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Fuentes Bibliográficas
Segunda parte.
Capítulo IX. Provincia de Valdivia.

Creada por la ley de 30 de agosto de 1826

 

Esta hermosa provincia está limitada al norte por el río Toltén, en todo su curso del este al oeste desde el lago de Villarica hasta su desembocadero en el océano Pacífico, por los 39°7'45" lat. S; al sur por la provincia de Chiloé y la colonia de Llanquihue; al este por los Andes, que la separan de la Patagonia oriental, y al oeste por el océano.

Un poco menos de la cuarta parte del territorio de Valdivia está bajo el dominio inmediato de los indios civilizados, a quienes se acostumbra todavía llamar araucanos, aunque los verdaderos no existen ya(*). La línea que los separa de los indios civilizados y de los habitantes de origen europeo no podría ser indicada con exactitud, en atención a que cambia de día en día por los progresos que hace el elemento europeo sobre esas tribus antes tan guerreras. Esta línea es un verdadero zig-zag cuyos ángulos salientes representan al norte los últimos pasos de la civilización y los ángulos entrantes los restos de la barbarie que no tardarán en desaparecer.

El aspecto físico del territorio valdiviano difiere un poco de las regiones septentrionales de la República. El valle central es mucho más ancho, y más bajo con relación al nivel del océano. Aunque esté rodeado al oeste por las altas montañas de la costa, cuya base es muy extendida en estas latitudes, el efecto de las mareas se hace sentir mucho antes en los ríos que la atraviesan del este al oeste. El valle de la costa pierde, partiendo del puerto del Corral, la uniformidad que trae de las comarcas del norte, y que se encuentra solo por intervalos a lo largo de la base oriental de las montañas marítimas.

Tres grandes ríos cortan el territorio del este al oeste; el Río Bueno, engrosado por sus afluentes el Pilmaiquén y el Rahue, el de Valdivia, formado por el Calle Calle y las Cruces, y el del Toltén, que limita la provincia al norte. Todos estos ríos son navegables, así como la mayor parte de sus numerosos afluentes. Además de estos de origen andino, la provincia cuenta muchos otros que parten de la cadena central, y van a arrojarse directamente al mar. Los más considerables son, al sur, el Río Frío, el Chanchán y el Queuli. El primero tiene su origen en los estanques de las vastas selvas de que el lago de Llanquihue está rodeado al oeste y se echa en el mar en Hueyusca, bajo el nombre de Llico. Los otros dos se encuentran entre los ríos Valdivia y Toltén.

Los principales lagos, partiendo del sur, son: el Puyehue, de que ya hemos hecho mención, y de donde parte el río de Pilmaiquén; el Ranco, situado en la base de los Andes, un poco al sur del paralelo de la ciudad de Valdivia, y de donde sale él Bueno; el Laja, el Pichihueco y el Riñihue, escalonados en la base de los Andes; el Huanegüe y el Huitagüe, situados un poco más al norte. Estos cinco últimos lagos, unidos entre sí por canales que derraman sus aguas unos en otros forman la fuente principal del Calle Calle. El lago de Villarica, situado un poco más al noreste del volcán del mismo nombre, es el último de esta singular sucesión de grandes depósitos de agua que ocupan la parte más próxima de los Andes, en el valle central del sur. La forma y tamaño de estos lagos no habiendo sido aun bien determinados, no es posible precisar el número de leguas cuadradas que arrebatan al dominio de la agricultura. Se atribuye sin embargo al Ranco, el más grande de todos, una superficie de 28 leguas.

La provincia cuenta muchos puertos, los más importantes san: Bueno, Valdivia, Chanchán, por los 29°26'40" lat. S, Queuli, por los 39°14', y Toltén por los 39°7'45". Todos se hallan en el desembocadero de los ríos navegables del mismo nombre. Existe, a lo largo de las costas otros distintos puertecitos intermediarios, pero poco frecuentados aun por los buques, y solo están abiertos al comercio los puertos del Corral, de Valdivia y Bueno.

