en 1817; y en cuanto al bienestar de que gozan los habitantes de la República, no se tiene, para apreciarlo, más que echar una mirada sobre el consumo anual que se hace en Chile de ciertos artículos que la holgura sólo puede hacer entrar en la categoría de los artículos de primera necesidad. El país, como es sabido, no cuenta sino con 1.439.120 habitantes, y por lo tanto el consumo del azúcar se elevó, en 1855, a 32.785.250 libras, lo que da por cada habitante un consumo de 22,78 libras por año, cantidad sin ejemplo en país alguno conocido donde no se cultiva la caña.

 Que no se vaya a creer, en vista de estos hechos, que el comercio en Chile favorece solo el lujo y la holganza; ha dado también desarrollo al trabajo y un fuerte impulso a la industria. El hierro, esta sustancia preciosa mil veces más útil al hombre que el oro, no figuraba en las importaciones del año 1844 sino por 38.600 quintales, y la vemos llegar, en 1855, a 155.740 quintales. En la primera época, los productos mediatos e inmediatos de nuestros cereales figuraban apenas por 666.269 pesos en la exportación; mientras que en 1855 han ascendido a 4.737.351.

El comercio chileno de importación y de exportación, así como el de tránsito, se hace al presente con 22 naciones. Los principales mercados de los artículos chilenos en Europa son: la Inglaterra, la Francia y la Alemania; los demás Estados, tales como la Suecia, la Dinamarca, la Prusia, la Holanda, la Bélgica, la España y la Cerdeña, deben contarse después, tanto por la menor importancia de su comercio como por el número bien reducido de buques ocupados en nuestro tráfico con esos países. En el nuevo mundo, la América del Norte es la que ocupa el primer lugar, y después de ella, el Brasil y todos los demás Estados del antiguo dominio español, con los que Chile se encuentra en relaciones directas. La China, la Australia y las islas de la Polinesia son nuestros únicos mercados al oeste. Ninguna relación directa de comercio nos liga con la India y con el Africa.

Los principales artículos que Chile ofrece a la Europa y a la América del Norte, en cambio de sus productos manufacturados, son los metales preciosos en pastas o amonedados; el cobre en barra y al estado de mineral; el cobalto; el salitre nacionalizado; el huano; las pieles; las lanas y el cáñamo. Permutamos nuestras sustancias alimenticias que son, después de los minerales, nuestra primera riqueza con todos los Estados del América, la Australia y la Polinesia, por azúcar, café, cacao, tabaco, cascarilla; sustancias tintorias, oro, plata, etc. Los artículos de la China no encuentran otro principal retorno en Chile que la plata y el oro amonedado y el cobre en barras.

La parte que cada una de las naciones que trafican con Chile ha tomado en su comercio de importación y de exportación, en el año 1855, está designada en el cuadro siguiente:

Naciones

Importación $

Exportación $

Total $

Francia y sus colonias

2.823.566

1.141.774

3.965.340

Inglaterra y sus colonias

6.559.920

9.287.417

15.847.337

Alemania

1.677.7?4

804.899

2.482.613

Bélgica

404.533

-

404.533

Holanda

187.403

-

187.403

España y sus colonias

396.613

-

396.613

Cerdeña

192.143

-

192.143

China

44.350

-

44.350

Polinesia

16.107

61.049

77.156

Australia

11.559

2.698.911

2.710.470

Norteamérica

2.095.232

1.649.644

3.744.876

México

199.641

1.267

200.908

California

195.548

275.763

471.311

Centroamérica

129.880

36.293

166.173

Nueva Granada

-

80.549

80.549

Ecuador

730.661

2.175.659

2.906.320

Brasil

51.715

166.201

217.916

Uruguay

920.220

150.951

1.071.171

Perú

-

319.737

319.737

Bolivia

-
-
-

República Argentina

-
-
-

Abastecimiento de los buques

-
-
-

Total

18.433.287

19.180.589

37.613.876

El comercio de tránsito toma también de día en día más extensión. Vastos almacenes de depósito, que ya hemos mencionado al hablar de la ciudad de Valparaíso, repletos de mercaderías de todas las regiones con las que Chile se encuentra en relación de negocios han constituido esta ciudad en una feria permanente, presentando ventajas incontestables al comercio en todas las costas del mar Pacífico. En 1854, la extracción de mercaderías en depósito llegó a la cifra de 5.459.939 pesos. En 1855, ascendió a 6.960.494. El valor de las mercaderías depositadas fue, en los primeros de estos dos años, de 18.486.274 pesos y, en la segunda, de 22.232.879.

