Oficio de la Junta de Concepción para que se retiren de Santa Bárbara los padres misioneros y entreguen el hospicio al cura de la villa.

20 de diciembre de 1811.

Con esta fecha previene esta junta a los RR. PP. del hospicio misional de Santa Bárbara lo que sigue:

Persuadida esta junta del ningún fruto espiritual que VV. PP. pueden lograr de los indios de esas reducciones y que por esta causa se había acordado anteriormente la traslación de este hospicio a Villocura, previene a VV. PP. que se retiren al colegio de Chillán, así por ahorrar el gasto superfluo de su permanencia que no puede sufrir la escasez del Erario, como porque los actuales movimientos de los indios alejan más cada día la esperanza de sacar algún aprovechamiento de ellos, siendo por otra parte necesario, según se ha propuesto reedificar la iglesia parroquial de esa plaza para lo cual tampoco hay caudales con que poderlo hacer por ahora, en cuyo concepto VV. PP. pondrán a disposición del cura las piezas de su habitación en el estado de estrechez e incomodidad que se hallan por estarse todo haciendo de nuevo.

Se lo traslada a VV. PP. RR. para su inteligencia y gobierno.

Dios guarde a V. P. R. muchos años.

Concepción, 20 de diciembre de 1811.

Pedro José Benavente.- Dr. Juan Martínez de Rozas.- Luis de la Cruz.- Bernardo Vergara.-Licenciado Manuel Fernando Vásquez de Novoa.

R. P. guardián del colegio de Chillán.

Certificación

En virtud de la comisión que se nos dio por los padres discretos de este apostólico colegio de Chillán hemos visto y reconocido este documento y certificamos que está fiel y legalmente copiado y concuerda con el original que se presentó a que nos remitimos. Y para que conste lo firmamos en el sobre dicho Colegio de Chillán en veinte y tres de julio de mil ochocientos diez y seis.

Fray Domingo González.- Fray Francisco Javier de Alday.

NOTA PRIMERA.
Odio de Martínez de Rozas a los padres del colegio de Chillán.

Hallándose ruinoso este hospicio se entabló expediente por los padres misioneros para su refacción o reedificación; en virtud de decreto superior pasó a reconocerle el señor coronel de ingenieros don Francisco Carrasco y calculó los costos de su precisa reedificación.

Llegado el expediente a la Junta Provincial de esta Intendencia, el asesor don Juan Martínez de Rozas, notorio libertino, primer actor de la revolución del reino y enemigo declarado, no menos de estos piadosos establecimientos, que de los padres del colegio de Chillán que no los podía sufrir por el celo con que se oponían a su irreligión, atrasó en la consulta los votos de los demás que la componían, menos el del señor intendente don Luis de Alava, y bajo las mismas razones que expone el oficio de arriba se dijo que el gasto de los padres misioneros que en él residían y que los costos de la reedificación eran superfluos y perjudiciales al Erario en cuyos términos pasó la consulta al Superior Gobierno del reino.

La Junta Superior de Real Hacienda en vista de lo expuesto por la Provincial de Concepción, libró decreto para que el padre prefecto de misiones dijera sobre el particular lo que tuviera por conveniente, como lo hizo; y hecho devolvió el expediente a la Junta Superior quien visto lo que exponía dicho padre, resolvió con unanimidad de votos de los señores que la componían, que a mayor brevedad se reedificará el hospicio con material de ladrillo y como pedía el padre prefecto de misiones.

No debe admirar que hallándose ahora el expresado Martínez de Rozas en posibilidad de arruinarle libremente, aprovechará la ocasión.

 

NOTA SEGUNDA.
Causas que han influido en la revolución de Chile

Con motivo de la nota anterior y de que Su Majestad desea saber las causas que pueden haber influido para formar la revolución y generalizarla, debo decir que en este reino y en el virreinato de Buenos Aires puede haber influido mucho el descuido en observar con atención solícita las doctrinas que se enseñaban y explicaban y la moralidad de los jóvenes concurrentes, particularmente en las escuelas públicas y generales.

Es notorio que para la seducción, perdición y ruina de la ciudad y provincia de Concepción, contribuyó mucho la doctrina impía en que instruía el Doctor Martínez de Rozas a una partida de jóvenes de los distinguidos de dicha ciudad, que se juntaban en su casa, con el objeto de instruirse y esparcían las semillas entre los demás amigos y compañeros.

Asimismo, este colegio temió muy de antemano fatales resultas de la Universidad de Córdoba.

Aún vive un religioso individuo de él que observando cuidadoso el modo de producirse algunos sujetos que cursaron aquellas escuelas, decía cuando se ofrecía tratar estas materias.

Si en mí consistiera, haría que se cerrase por lo menos cuarenta años la Universidad de Córdoba, hasta que se perdiera la mala semilla que hay en aquella juventud.

Y hace más de veinte y dos años que pensaba y hablaba así.

En efecto, si se inspecciona con reflexión, quizá y sin quizá, se hallará que la cuna de estas serpientes que tanto han inficionado el virreinato de Buenos Aires y el reino de Chile fue la Universidad de Córdoba, particularmente en la cátedra del derecho.

Fray Juan Ramón, Guardián.