La región de los bosques se encuentra en dos zonas longitudinales distintas: la primera de un ancho de más de doce leguas, ocupa la sección marítima, desde el norte hasta el sur del territorio de Valdivia. La segunda ocupa la base de los Andes y se eleva casi al límite de las nieves perpetuas. El valle central encajonado por esas dos grandes selvas que constituyen una masa compacta de las más poderosa vegetación es una bella llanura casi enteramente desprovista de grandes árboles y apta a todas las clases de cultivos de los países templados. El suelo no es rico en la zona de las selvas de la costa, y, después del primer año de rendimiento, exige por lo general el ser abonado; pero los terrenos del valle central, sobre todo en la parte que rodea la base de los Andes, son de una fertilidad notable; aquí los abonos sería perjudiciales a los cereales.

Pocas provincias hay en la República, cuyo porvenir sea más risueño y más seguro que el de Valdivia, a causa de su clima, de la naturaleza de sus producciones y de la gran facilidad que sus ríos navegables ofrecen para exportarlos. Además de las variedades de maderas que hemos indicado en Chiloé, Valdivia posee el roble-pellín y una gran cantidad de lingues, y parece que la naturaleza ha multiplicado y extendido los brazos de sus ríos navegables precisamente en las localidades que las necesitan a fin de facilitar la extracción de las grandes vigas de maderas para el comercio exterior. Los cereales comienzan a figurar en la exportación(**), las legumbres se producen en todas partes; pero las frutas, a excepción de los manzanos, de los que se encuentran por todas partes bosques que crecen sin el menor auxilio de la mano del hombre, no son ni abundantes ni de buena calidad. Este defecto, sin embargo, debe más bien atribuirse a la falta de cultivo y de cuidados que a inconvenientes de la naturaleza. No hace mucho tiempo que la abundancia de duraznos permitía secarlos para entregarlos a la exportación; al presente raras veces se les toma maduros en Valdivia. Se ven a veces plantas de viñas hechas silvestres subir con vigor a lo alto de los más grandes árboles, sin que la uva adquiera su madurez. Hay en la ciudad misma de Valdivia, así como en Osorno, enormes perales que se cubren de buenos frutos; sin embargo la pera es rara y se vende muy cara, porque no se ha multiplicado la planta. Sea cual fuese el abandono en que se encuentra la arboricultura, el clima y el suelo parecen persistir en la conservación de los árboles frutales introducidos por los españoles. La viña, el durazno y la ciruela se dan muy bien en San José, en las cercanías de Arique, en las márgenes del río Calle Calle y aun en Osorno. El naranjo, el olivo y el granado no crecen espontáneamente. Las plantas herbáceas tales como el lino y el cáñamo, parecen haber encontrado en Valdivia su suelo natal; sin embargo no entran en la exportación.

La perpetua primavera que favorece a los vegetales hace igualmente multiplicar los animales vacunos. Son notables por su gran tamaño. Se les exporta para Chiloé y Concepción. Las costas abundan en focas, a cuya caza se entregan con buen éxito en las cercanías del Chanchán.

No se encuentran metales preciosos en la provincia, aunque el oro existe en pequeñas cantidades en las capas aluviales que rodean a Osorno al oeste de la Unión. El carbón fósil se manifiesta en profusión a lo largo de las costas, lo mismo que en Catamatum, a 7 leguas de Valdivia y en las riberas australes del Río Bueno.

Desde cinco años, la faz de la provincia ha cambiado casi del todo por la introducción del elemento extranjero que ha llamado la atención del comercio y de los chilenos mismos que no lo conocían sino de nombre. Valdivia no carecía tanto de brazos como de conocimientos y estímulo;.pero la abundancia de artículos alimenticios y la carencia de las necesidades que despierta la civilización, los mantenía entorpecidos. Luego que el gobierno, que tanto tenía que hacer a su rededor, pudo dirigir su atención al sur, reconoció que la emigración extranjera podría sólo hacer valer los recursos naturales de la provincia y supo ponerla a su alcance. Decretó la construcción de caminos, sin fijar término a estos gastos, concedió subsidios a los buques de vapor para regularizar la correspondencia y establecer el transporte de pasajeros. Se distribuyeron tierras a bajo precio a los emigrantes; y obtuvieron una protección efectiva y socorros pecuniarios: Se aumentaron las escuelas de instrucción gratuita; y, para dar a los colonos una nueva prueba de benevolencia, una agente especial del gobierno fue enviado a Valdivia para velar por su bienestar y constituirse de intérprete de sus necesidades cerca de las autoridades locales y del jefe supremo del Estado, con el cual está en relación directa.