He aquí las banderas que han contribuido al movimiento general del comercio marítimo.


Banderas

Entradas

Salidas

buques

toneladas

buques

toneladas

Inglesa

278

127.633

287

131.530

Francesa

25

10.552

20

9.001

Alemana

29

7.074

28

7.034

Prusiana

2

642

4

1.298

Belga

4

2.094

5

2.477

Danesa

11

2.831

9

1.825

Holandesa

9

3.902

10

4.081

Sueca y Noruega

4

229

6

1.908

Sarda

6

1.818

5

1.509

Española

2

639

1

208

Norteamericana

110

54.905

105

51.651

Polinesia

2

291

2

291

Granadina

-

-

1

44

Mexicana

2

285 -

-

Ecuatoriana

3

461

1

93

Argentina

-

1

318

Peruana

28

6.336

34

7.557

Nacional

811

182.301

788

179.064

Total

1.326

402.693

1.307

399.889

Nuestra marina mercante no es aun bastante numerosa para poder figurar más allá del océano Pacífico; no es pues sorprendente que la bandera chilena sea muy poco conocida en Europa, aun de los que hacen cuadros de banderas para el uso de la gente de mar*.

En 1848, no se componía más que de 105 buques, que medían en todo 12.628 toneladas; en 1856, contaba 265 con 62.005,50 toneladas; y 2.821 marinos.

Epocas

Buques

Toneladas

Aumento de un año a otro

Buques

Toneladas

1848

105

12.628

-

-

1849

119

20.082.89

14

7.454.89

1850

157

27.602.81

38

7.519.92

1851

182

34.518.87

25

6.916.06

1852

215

41.506.85

33

6.987.98

1853

217

47.732.42

2

6.225.57

1854

222

49.552.96

5

1.820.54

1855

257

59.000

35

9.447.04

1856

265

62.005.50

8

3.005.50

 

-
Buques
Toneladas
Tripulación hombres
Para la navegación del cabotaje
166
35.077.58
1.655
del Pacífico hasta California
52
11.627.28
555
del Asia, de la Australia y de la Polinesia
13
4.025.28
169
de la costa oriental de la América del Sur, de las Antillas y de los Estados Unidos
3
1.441.29
62
de Europa
17
6.143.00
261
En los puertos
14
3.691.07
119
Total
265
62.005.50
2.821

Se ve que el tonelaje de los buques empleados en el comercio de nuestras costas, es al presente más considerable que el de toda nuestra marina mercante en 1851.

La abolición de los derechos diferenciales; la adopción del gran principio de reciprocidad en el tratamiento de los pabellones; los reglamentos fijos y bien calculados en las jurisdicciones marítimas; el derecho concedido al extranjero residente de poder ser propietario de buques chilenos; el de poder nacionalizar buques extranjeros; el establecimiento de hermosos faros en nuestros principales puertos; la construcción activa de muelles y de almacenes de depósito; los nuevos puertos abiertos de día en día al comercio de cabotaje; la gran facilidad que los docks naturales de las regiones australes ofrecen para las reparaciones; los establecimientos de construcciones navales de Chiloé, Concepción, Maule y Valparaíso, y las ganancias que realizan los buques chilenos -contribuirán sin duda a los progresos de nuestra marina mercante- sin las cuales la marina de guerra no es ni puede ser sino ilusoria.

Las rentas de la República ascendían en 1817 a 1.752.127 pesos. En 1846 ascendían apenas a 3.623.918. Es decir que han sido precisos 29 años para verlas doblar. Han hecho, desde esta época, progresos de más en más sensibles; porque, en el solo espacio de diez años las vemos elevarse a 6.287.526 pesos y nada presagia una estagnación, a pesar de las modificaciones diarias que se introducen en el sistema de rentas, para disminuir y distribuir más equitativamente las contribuciones consagradas por el antiguo régimen. He aquí cual ha sido la marcha anual de las rentas percibidas por el Estado desde el año 1841.

