ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

Fuentes Bibliográficas
Segunda parte.
Capítulo XIV. Observaciones generales (1ª parte).

Según lo que hemos tenido ocasión de indicar en el curso de este ensayo, y particularmente hablando de la provincia de Santiago, toda presunción, aun aproximativo, sobre la extensión general del territorio de la República chilena es aventurada. El único hecho averiguado es que esta extensión es mucho mayor que lo que se ha supuesto hasta ahora.

La forma longitudinal del país, la inclinación de su suelo, desde las nieves de los Andes hasta los arenales ardientes de una gran parte de sus costas, y los dos paralelos que marcan su posición geográfica en la zona templada, manifiestan bastante la variedad de su clima y la naturaleza de sus producciones. Bajo este respecto, puede dividirse el país en tres regiones bien distintas: la de las minas, al norte; la de la agricultura, al centro; la de los bosques, al sur. En esta última región se encuentran los ríos navegables y los que son susceptibles de serlo; pero éstos tardarán mucho en rendir servicios útiles a la industria y comercio, porque en Chile se tiene la costumbre de pedir a la naturaleza lo que solo se pide al arte en Europa.

No haremos mención del fenómeno de los temblores de tierra, a los cuales está expuesta toda la parte occidental de la América del Sur. Nosotros no les concedemos una influencia tan poderosa sobre la perturbación del bienestar de los hombres como la que les atribuyen varios autores de viajes, siempre dispuestos a describir peligros en los cuales pretenden haberse encontrado.

Siendo aun del dominio de la presunción o del de los sistemas más o menos ingeniosos, las causas de los temblores de tierra, nos abstendremos de agregar por nuestras indicaciones más sombras sobre su origen y sobre la época probable en que con más frecuencia tienen lugar.

Desde que Chile comienza a figurar como colonia española, hasta nuestros días, es decir en el espacio de 315 años, no se han experimentado más que cinco terremotos: en 1647, 1730, 1751, 1822 y 1835. Sus efectos no se han hecho sentir más que de una manera parcial sobre algunos puntos de la República; las poblaciones conmovidas han sufrido la ruina de sus edificios. En estas cinco calamidades; que han acaecido en el lapso de más de tres siglos, se presume que han perecido mil veinticinco individuos. Las otras conmociones terrestres que se experimentan de tiempo en tiempo no son más que sacudimientos sin consecuencia. Ellas remecen en algunas ocasiones las casas mal construidas, pero sin hacerlas caer, y una vez pasado el momento de la turbación, provocan una risa general, ocasionada por los episodios ridículos que un miedo instantáneo y súbito produce entre los numerosos habitantes de una ciudad, en un momento dado. Pero el nombre solo de temblor de tierra hace estremecer a un europeo del norte. El autor del Viaje a las dos Américas, publicado bajo la dirección de M. Alcide d'Orbigny, en 1854, dice hablando de Chile: "Por muchas que sean las ventajas que presenta Chile por la excelencia de su clima y la fertilidad de todas las partes de su suelo susceptibles de regadío, estas ventajas son más que contrabalanceadas por los temblores de tierra a los cuales está sujeto el país". Sin embargo, en Chile no se conocen los efectos del rayo ni del granizo que caen casi en todas partes; los huracanes que despedazan los buques contra las costas, desarraigan los árboles y arrasan barrios enteros de las ciudades en las Antillas y en China, son igualmente desconocidos; las fiebres endémicas, propias de los países intertropicales, y que son la sentencia de muerte de un gran número de europeos que los visitan, no existen tampoco entre nosotros, como ya lo hemos hecho observar en otra parte; el cólera que asola comarcas enteras en Europa, en Asia y hasta en la América misma, no ha azotado todavía nuestro país, cuyas grandes ventajas son más que contrabalanceadas por los temblores de tierra; y a nadie se le ha ocurrido hasta ahora decir otro tanto de los países intertropicales y de la Europa! Así es como a fuerza de querer calificar las cosas por un solo rasgo, se llega a ser a menudo injusto y con más frecuencia infiel.