Fácil es concebir una idea del progreso que tales medidas han traído a la provincia. Las tierras comenzaron a tener un valor, las ciudades una forma más regular; el antiguo sistema de construcción fue abandonado y artesanos de toda especie emanciparon a la comarca del tributo que pagaban a la industria del norte. Se introdujo un nuevo método de cultivo, y ya los molinos de trigo, máquinas de aserrar, grandes cervecerías, destilaciones y curtiembres comenzaron a figurar en la industria valdiviana. El concurso de los capitalistas del norte, a quienes el movimiento progresivo de la provincia y las necesidades de los ferrocarriles, en los que se trabaja simultáneamente en muchos puntos de la República, han llamado, da a los trabajos de bosque un impulso que jamás habían tenido antes.

La provincia está dividida políticamente en tres departamentos: Osorno, Unión y Valdivia propiamente dicho. El primero comprende en su jurisdicción todo el territorio al sur del Río Bueno; el segundo está formado por el valle central y los Andes, y el tercero está comprendido entre el departamento precedente y el mar.

PROVINCIA DE VALDIVIA-1855

Departamentos

Osorno
Valdivia
Unión
3

Subdelegación

4
6
8
18

Inspectorías

12
24
21
58

Parroquias

1
58
1
3

Población

11.291
8.935
9.192
29.418

Hombres

6.146
4.714
4.882
15.742

Mujeres

5.145
4.221
4.310
13.676

Escuelas Gratuitas

7
10
5
22

Escuelas Particulares

4
2
5
11

Colegios y liceos

1
1
-
2
Hospitales
-
1
-
1

 

Cabeceras de Departamentos
Su renta $
Ciudades y aldeas
Osorno
1.382
Trumag
Unión
1.006
Río Bueno
Valdivia
2.465
Corral, San José, Arique.
3
4.853
7

Comparación del censo de 1844 con el de 1854

Departamentos
1844 población
1855 población
Diferencia
Osorno
9.456
11.291
1.835
Unión
6.783
9.192
2.409
Valdivia
7.027
8.035
1.908
Total
23.266
29.118
6.152

Tengo motivos para creer que el censo de la población de esta provincia carece de exactitud. Las operaciones se practicaron bajo mis órdenes, y no obstante la importancia que yo daba a su ejecución, el aislamiento de sus habitantes, las distancias difíciles para recorrer en un momento dado, y sobre todo, la necesidad de multiplicar los agentes en una comarca donde se encontraban muy pocos hombres competentes que quisiesen encargarse de semejante trabajo, me inducen a pensar que no se ha registrado el número total de los habitantes. Bien conocidas son además las dificultades que opone siempre la ignorancia del pueblo al cumplimiento exacto de los censos.

Las ciudades de Valdivia son de la misma clase que las de Chiloé; la madera predomina en las construcciones, y las casas de dos pisos son miradas como verdaderas excepciones. En Chile las casas son regularmente muy bajas a causa del temor que inspiran los terremotos.