1841

2.761.788

pesos

1842

3.074.575

pesos

1843

3.109.169

pesos

1844

3.307.169

pesos

1845

3.223.039

pesos

1846

3.623.918

pesos

1847

3.680.282

pesos

1848

3.552.662

pesos

1849

4.035.286

pesos

1850

4.334.314

pesos

1851

4.581.254

pesos

1852

5.326.133

pesos

1853

5.869.916

pesos

1854

5.946.216

pesos

1855

6.287.526

pesos

Relacionando la renta a la población, sin entrar en la investigación de las fuentes de donde provienen, podría creerse que el ciudadano de la República chilena está menos gravado de contribuciones que el de cualquier otro Estado del mundo civilizado; pero si se echa la vista sobre estas fuentes, no tarda uno en convencerse que es sólo una parte de la población chilena, y no su totalidad, como debería ser, la que goza de tal ventaja. La razón consiste en la distribución imperfecta y desigual de las contribuciones. Este defecto, que no ha podido aún remediarse, a pesar de los esfuerzos constantes de todas las administraciones, mantiene hasta el presente la mayor parte de las contribuciones en el estado de ensayo; pero nos complacemos en demostrar que estos ensayos toman de día en día, con la experiencia, el carácter y la forma de verdaderas instituciones financieras que no tardarán mucho en conciliar las necesidades del Estado con la equidad en la repartición de los impuestos que deben satisfacerlas.

He aquí las rentas percibidas por el Estado en 1855, comparativamente con las del año precedente.

-

1854

1855

Aumento

Disminución

Aduanas

3.713.315.33

3.764.523.89

51.208.56

-

Especies estancadas

869.016.48

908.328.28

39.311.80

-

Diezmo

604.575.84

237.226

-

367.249.83

Contribución territorial

-

521.544.89

521.544.89

-

Catastro

98.983.89

99.935.08

951.19

-

Alcabalas

217.058.05

277.854.07

60.796.02

-

Impuesto sobre los capitales a censo

10.576.05

5.929.26

-

4.646.79

Patentes

66.731

65.913

-

818

Papel sellado

80.827.88

78.344.23

-

2.483.65

Casa de Moneda

81.340.06

64.328.75

-

17.011.31

Correos

58.490.67

77.321.68

18.831.01

-

Derechos de peaje

76.241.58

62.890.86

-

13.350.72

Ramos eventuales

69.160.10

123.386.26

54.226.16

-

Total
5.946.216.92
6.287.526.25
746.869.63
405.560.30
-
-
-
405.560.30
-
Aumento en 1855
341.309.33
-

Los 237.226 pesos que figuran en el cuadro bajo el nombre de diezmo, son una parte de este impuesto que se debía aun al Estado y que completa el último sacrificio que la agricultura ha tenido que hacer antes de desprenderse definitivamente de semejante plaga.

Nuestra legislación aduanera es indudablemente más perfecta y liberal que la de Francia, Inglaterra y los Estados Unidos de América. El pensamiento principal de nuestros legisladores era asegurar, al más bajo precio posible, a la industria nacional y al habitante de la República, todo aquello que podían necesitar, y conceder al comercio las facilidades necesarias para sus operaciones librándole de las investigaciones meticulosas del fisco, de las avaluaciones arbitrarias y de los caprichos por desgracia demasiado frecuentes de los empleados de las Aduanas. Los derechos se perciben ad valorem. Los derechos se fijan por una tarifa anual que existe tanto en poder del comerciante como en el de los agentes de la Aduana. En esta tarifa, llena de liberalidad, el añejo sistema protector no se hace sentir sino muy débilmente en lo que concierne a la introducción de los muebles, ropa hecha y calzado. El pago de los derechos no tiene lugar sino después de seis meses; así se ve que las rentas de las aduanas entran por más de la mitad en el total de los recursos del Estado.

La contribución del estanco o la de especies estancadas fue puesta en vigor por el Gobierno en 1824, a fin de procurarse fondos para el pago de los dividendos de la deuda anglochilena, de la que hablaremos luego.

