ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

Fuentes Bibliográficas
Homenaje a Vicuña Mackenna Tomo 2º.
Capítulo XVII.

Apenas abiertas las maletas de viaje y casi sin sacudirse el polvo del camino, Vicuña toma la pluma (86).

Comenzó, poco más tarde, a colaborar en las columnas de «El Ferrocarril» de Santiago, diario recién fundado. El 5 de Marzo de 1856 se insertó un artículo suyo acerca de «Reforma de la Agricultura en Chile», tema de sus principales preocupaciones por esos días. Y el 8 se inicia la publicación de Páginas de mi Diario durante tres años de viajes, que después sería recogido en volumen.

Su actividad comienza a manifestarse considerable. Trabaja en la Sociedad de Instrucción Primaria y en la de Agricultura, escribe en la prensa, promueve homenajes públicos a los grandes hombres olvidados, impulsa a los agricultores a modernizar sus sistemas, interviene en política.. .

En prosecución de aquellos propósitos de justicia histórica inició una subscripción para elevar una estatua a Molina, en cuyo honor compuso unos Rasgos biográficos del abate Juan Ignacio Molina, primer historiador de Chile. La empresa alcanzó buen término, colocándose la primera piedra del monumento el 17 de Septiembre de ese año. Y no paró ahí, pues hizo donación de las reliquias del escritor, por él traídas, a la Municipalidad de Río Claro.

Fundada la Sociedad de Instrucción Primaria en el mes de Julio, «Vicuña Mackenna es uno de los primeros en adherirse a ella, prestándole todo el concurso de su actividad que no sabía del reposo» (82). Nombrado secretario asiste a todas las sesiones, organiza fiestas escolares, recolecta fondos, escribe, empuja, anima.

En el mes de Agosto, con ocasión de reconstituirse la Sociedad Nacional de Agricultura, que hasta entonces languidecía falta de estímulos y de hombres, le presta su apoyo decidido, aceptando gratuitamente el cargo de secretario y la misión de redactar sus estatutos, de dirigir El Mensajero de la Agricultura, periódico mensual destinado a servir los intereses agrícolas del país y de componer una memoria sobre la importancia de aquélla.

La memoria, convertida en libro con el título de La Agricultura de Chile, fue dada a la prensa: en Septiembre de 1856. Es obra plena de interés y enriquecida con notables observaciones personales. La historia de la agricultura se divide en cuatro períodos: indígena, de la conquista, del coloniaje y de la independencia.

No pararon sus esfuerzos en la materia. El 3 de Septiembre apareció en el diario de marras un informe de la Sociedad, obra suya, acerca de «La emigación europea con relación a Chile». En aquel estudio-en que al decir de Galdames muestra su autor «seguro criterio de estadista»,-comprendiendo qué importancia para un país joven, falto de brazos y sobrado de tierras, tendría la llegada de gentes escogidas, Vicuña sostuvo que el problema debía plantearse como de inmigración general y no de colonización parcial (87). La visión del, hombre de Estado iba ya lejos, pero habrían de quedarle cortos escenario y colaboradores. El gobierno, conservador de espíritu y a menudo cerrado a toda reforma que no viniese por fuerza del tiempo, prestó como siempre oídos de mercader. Y así habían de malograrse sus esfuerzos y con ellos la propia Sociedad de Agricultura, renacida al calor de la energía de Vicuña Mackenna.

El Mensajero de la Agricultura no tardó en aparecer. Desde Octubre, en que salió a luz el primer número, debido todo a su personal esfuerzo, fué publicándose con regularidad hasta el mes de Junio de 1857 (88). En sus cuadernos el entusiasta director insertó numerosos artículos y crónicas en que vaciaba sus experiencias y el caudal de sus conocimientos. Puede decirse que la revista estaba casi entera redactada por él (89).

Corridos los meses sin alcanzar la cooperación efectiva del gobierno ni de los miembros de la sociedad, Vicuña presentó renuncia de su cargo de secretario y, según cuenta Donoso, «no se encontró con quien reemplazarlo».