La ciudad de Osorno, situada en la confluencia de los ríos Damas y Rahue, fue fundada en 1558 por don García Hurtado de Mendoza. Destruida en 1603 por los araucanos, debe su nueva existencia al gobernador O'Higgins que la volvió a poblar en 1788. El recinto es soberbio y la demarcación hecha con cuidado. No tiene de notable sino su iglesia parroquial de piedra y el gran colegio de los misioneros que han embellecido dejando a descubierto las vigas más sorprendentes por su largo que han podido procurarse en la vasta selva de las cercanías de Rahue. Más de 600 emigrados del norte y del sur de Alemania se han establecido ya en Osorno y en los campos vecinos. La ciudad de la Unión no merece mención especial. Está situada a tres leguas al norte del río navegable Trumag o Río Bueno. Para adquirir alguna importancia por el comercio, debería ser transportada a la margen misma de este río. La ciudad de Valdivia, capital de la provincia y fundada en 1551 por el conquistador de Chile Pedro de Valdivia, fue destruida por los araucanos en 1559 y reconstruida y fortificada en 1645 por Leiva, según la orden del virrey del Perú, don F. de Toledo(68). Esta encantadora ciudad, situada a 4 leguas del hermoso puerto del Corral, en la ribera oriental del río Valdivia y en la confluencia del Calle Calle y del Cau-Cau, no tenía en 1850, otros atractivos que los que le prestaban la simple naturaleza y la seductora belleza de su situación. Al presente que el arte, el aseo y el buen gusto en los edificios, y que la industria y el comercio ejercen allí su influencia, se ha puesto inconocible. Se cuentan en ella 700 emigrados alemanes establecidos. Como capital de la provincia, es el asiento de las autoridades principales. La iglesia parroquial es el único edificio público que se hace notar por su tamaño, pero todavía no está concluida.

Las fuerzas militares de toda la provincia no consisten más que en una compañía de artillería de línea, una compañía de milicia de la misma arma, 884 soldados de infantería y 1648 de caballería, todos guardias cívicas.

En la provincia de Valdivia termina la jurisdicción religiosa del obispado de Ancud. No cuenta sino tres parroquias y una viceparroquia en el puerto del Corral; pero las numerosas misiones, que la costumbre más bien que la necesidad hace conservar aun en medio de las ciudades y en los campos sometidos desde mucho tiempo a al acción civil y religiosa, aumentan allí los medios de entregarse a los ejercicios prescritos por nuestra iglesia.

Los geógrafos, repitiéndose siempre, no han cesado de considerar a Valdivia como en el más completo aislamiento de la República. Sin embargo, su comercio con Concepción no ha sido interrumpido sino durante algún tiempo por la vía de tierra, en la época de la guerra de la independencia; pero se restableció luego después. Se ven, al aproximarse la primavera, grandes ganados de animales vacunos criados en Valdivia dirigirse hacia los mercados de Concepción, atravesando, sin escolta alguna, el territorio de esos araucanos, cuyas fuerzas y malevolencia hacia los europeos se ha exagerado tanto. Lo mismo sucede con el servicio de los correos que vienen siempre por tierra. Son muchas veces protegidos por los indios, quienes les procuran caballos cuando les faltan y suministran aun trabajadores para el sostén del camino.

El sistema de caminos usados en las secciones políticas que acabamos de recorrer es enteramente excepcional y perfectamente de acuerdo con los medios que la naturaleza ofrece para su formación y su mantenimiento. La espesa capa de hojas y ramas en putrefacción que cubre el suelo de las selvas, aplastándose gradualmente por la acción de los carros y de las patas de los caballos, determina una acumulación muy dañina de aguas de lluvia, de modo que los caminos son casi impracticables poco tiempo después de haber sido construidos a gran costo. Para remover este inconveniente y a falta de piedra y cascajo, se colocan en el camino toscos pisos formados de fuertes vigas, los que descansando sobre durmientes sumergidos en la humedad, tienen constantemente necesidad de reparaciones. Así, solo en los terrenos que el fuego ha despojado de la vegetación alta y en los valles centrales, es donde las vías de comunicación prestan el servicio que se espera de ellas.

Hemos hablado ya del estado de la industria en Valdivia. He aquí, algunos rasgos que caracterizan a los habitantes de esta comarca.