Las especies estancadas son; el tabaco, los licores extranjeros, los naipes y el té*. Su venta es rigurosamente prohibida, así como el cultivo del tabaco, a cualquiera que no esté expresamente autorizado para ello.

Esta contribución, por muy odiosa y antieconómica que sea, debe su origen a la más apremiante de las necesidades, y no ha podido abolirse hasta ahora, aunque se reconozcan sus inconvenientes y defectos. Sus productos entran por cerca de una duodécima parte en la renta general de la República. La supresión del estanco debe pues dejar un gran vacío en los recursos, si no se crea una nueva contribución para remplazarle, y la dificultad de encontrar esta, en nuestro estado actual, y sobre todo la de hacerla aceptar es precisamente lo que mantiene aun el monopolio.

En un Estado donde la voluntad del jefe es la ley, y donde los impuestos, verdaderas exacciones que hace la fuerza a la debilidad, deben muchas veces su origen a necesidades ficticias creadas por el lujo y la disipación de las cortes, un solo decreto puede abolir una contribución, sin que el vacío que deja en las entradas sea de una consecuencia verdadera para el bienestar de la nación. Pero en una modesta República, donde la voluntad del jefe es nada, donde todos los gastos que se hacen son necesarios, y donde no se tolera una nueva contribución sin que sea sometida al examen más escrupuloso y motivada por la más urgente necesidad, las leyes abolicionistas no pueden crearse sino con la más grande circunspección. La opresión producida por el estanco entra en la categoría de esos males que no pueden curarse por una violenta amputación. Para atenuar sus efectos, el Gobierno sigue el único camino que la prudencia le permite tomar, el de disminuir gradualmente los derechos exhorbitantes impuestos a los artículos monopolizados, hasta que puedan entrar en el rango de los otros artículos de comercio. Mientras tanto, y no obstante la baja de los derechos, el producto neto de esta renta está sujeto, como es natural, a todos los menoscabos por los que el contrabando resarce siempre al comerciante de las leyes prohibitivas. En 1842 su producto era de 365.000 pesos, y once años después llegó apenas a 475.973; sin embargo, desde esta época, la vemos aumentar sin interrupción, como puede verse por cifras siguientes:

En 1852 era de 475.973 pesos

En 1853 era de 486.828 pesos

En 1854 era de 509.613 pesos

En 1855 era de 529.125 pesos

La contribución territorial fue establecida por la ley de 25 de octubre de 1853, para reemplazar el diezmo. Consiste en la percepción de 7,11 pesos por ciento sobre la renta calculada de los fundos rústicos. Para establecer la nueva contribución, se avaluaron las rentas de un modo tan imperfecto, que las propiedades territoriales que son en número de 32.822 no presentan sino una renta de 7.408.876 ps. 90 cts. mientras que los productos agrícolas exportados en 1855 llegan a la cifra de 5.436.961 pesos. Se puede calcular, según esta, cuan lejos estará esta apreciación de una exactitud aun aproximativa.

La contribución del catastro reposa aun sobre bases más defectuosas. Fue establecida en 1831 para llenar el vacío que dejaba en las rentas la abolición de las monstruosas contribuciones del antiguo régimen conocidas bajo el nombre de Alcabalas de contratar y de derechos de Cabezón. El catastro consiste en el pago del 3 por ciento percibido también sobre la renta de las propiedades rurales. Pero sobre 32.822 propiedades, no se encuentran sino 12.028 que pagan la contribución; 20.794 están exentas a causa de la mala avaluación hecha por las comisiones nombradas al efecto.

La contribución territorial y la del catastro afectan, pues, directamente a la agricultura y puede decirse que al instituirlas, se ha tenido más bien cuidado de disminuir los impuestos de los antiguos contribuyentes que crear nuevas cargas que pudiesen pesar sobre los que no las han pagado jamás. La necesidad de exonerar lo más pronto posible a la agricultura de las contribuciones aniquiladoras del sistema español, ha sido la causa principal de los defectos que se observan en las que las han reemplazado; no se había concluido ninguno de los trabajos preparatorios tan indispensables para establecer con equidad una contribución territorial; pero se trabaja sin cesar en llenar esta imperiosa necesidad, y, mientras tanto, la agricultura respira y se repone.