A la par que sus empresas de interés nacional iba la labor propiamente literaria. En Agosto terminó « El Ferrocarril» la publicación de los Viajes y a poco las calles coloniales de la capital se vieron inundadas de cartelones anunciando la aparición de la obra en volumen. Sacudiendo su modorra los santiaguinos se interesaron grandemente y en las tertulias de aquel invierno no se habló de otra cosa. El escritor había hecho, a poco andar, la conquista definitiva del público más exigente y menos dado a especulaciones intelectuales-exceptuada la brillante élite que lo sirviera-de cuantos hay en nuestra América. Bien es cierto que por aquellos años marchaba Chile a la cabeza de la intelectualidad sud americana y que el ambiente de las letras chilenas y de la cultura pública era harto superior al de las capitales hermanas y muy por encima del que existe hoy en las laderas del Mapocho.

El libro del joven escritor bien valía semejante triunfo. Dice de él Donoso, buen juez en la materia: «Libro personalísimo y único, es uno de los más bellos, amenos e interesantes de cuantos salieran de la incansable pluma del autor de la Historia de Santiago. El escritor estaba ya formado, con una amplia y sólida cultura literaria e histórica y manejaba el estilo con una soltura encantadora». Galdames lo reputa como «una de las obras clásicas de la literatura nacional». Itinerario fiel, registra todas las andanzas de Vicuña en el primer ostracismo, retiene sus pensamientos y reflexiones, conserva sus vaticinios y deja fijada para siempre, la fisonomía de todos aquellos, países en los promedios del siglo XIX. En la obra se evidencia, también, noble propósito de levantar el nivel cultural de América, de señalar a las generaciones nuevas el deber histórico que les incumbía, de mostrar el tremendo retardo en que se encontraban todos los países del Sur, indicándose cuáles caminos era conveniente seguir (90). Labor de maestro, misión de apóstol.

Un aire de juventud, de alma saturada de amanecer, fresca, toda abierta al futuro, se respira en sus capítulos y ese espíritu habita hoy las páginas amarillentas del Diario de Viaje. En Vicuña Mackenna sólo la materia sabe envejecer.

 

__________

Notas

82

Donoso, obra citada.
Volver

86

La labor literaria de Vicuña Mackenna, iniciada formalmente en 1849, no se detuvo en los días que precedieron a su primer exilio. De esa época son sus biografías de Jorge Beaucheff, Guillermo de Vic-Tupper y Carlos Wooster, impresas en 1854 en la =Galería Nacional o colección de biografías y retratos de hombres célebres de Chile» publicada por Narciso Desmadryl. Para esa obra compuso su Vida de Mackenna que fué dada a la estampa en 1856.
Volver

87

En su Diario de Viaje también se preocupó de este problema y con prolijidad. Escribe Galdames, a este propósito: «es de admirar cómo este espíritu, inclinado en todo instante a las letras, al arte, y a la historia, armoniza y contrapesa por igual los temas de índole práctica, en que se esbozan y barajan los más comunes negocios, con los temas de mera especulación, en que se exponen o critican las obras más delicadas del ingenio. Sus múltiples facultades no se divorcian ni se subordinan; simplemente se suman, y las unas a las otras se ponderan. Idealismo y realismo van unidos en sus lucubraciones, para prestarse mutuo apoyo; y esta característica, que claramente se diseña en los pensamientos de su juventud, será también la de su edad madura, la que hará tan suyos sus escritos, la que les proporcionará la vida y el vigor de su época; pero la misma, por desgracia, que le negará el acceso al bienestar y al desahogo que en justicia le correspondían. Nunca, en propio beneficio, se resignó a poner candado a sus idealidades, para entregarse por cálculo o por miedo a la vulgaridad ambiente; y ésta había de castigarlo como a todos los pensadores de su casta».
Conviene agregar que la situación del proletariado chileno, sus miserias y atrasos le preocupan de modo constante en estos trabajos, inspirándole atinadas soluciones que el capitalismo oiría con enojo. Sobre este aspecto importantísimo de Vicuña Mackenna nos referiremos con detención, más adelante.
Volver

88

A titulo de curiosidad, he aquí algunos de los ganados por Vicuña en el terreno de los estudios agrícolas: antiguo alumno del Colegio Real de Agricultura de Cirencester y del jardín de Plantas de París; miembro de la Sociedad Zoológica y de Aclimatación de Francia, de la Sociedad de Botánica de París; miembro corresponsal en Chile de la Sociedad Central de Agricultura de Francia y Secretario de la Sociedad de Agricultura de Santiago.
Volver