Lejos de mí la pretensión de querer dar a entender que los temblores de tierra no son una verdadera calamidad, sobre todo en las regiones donde este fenómeno se manifiesta con toda su fuerza; me limito únicamente a comprobar que no son, en mucho, de temer en Chile como en las regiones situadas al norte del desierto de Atacama, según lo ha demostrado la experiencia durante más de tres siglos. Además, las casas están arregladas de modo que pueden prevenirse las desgracias que causaría un hundimiento, y como la conmoción terrestre se anuncia siempre por un fuerte ruido, que precede al sacudimiento, todo el mundo tiene tiempo de salir y esperarlo en los grandes patios y jardines de que están provistas las casas.

Los conocimientos que poseemos sobre la población de Chile son menos vagos que los datos que han podido recogerse sobre la extensión de su territorio; sin embargo, dejan todavía mucho que desear.

El ramo más interesante de la estadística, el que tiene por objeto ocuparse de un modo filosófico del empadronamiento de los pueblos, está aún muy nuevo y lejano de la perfección, para que pueda, en un país tan poco previamente dispuesto como el nuestro, responder a todas las cuestiones que un buen censo está llamado a resolver. Los censos que han precedido al de 1853, no pueden pues clasificarse sino en la categoría de meras suposiciones. El de 1813 hace subir la población a 980.000 almas. El barón de Humboldt calcula que sería de 1.100.000 en 1823, y el censo de 1843 hace bajar la cifra de los habitantes, 20 años después, a 1.081.494. Felizmente, el censo de 1854, vino a poner término a las incertidumbres y fijó el número de habitantes de la República en 1.439.120. Sin embargo, por mucho cuidado que se haya puesto en él, por muy detallado y minucioso que sea, deja aun vacíos que llenar y multitud de cuestiones sin respuesta, lo mismo que la mayor parte de los censos que se hacen en los países más ilustrados de Europa(*).

Faltando absolutamente las investigaciones sobre el monto del consumo interior de los productos chilenos, debemos ceñirnos a señalar aquí el de la exportación, el cual estando bien comprobado por la hermosa colección de documentos estadísticos oficiales que poseemos, puede dar una medida aproximativa de la producción general.

La industria agrícola, como lo hemos hecho notar ya, está aún en Chile en su primera infancia. Se comienza apenas a hacer uso del arado perfeccionado y de la hoz. Estos ensayos son debidos a los esfuerzos de algunos particulares ilustrados que, reunidos en un congreso industrial, bajo el nombre de Sociedad de Agricultura, tratan de reemplazar la rutina por las mejoras europeas. El Gobierno, por su parte, mantiene aquella hermosa Escuela Normal de Agricultura, de la que ya se ha hablado y donde se practican los nuevos descubrimientos a fin de mostrar su ventaja y su aplicación. A esta quinta modelo, donde se encuentran vastos planteles de plantas indígenas y exóticas, y las más bellas razas de los animales reproductores de Europa, cada provincia envía un alumno que debe a su vez, dirigir un establecimiento semejante en su sección natal; en fin, todo hace presagiar una reforma general en la más importante de las industrias humanas.

Se saben ya cuales son nuestras producciones vegetales; los cuadros siguientes dan una idea de su proporción relativa a la masa total, deduciendo lo que proviene de la industria selvícola. En el primero presentamos los productos inmediatos de la agricultura y en el segundo, los que resultan de las más simples operaciones industriales a que se les somete(91).