La Alcabala es un derecho que se percibe sobre las sumas que resultan de la venta de las propiedades territoriales, rústicas y urbanas, así como de las de las minas y de los buques. El derecho percibido sobre el precio de venta de las primeras es de 3 a 4 por ciento, y de 2 por ciento sobre el valor de los segundos. Esta contribución no ha producido jamás en Chile lo que debía, porque pocas serán las que se prestan mejor al fraude. El comprador y el vendedor se entienden generalmente entre sí para fijar el objeto vendido con precio nominal y sobre este precio es percibida la contribución.

El impuesto sobre los capitales a censo es un derecho de 5 por ciento que grava los capitales colocados sobre bienes raíces a intereses perpetuos o temporarios.

El derecho de patentes se percibe sobre los buques nacionales y sobre todas las casas de consignación y de comercio por mayor y menor, y, con algunas excepciones,sobre todos los establecimientos mercantiles y sobre las fábricas que existen en la República.

Los establecimientos de comercio e industria se dividen en tres categorías para la percepción de esta contribución. En la primera se encuentran los de la provincia de Santiago y Valparaíso; en la segunda los de las provincias de Coquimbo, de Talca, y de Concepción; los de las demás provincias están comprendidos en la tercera. El valor de las patentes que cada establecimiento es obligado a pagar, aumenta o disminuye según que se encuentra en la primera o en las últimas categorías. No es jamás superior a 200 pesos ni inferior a cuatro.

La duración de las patentes es de dos años y el monto de la contribución es arreglado por el tonelaje cuando excede de 26 toneladas. Así, los buques que miden

de 26 a 50 toneladas pagan 6 pesos

de 50 a 100 toneladas pagan 12 pesos

de 100 a 200 toneladas pagan 25 pesos

de 200 a 300 toneladas pagan 50 pesos

de 300 a 500 toneladas pagan 100 pesos

de 500 toneladas para arriba pagan 200 pesos

El derecho de papel sellado, que es la más legítima de todas las contribuciones, cuando es moderada y que constituye, por sí sola la octava parte de la renta de Inglaterra, entra apenas por la octogésima parte en las rentas de Chile. La organización de este derecho es de tal modo defectuosa, que las entradas que produce disminuyen en lugar de adquirir, de más en más, el rol importante que deberán necesariamente desempeñar en nuestras rentas, cuando llame la atención de nuestros legisladores. Debía figurar entre nosotros por lo menos por un medio millón de pesos.

Una gran reformase ha introducido en el antiguo sistema monetario como en el método de fabricación. La adopción del sistema decimal y la introducción de las máquinas europeas comienzan ya a dar a la casa de Moneda la importancia que había casi totalmente perdido desde la época de nuestra emancipación política.

La fabricación de monedas no es considerada entre nosotros como una fuente de entradas, sino únicamente como un medio de aumentar las facilidades de los cambios; así, las entradas del establecimiento son casi todas absorbidas para su sostén y para la reforma de las antiguas monedas cuyo valor, más bien nominal que intrínseco, pierde mucho por la refundición. El resto de las entradas es consagrado a la compra de pastas y a anticipaciones que se hace a intereses bajos a los vendedores, a fin de no paralizar los trabajos de la fábrica y aumentar las especies en circulación.

La renta de correos, después de las grandes reducciones hechas en las antiguas tarifas, no basta aun para los gastos que su propia institución exige; pero aumenta de día en día.

Los derechos de peaje se perciben casi exclusivamente sobre el gran camino que une a Santiago con Valparaíso; entran por muy poca cosa en las rentas generales.

Las rentas de las Municipalidades no figuran en la Memoria del Ministerio de Hacienda, porque siendo propiedad de las corporaciones municipales, son afectadas a los gastos de los pueblos en que se perciben. En el año de 1856 alcanzaron a 1.002.609 ps. 27 ctvs., cantidad que añadida a las entradas generales, hace subir el ingreso de la República en el mismo año, a la suma de 7.290.135 ps. 52 ctvs. Esta cantidad es muy poca, sin duda, si se consideran las grandes necesidades de mejoras que se hacen sentir por todas partes; pero el presupuesto de gastos, formulado siempre con la mayor circunspección guarda aun armonía perfecta con los recursos, que nada hace presagiar que una crisis pueda venir a interrumpir la marcha progresiva que se ha observado hasta ahora en todos los ramos de la administración.