89

Los principales artículos publicados por Vicuña Mackenna en El Mensajero de la Agricultura. fueron los siguientes: «La Sociedad de Agricultura. Protección del Gobierno a la Agricultura Nacional»; «Breve reseña de los progresos de la agricultura de Chile»; «Rodeos de Polpaico»; «La jardinería en Santiago»; «A los agricultores chilenos»; «Sobre el establecimiento de una Hacienda Modelo en Chile»; «Cuatro principios fundamentales del buen cultivo»; «Los árboles indígenas de Chile y los árboles aclimatados de Europa»; «Revista del mes de Noviembre»; «La cosecha y la maquinaria agrí-cola»; «Meteorología general»; «Exposici6n de Agricultura para 1857. Indicaciones prác-ticas para su realización»; «Revista del mes de Diciembre»; «Algo sobre la explotación del ganado»; «Comunicación interoceánica entre el Pacifico y el Atlántico»; «Las dos crisis actuales»; «Medios de asegurar mercados fijos a los productos de la agricultura nacional»; «Revista del mes de Febrero»; « Reapertura de la Sociedad Nacional de Agricultura»; «El departamento de La Ligua»; «La ciudad de Santiago, su pasado, su presente, su futuro» (incluido. más tarde en Miscelánea); «Revista del mes de Marzo»; «La Sociedad Nacional de Agricultura, trabajos realizados por la antigua Sociedad Chilena de Agricultura, programa que toca realizar a la actual Sociedad»; «Establecimiento de una fábrica de herramientas de agricultura en la provincia de Santiago»; «Aclimatación de la cochinilla en Chile»; «Programa de trabajos para las comisiones del Consejo Directivo de la Sociedad Nacional de Agricultura»; «Revista del mes de Abril y del mes de Mayo».
Volver

90

En el llamado que Vicuña Mackenna hace a la juventtud de América, resalta el vigoroso cuadro que traza sobre las realidades americanas de 1855, más actual-hoy día-de lo que a primera vista pudiera parecer.
«Nuestra salvación es el porvenir -dice Vicuña- y el porvenir (¿qué es?). Es la juventud, es la vida que se alza, la inteligencia que brilla, el corazón que palpita, la mente que trabaja la actividad que organiza, el porvenir que marcha. Alzate entonces, Juventud del Porvenir! Nosotros te invocamos, Juventud de Sud América, y te llamamos a la obra de salvación en nombre de todo .Lo grande que anida el alma de los hombres, y en nombre de tí misma, Juventud de Chile; porque tú huyes tu misión de labor y de inteligencia; porque nos eres arrebatada en masa por los jesuítas, por las academias mili-tares, por los seminarios conciliares, por los empleos de oficina, por los mostradores de los baratillos, por los potreros de vacas, por las futilidades de los salones, por la banalidad de las modas.
«¿Dónde está hoy día entre nosotros el espíritu de unión, el estímulo mutuo, la ambición de gloria, palancas de la vida social? Dónde la fe de las creencias, las esperanzas del alma, las aspiraciones a lo bello, a lo intelectual o a lo infinito, móviles del porvenir? Dónde brilla el germen de lo increado que busca la forma para brillar como una verdad o un descubrimiento? ¿Dónde está el trono del pensamiento, para imperar con él; dónde brilla la luz de la razón para seguir sus reflejos? En qué mente está concentrada la filosofía escudriñadora? En qué frente se ha estampado el sello de una suprema convicci6rí? Quién indaga el pasado y nos lo cuenta como una lección? Quién comprende las virtudes públicas y las practica sin el egoísmo del individualismo? Qué se ha hecho el espíritu de examen, el hábito fecundo de la meditación, la critica sana y elevada, y no la murmuración ociosa y culpable? ¿En qué parte se cultivan las cualidades del espíritu que forman los grandes ciudadanos, la elocuencia parlamentaria, las cátedras libres del profe-sorado, la prensa independiente la discusión de la cosa pública, abierta para todos? Dónde está el campo del genio, dónde se eleva el talento, dónde está la educación que prepara el futuro, el impulso que lo realiza, la conciencia moral que lo afianza? Por qué se avasalla toda inteligencia que se obliga, y se hunde y quiebra en pedazos el pensamiento altivo, pero recto, atrevido pero leal, que denuncia los errores y,. postrado ante la verdad,-augusto bien de la conciencia,-acepta sin temor el reto del odio, el lodo de la calumnia, la persecución de todos? Por qué se derriba a garrotazos la juventud de los colegios y se le encierra después en los calabozos de las cárceles públicas? ¿Dónde palpitan, pués, los síntomas de la vida, de la juventud, del porvenir?».
Volver