PRODUCCIONES INMEDIATAS

Designación
1844
1855
Cantidades
Valor $
Cantidades
Valor $
Alfalfa (semilla)
3.646 fs.
23.719
49 fs.
340
Ajo
24 mil.
21
305 mil.
905
Ají
68 fs.
119
20 fs.
160
Algarrobilla
858 fs.
1.020
--
--
Almendras
80 qles.
3.040
152 fs.
3.720
Anís
10 fs.
64
95 fs.
1.330
Trigo
68.639 fs.
179.374
258.861 fs.
1.078.113
Cachanlagua
59 qles.
350
04 qles.
80
Coquitos
1.973 fs.
13.794
1.034 fs.
5.759
Comino
415 fs.
1.660
810 fs.
3.240
Cáñamo (semilla)
17 fs.
18
52 fs.
208
Chalotas
2 fs.
6
-
-
Flores (semilla)
1 fs.
50
66 fard.
710
Pasto
1.710 qles.
3.252
1.523 qles.
6.092
Frutas frescas
94 qles.
583
4.435 qles.
8.367
Garbanzos
357 fs.
1.508
65 fs.
346
Granzas
36 fs.
35
78 fs.
78
Fréjoles
6.177 fs.
24.672
17.162 fs.
115.274
Legumbres frescas
676 fard.
3.438
1.678 fard.
3.061
Lentejas
676 fard.
3.438
101 fard.
427
Linaza (semilla)
2 ar.
6
-
-
Maíz
592 fs.
1.174
567 fard.
2.161
Alpiste
84 fs.
588
260 fard.
2.065
Mostaza (semilla)
61 qles.
366
125 libs.
16
Nabo (semilla)
90 fs.
390
-
-
Nueces
5.270 fs.
15.836
12.415 fs.
55.381
Avellanas
6 fs.
6
-
-
Cebada
36.508 fs.
53.245
89.158 fs.
265.260
Orégano
1.120 fs.
2.244
1.110 fs.
3.728
Paja de trigo
1.329 fard.
758
59 fard.
50
Arvejas
464 fs.
1.099
11 fs.
50
Papas
5.913 fs.
10.168
5.561 fs.
16.983
Piñones
32 fs.
92
130 fs.
2.560
Quillay (cáscara)
242 qles.
596
422 fs.
844
Raigrass
55 fs.
27
-
-
Asafrán
1.335 libs.
416
-
-
Total
1.576.257

Designación
1844
1855
Cantidades
Valor $
Cantidades
Valor $
Almidón
84 qles.
422
351 qles.
1.755
Escobas
362 docs.
171
1.122 docs.
558
Bizcochos
22.653 qles.
79.864
28.137 qles.
99.970
Cerveza
24 docs.
36
120 docs.
227 gals
676
Calabazas
1.093 grus.
2.186
50 docs.
7
Cables
800 qles.
1.200
3.397 qles.
61.138
Cuerdas de cáñamo
657 qles.
7.884
1.163 qles.
20.213
Carbón de leña
671 fags.
505
1.430 fags.
2.842
Chuchoca
10
17
16 fags.
65
Chuño
12 qles.
207
2.203 libs.
766 gals.
221
5.207
Aguardiente
365 gals.
267

270 docs.
258 arbs.


3.229.784
Estopa
223 qles.
669
683.203
2.040
Harina de trigo
60.467 fags.
352.109
420 qles.
8.896
Frangollo
376 fags.
1.353
1.112 fags.
-
Frutas secas
752 fags.
4.216
fags.
2.241
Harinilla
7 fags.
6
2.241
-
Hojas cortadas
2.540 grus.
2.540
grus.
1.050
Aceite de oliva
2 cajs.
2
350
-
Caldo de uva
44 arbs.
49
arbs.
3.320
Caldo de manzana
4 arbs.
6
288
33.985
Pasas
337 qles.
4.572
38.485 qles.
1.218
Afrecho
2.384 fags.
1.333
805 fags.
21.086
Esteras
190 piez.
143
7.033 docs.
219
Fideos
81 cajs.
137
612 arbs.
2.325
Vinagre
801 arbs.
1.981
627 gals.
1.764
Vino
748 arbs.
2.552
89 arbs.
1
Cáñamo
-
-
1 qles.
294
Culén
-
-
147 qles.
3
Espíritu de vino
-
-
1 qles.
702
Frutas en aguardiente
-
-
117 doc.
700
Harina tostada
-
-
90 fags.
125
Legumbres conservadas
-
-
165 fdos.
24
Miel de palma
-
-
1 fdos.
30
Cebada
-
-
10 saco
1.321
Aceitunas
-
-
1.107 fdos.
40
Ron
-
-
400 gals.
-
Sémola
-
-
libs.
-
Total
3.501.920
Basta echar una mirada sobre estos cuadros para ver el aumento de la producción y de los valores, y las pocas nuevas industrias que han concurrido en el espacio de 12 años a aumentar la nomenclatura de las que ya existían. Lo repetimos, la industria falta en Chile, no por falta de primeras materias, cuya variedad y abundancia es conocida, no por la escasez de capitales; sino por falta de conocimientos y de hombres especiales para hacerla desarrollar. Conociendo ya el clima chileno y la bondad del suelo, el capitalista y el industrial verán, al examinar los cuadros precedentes, lo que les queda por emprender.