Los gastos correspondientes al año 1855 fueron de 5.484.687 ps.; los de 1856, de 6.095.641 ps. y el presupuesto que acaba de ser aprobado para el año de 1857, sube a 6.336.069 ps. Los gastos, como las restas del Estado, siguen una progresión creciente. En 1850, no eran sino de 4.080.464 ps. (92)

Ministerios
1850
1857
Interior y Exterior.
578.318 ps.
1.648.826 ps.
Justicia, Culto e Istrucción Pública.
651.768 ps.
1.094.568 ps.
De Hacienda.
1.501.038 ps.
1.671.385 ps.
De Guerra y Marina.
1.339.340 ps.
1.885.289 ps.
-
4.080.464 ps.
6.336.068 ps.

En el último presupuesto figuran 211.527 ps. destinados a las pensiones, a la jubilación de los antiguos servidores del Estado, al monte de piedad y al sostén de los inválidos.

El monto de la deuda chilena, extranjera como nacional, es de 8.440.900 ps., de los que 6.480.500 pertenecen a la primera y 1.960.400 a la segunda.

Chile contrajo su deuda exterior con la Inglaterra, cuando la guerra de la independencia, y no pudiendo pensar en otra cosa, que en defenderse y asegurar su libertad, le fue imposible velar por el pago regular de los dividendos y aun menos pensar en su amortización. Habiéndose restablecido algo los negocios del Estado en 1842, el primer pensamiento del Gobierno fue hacer un arreglo con los acreedores de la nación, de donde resultó la división de la deuda chilena en dos secciones: la que representaba el capital, con una renta de 6 por ciento, y la que reasumía los intereses no percibidos. Se convino conceder a esta última una renta anual de 3 por ciento. La cifra de la deuda exterior ascendía de esa manera, en 1843 , a 8.432.535 ps. de los que 4.670.000 correspondían a los títulos de 6 por ciento y 3.782.535 a los títulos del 3 por ciento. La religiosidad con la que se comenzó a pagar desde entonces los intereses, amortizando al mismo tiempo una parte del capital, ha consolidado no sólo el crédito de Chile hasta el punto de que los títulos de su deuda se venden a la par, sino que ya en 1855 la totalidad de la deuda exterior se ha encontrado reducida a 6.480.500 pesos.

La deuda interior, aumentada considerablemente en muchas ocasiones por las necesidades extraordinarias del Estado, no llega al presente sino a la cifra que acabamos de indicar.

El Perú acaba de saldar la cuenta de su deuda con Chile, pagando 1.080.000.

Un temor quiza pueril, así como se le ha calificado ya, impide a nuestros hombres de Estado aprovechar el crédito de que goza la República; pero no se puede menos que encomiar la prudente distribución que hacen de las riquezas de que disponen, sin tener que recurrir a los empréstitos.

 

_________

Notas

a

Esta empresa, tan importante por el gran bien que debía resultar para las cercanías de Valparaíso, fracasó por falta de capitales y conocimientos.
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b y c

El establecimiento de hornos de fundición ha sido desde muchos años tan necesario como mal emprendido. La mala elección de las primeras materias que se han empleado en su construcción y más aún, la falta de conocimientos prácticos han sido, al principio, la causa del casi total abandono en que estaban. Al presente se generalizan por todas partes, con excelentes resultados para los empresarios.
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d

Esta industria ha sido mal emprendida en Chile porque pocos países se prestan más ventajosamente a su feliz realización. Para comprobar esta verdad basta echar una mirada sobre las salinas naturales de las costas de Vichuquén, Boyeruca y Bucalemu, y en las cavidades de las rocas bañadas de cuando en cuando por el mar: la sal se encuentra allí en todas partes. Pero se ha comenzado, desde luego, sin conocimientos, y, después, se han construido edificios soberbios que ninguna proporción guardaban con los procederes y simples aparatos de esta clase de establecimientos.
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e