El valdiviano es por lo general poco inclinado al trabajo, es cierto que no siente la necesidad de él. Los habitantes de los departamentos de Osorno y de la Unión son los campesinos de la provincia. La agricultura absorbe su atención; la navegación, no obstante los ríos navegables, es casi nula para ellos. Los del departamento de Valdivia, al contrario, abandonan la agricultura, que la presencia de las selvas hace tan difícil, y son, así como los chilotes, verdaderos marinos y cortadores de madera. No conocen más que el hacha y el remo que manejan con una destreza admirable. El valdiviano del norte estando más en contacto con los indios, muestra en sus costumbres el punto de transición que separa la barbarie de la civilización. La agricultura, la explotación de maderas y la marina no tiene encantos para él; no se entrega a estos trabajos sino con desidia y cuando es impelido por una necesidad urgente. Es apasionado por los licores espirituosos, gusta del comercio de cambio con los indios, cuyo idioma posee perfectamente y suministra a los convoyes de animales, excelentes cabalgadores para conducirlos al través del territorio indio hasta Concepción.

La instrucción primaria comienza a desarrollarse entre los indios incivilizados, gracias a las escuelas establecidas en su territorio por los misioneros bajo los auspicios del gobierno. En Valdivia, sobre 8,31 habitantes hay uno que sabe leer y escribir y uno sobre 6,92 que sólo sabe leer.

En cuanto al comercio, la exportación se refiere sólo a Corral, bien que se haga igualmente por Río Bueno. Los artículos que figuran de preferencia son, para el extranjero, quesos, maderas de construcción y objetos de historia natural, todo en pequeñas cantidades. El principal artículo para el consumo y para el comercio exterior es igualmente la madera, la que representa más de la mitad del valor de las exportaciones; el queso entra por una tercera parte, y los animales vacunos, las pieles de animales, los utensilios de barro, la cerveza, el aguardiente de granos y algunos otros productos industriales suministran el resto.

CUADRO DEL COMERCIO INTERIOR Y EXTERIOR DE LA PROVINCIA, POR EL PUERTO DE VALDIVIA, DURANTE UNA SERIE DE AÑOS

Año
Comercio
Piezas de Madera
Valor
$
Total
$
Productos diversos
$
Total
$
1844
exterior

0

0
29.327
1.028
16.784
interior
98.214
29.327
15.756
1846
exterior
0
0
24.939
0
23.597
interior
76.106
24.939
23.597
1848
exterior
0
0
45.648
0
29.049
interior
160.567
45.648
29.049
1850
exterior
4.942
2.221
73.756
158
27.405
interior
261.226
71.535
27.247
1852
exterior

58.202

2.485
87.469
580
20.390
interior
305.912
84.984
19.810
1855
exterior
13.730
7.868
114.636
1.639
55.722
interior
132.303
106.767
54.083

En este último año, el trigo y la harina entran de un golpe por más de un tercio en la cifra de los valores industriales y la exportación de los cueros en bruto ha dado lugar a la de los cueros curtidos.

He aquí los datos oficiales sobre el número de las propiedades territoriales, su renta calculada y el número de la contribución del diezmo tomado sobre sus productos agrícolas en 1852(69).

Provincias
Departamentos
Propiedades
Entradas
Diezmo
Valdivia Valdivia
201
12.033
502
Osorno
248
21.529
799
Unión
275
23.284
1.229
Total
724
56.846
2.520

 

 

__________

Notas

* La palabra Araucanía es aplicada por los extranjeros para designar, en Chile, el territorio ocupado por los indios que habitan el norte de la provincia de Valdivia y el sur de la de Arauco. Esta designación no existe ni en la geografía chilena ni en ningún acto legal.
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** En 1826 se enviaba todavía de Valparaíso a Valdivia, para el sustento de la guarnición, harina, sebo y grasas, artículos que Valdivia exporta al presente.
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68 La ciudad de Valdivia no se reconstruyó por orden del virrey del Perú Francisco de Toledo, sino por la del virrey Marqués de Mancera, que mandó a su hijo, Antonio de Toledo y Leiva, el año 1645, para tal objeto.
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69 Datos obtenidos de la misma fuente indicada en la nota N° 66.
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