Tanto como lo permiten los límites de este ensayo, hemos demostrado, al hablar de las provincias de Valdivia y Chiloé, en que consiste nuestra industria selvícola. En Chile no se cuidan los bosques, se les destruye; es cierto que no se ha sentido aun la necesidad de velar por su conservación. Los cortes se hacen precisamente en la época de la savia ascendente, lo que aminora la calidad de las maderas labradas. El instrumento empleado generalmente es el hacha; la introducción de las máquinas de aserrar se hace tan lentamente que no se ven sino algunas de una gran imperfección en las regiones mismas, cuya primordial riqueza deriva de los bosques. Sin embargo, la madera del país podría no solo hacer excluir en la República la madera de construcción extranjera, sino aun ir a disputarle con éxito el mercado en muchas partes del litoral del mar Pacífico.

He aquí el monto de la producción selvícola que figura en el comercio interior y exterior hecho en 1855, por la vía marítima. La cifra del que se ha hecho por tierra en el mismo año, para las necesidades de las provincias situadas en el interior del país, nos es desconocida.

1855
Productos inmediatos
Productos mediatos e industriales
Designación
Cantidades
Valor $
Designación
Cantidades
Valor $
Plantas indígenas
11 fardos
800
Artesas y utensilios domésticos hechos en general de una sola pieza
479 pzs.
1,703
Leña
-
14.555
Palos de buques
2.265.000 pzs.
21 piezas
920
Vigas y tablas de distintas dimensiones
3.146.571 pzs.
768.614
Duelas
1.300 pzs.
52
Molinete de buque
1 pzs.
50
Remos
82 pzs.
123
Ruedas de carretas
15 pars
540
Total
784.889
Total
2,467

Las producciones del reino animal han perdido mucho de su importancia, desde que el cultivo de las tierras ha llamado sobre ella la atención de los agricultores a causa de las grandes ventajas que les procura. Los esfuerzos que hace el Gobierno para la introducción de las razas perfeccionadas de los animales domésticos, esfuerzos secundados por el celo digno de encomio de algunos particulares inteligentes y por las publicaciones de la Sociedad de Agricultura, comienzan a probar no sólo que el arte de criar animales no ha existido jamás en Chile; sino que reduciendo su número y cuidándolos mejor, se obtienen más beneficios que los que se obtenían antes confiándolos a la naturaleza.

El monto anual de la producción animal es aún más difícil de precisar que el de los artículos que provienen de los demás reinos de la naturaleza, a causa de que su exportación no es considerable y que se ignora absolutamente lo que se consume en el interior. He aquí, sin embargo, el cuadro de la exportación de este ramo importante de nuestras riquezas nacionales durante el año 1855.