La mejora en el arte de destilar licores espirituosos será siempre coronado de un feliz resultado en Chile, porque damos todavía al comercio licores bastante malos teniendo las mejores materias primas para fabricarlos excelentes.
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f

Esta fue la primera que dio buenos resultados en Valdivia; sin embargo, su defectuosa construcción mantuvo durante algunos años el descrédito del empleo de las máquinas que sirven para labrar las maderas de construcción.
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g y h

La mayor parte de los privilegios pedidos para mejorar el arte de tratar los metales no han sido más que verdaderas tentativas hechas por hombres sin conocimientos prácticos; y por consiguiente, los primeros ensayos han causado gastos inútiles y producido el desaliento y el abandono.
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i

Ramo industrial muy importante que es llamado a desempeñar un gran papel en la exportación. Se continúa lentamente.
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j

Chile, como lo hemos dicho hablando de la provincia de Concepción, posee ya excelentes; pero la producción siempre creciente del trigo exige aun más, sobre todo en las provincias centrales.
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k

No podemos cansarnos de repetir que Chile posee los materiales más estimados para esta clase de manufacturas; pero hasta ahora, los resultados son aun muy imperfectos.
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l

La explotación de esta preciosa sustancia mineral está aun por emprenderse en Chile; por ella es donde debiera haberse comenzado; no es pues de extrañar que el privilegio solicitado y concedido no haya obtenido resultado alguno.
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m

Ramo industrial muy importante que es llamado a desempeñar un gran papel en la exportación. Se continúa lentamente.
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n

No podemos cansarnos de repetir que Chile posee los materiales más estimados para esta clase de manufacturas; pero hasta ahora, los resultados son aun muy imperfectos.

o

Todo lo que tiende a sacar aceite de las sustancias vegetales es de la más alta importancia en Chile. Importamos aun el aceite de linaza que debía ser un objeto de exportación.
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p

Existe entre nosotros una especie de manía en olvidar que las artes tienen también su infancia, sobre todo en los países que no están precisamente preparados para las últimas mejoras industriales. Poseemos un establecimiento mágnífico de tejidos de lana, y en lugar de comenzar por la fabricación de paños toscos y cobertores, cuyo consumo está asegurado, se ha querido producir una mercadería de alto precio, lo que, naturalmente, no ha podido soportar la competencia extranjera.
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q

Esta fabricación toma de día en día más extensión.
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r

Este privilegio no excluye la introducción de segaderas, con tal que no estén provistas de las mismas modificaciones.
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s

Este privilegio como tantos otros, quedó sin ejecución, no obstante la subverción anual de 60.000 pesos que el Gobierno le concedía. El empresario lo había pedido sin saber si reuniría bastantes accionistas para llevar a efecto su especulación; esto es además lo que ha sucedido muchas veces en Chile a los demandantes de privilegios. De esto ha resultado que el Gobierno, viendo que su celo por acoger y proteger nuevas industrias impedía a veces su realización, tomó últimamente la prudente medida de fijar en término perentorio a su introducción bajo pena de vencimiento del privilegio.
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t

En general, los privilegios concedidos no excluyen sino la introducción de las industrias idénticas que hicieran uso de los mismos medios usados por el concesionario.
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92

En los primeros decenios de la República no se acostumbró a publicar los Presupuestos y Cuentas Nacionales en impresos separados, sino en diferentes Memorias Ministeriales y aún en éstas con algún desorden. Así, por ejemplo, por lo menos hasta 1835 correspondió al Ministerio del Interior presentar al Congreso el presupuesto de gastos para el año siguiente: Memoria que el Ministro de Estado en el Departamento del Interior presenta al Congreso Nacional. Año de 1835. Santiago, 1835. En cambio, ya en el año 1843, pasa al Ministerio de Hacienda: Memoria que el Ministro del Despacho en el Departamento de Hacienda presenta al Congreso Nacional de 1843. Santiago, 1843, donde se puede encontrar una ordenada exposición tanto de los gastos de ese año, como del Presupuesto para el año fiscal siguiente.
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