PRODUCTOS ANIMALES EXPORTADOS EN 1855

Designación
Cantidades
Valor $
Vacas y toros vivos
10
350
Carne salada
3.490 quintales
24.624
Charqui
3.613 quintales
50.522
Lenguas de vaca secas
396 docenas
794
Grasa de vaca
2.242 arrobas
8.777
Sebo de vaca
647 quintales
10.897
Velas de sebo
335 quintales
6.030
Aceite de patas
22 galones
22
Cueros de vaca
27.440 piezas
91.295
Cueros de curtidas
84 piezas
252
Crín
10 quintales
200
Astas de vaca
136.450 piezas
4.175
Huesos de id
1.700 quintales
1.700
Leche conservada
456 jarros
228
Mantequilla
6.640 libras
2.106
Quesos
737 quintales
7.638
Carneros vivos
128 quintales
384
Pieles de carnero
1.247 piezas
467
Lana ordinaria
14.868 quintales
162.177
Pellones
4.358 piezas
8.716
Pieles de cabra
15.450 piezas
4.261
Cerdos vivos
120 piezas
248
Jamones
5.043 libras
630
Jamones
4.237 piezas
3.135
Grasa de chancho
5 quintales
77
Caballos
16
580
Pieles de chinchilla
2.948 docenas
11.092
Aves domésticas
215 docenas
885
Huevos de gallina
3.102 docenas
768
Pescado seco
23 quintales
322
Aceite de ballena
30 galones
34
Huano
20.952 quintales
15.714
Total
319.119

Se ve que, no obstante la multiplicación de las curtiembres, la extracción de los cueros de vaca, de cabro y de cordero, para el comercio exterior continúa todavía, aunque ha disminuido considerablemente, esto prueba más bien la insuficiencia de las curtiembres relativamente a la masa general de cueros, que la cantidad de sus productos, así la Francia, la Inglaterra y la América del Norte importan aun cueros curtidos para el consumo nacional. Lo mismo sucede con el pescado seco y con tantos otros artículos cuyas primeras materias existen en Chile. Nos limitamos a mencionar estos dos objetos, para que pueda apreciarse cuan provechosos pueden ser a los empresarios la introducción de nuevas industrias y el perfeccionamiento de las establecidas.

La explotación de las minas se hace de día en día más importante, ¡pero cuánto no pierde el país por falta de medios para darle más extensión! Reasumiendo el cuadro que sigue, cualquiera persona, comparando la nomenclatura de los principales metales que ofrece Chile, con lo que figura en el comercio exterior, puede ver cuáles son las sustancias minerales de que no sacamos partido alguno.

PRODUCTOS DE LAS MINAS, 1844

1844
1855
Especies
Cantidades
Valor ps.
Cantidades
Valor ps.
Oro en barra
47.222 castellanos
116.367
50 onzas
781
Plata piña(1)y en barra
119.930 marcos
1.230.458
270.984 marcos
2.648.746
Minerales de plata
402 quintales
3.908
255.799 quintales
1.603.889
Cobre argentífero
31 quintales
93
9.873 quintales
93.560
Cobre en barra
87.524 quintales
1.236.747
177.765 quintales
2.909.916
Virutas de cobre
-
-
1.059 quintales
12.652
Escorias de cobre
-
-
472 quintales
472
Cobre en ejes
110.551 quintales
437.352
257.852 quintales
1.129.793
Minerales de cobre
205.632 quintales
374.620
559.560 quintales
1.322.365
Minerales de níquel
24 quintales
79
Minerales de cobalto
50 quintales
87
4.348 quintales
8.219
Minerales de plomo
126 quintales
126
-
-
Cal
152 fanegas
22
98 quintales
202
Carbón mineral
5.156 toneladas
39.327
91.982 quintales
74.903
Total
9.805.498

Como se ve, la explotación del plomo y del níquel parece estar abandonada, sin que la del cobre y de la plata hayan llegado a su perfección, porque, así como lo hemos dicho en otra parte, se exportan aun las escorias para someterlas en Europa a un nuevo tratamiento. En Coquimbo se ocupan de la laminación del cobre para el uso de la marina, y en muchas partes del país se dedican a la fabricación de calderos del mismo metal.

La enumeración de los artículos que componen los productos chilenos que entran en el comercio, prueba cuan atrasada se halla nuestra industria en general. Es verdad que no teníamos ninguna en la época de la dominación española, y las que poseemos al presente han sido creadas desde nuestra independencia y son debidas a los esfuerzos incesantes de los gobiernos que sucesivamente han dirigido los destinos de la República.