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Relación que de la Conducta Observada por los Padres Misioneros del Colegio de Propaganda Fide, de la Ciudad de Chillán, Desde el año 1808 Hasta Fines del Pasado de 1814, Hace su Prelado el Reverendo Padre...
2. Sobre el traslado de Santiago por disposición del Supremo Gobierno del Reino del

Sobre el traslado de Santiago por disposición del Supremo Gobierno del Reino del colegio de naturales al de Chillán

19 de septiembre de 1815.

Señor Gobernador político y militar:

Fray Juan Ramón, Predicador General Apostólico y Guardián del Colegio de San Ildefonso de Chillán, parece ante V. y dice: que conviene al derecho de dicho colegio se sirva V. mandar que el Escribano de Cabildo me dé a continuación de este pedimento un testimonio autorizado en pública forma y de manera que haga fe de los documentos que con la solemnidad necesaria presenta a V. y que hecho me devuelva los originales con el testimonio que solicito: por tanto a V. pido y suplico que habiéndome por presentado se sirva mandar hacer según y como llevo pedido que es justicia &.

Fray Juan Ramón, Guardián.

Chillán y septiembre 19 de 1815.

Por presentados los documentos que se citan y vistos: el presente Escribano de S. M. Público y de Cabildo, dará al Reverendo Padre Guardián a continuación de este decreto los testimonios que pide autorizados en pública forma y de manera que hagan fe y hecho le devolverá los originales con el testimonio para los efectos que le convengan.

Carvajal.- Arriagada.

Copia del Capítulo de la sesión del día cinco de octubre de mil ochocientos once.

Siendo la base de la pública felicidad la educación de la juventud debe ser el primer objeto de una buena constitución.

Para empezar a preparar los materiales de esta grande obra y sin aguardar a su conclusión tratar de que logren desde ahora en el modo posible de este bien, los que carezcan de él por falta de una enseñanza que haga útiles a la patria sus talentos y aptitud, se acordó prevenir a la Junta de Gobierno, que mande pasar a la Secretaría del Congreso todos los expedientes concernientes a establecimientos públicos de esta naturaleza y principalmente el que en estos días ha promovido el Director de la Academia de Matemáticas, sobre la reunión de ellas al Colegio Carolino y plantificación de una Escuela Militar para los Cadetes de todos los Cuerpos.

Que siendo conformes a la sana política el que los indios recibiendo los mismos beneficios olviden la chocante distinción que los mantiene en el injusto abatimiento, y en el odio hacia un pueblo de quien deben ser unos individuos si no privilegiados, a lo menos iguales, para ello se les admita y sostenga en éste y demás colegios, sin diferencia de los demás descendientes de españoles y que a ese fin se destinen los dos mil pesos anuales que sin fruto se han invertido en el Seminario de Naturales, erigido antes en esta capital, y trasladado hoy a Chillán, se prevenga a la junta Gubernativa y que mande cesar esta erogación, continuando únicamente la pequeña parte que se gasta en mantener dos o tres niños que actualmente se emplean aquí en aprender oficios mecánicos, mientras continúen y se cumple el tiempo de su aprendizaje.

Que esta resolución se avise a la Junta Provincial de Concepción, para que la haga entender a los indios y exponga lo que halle conveniente para que tenga todo su lleno las miras bienhechoras del Congreso.

Es copia de los Capítulos de las Sesiones citadas que se hallan en los libros de actas de este Congreso.

Santiago, octubre 21 de 1811.

Manuel  de Salas, Diputado Secretario.

Es copia de que certifico.

Santiago Hernández.

 

Acompaño a Vuestra Merced el expediente sobre abono de seiscientos pesos que ha invertido en gastos del Colegio de Naturales para que instruya la correspondiente cuenta como solicitan los ministros de Real Hacienda y respecto a que dice V. no haber recibido la orden en virtud de la cual ha debido cesar en dichos gastos, se la incluyo nuevamente para su resguardo.

Dios guarde a Vuestra Merced muchos años.

Concepción 29 de octubre de 1812.

Pedro José Benavente.

Señor Ecónomo don Francisco Lazcano.

Concuerda este trasunto con los documentos que ha presentado el reverendo padre guardián los que le devolví.

Van fiel y legalmente copiados y concertados a los que en caso necesario me refiero; y para que conste de pedimento de dicho reverendo padre guardián y en virtud de lo mandado doy el presente en esta ciudad de San Bartolomé de Chillán en diez y nueve días del mes de septiembre de mil ochocientos y quince años, y en fe de ello, lo signo y firmo.

En testimonio de verdad.

Juan Manuel Arriagada. Escribano de Su Majestad Público y de Cabildo.

Certificación

Certificamos los infrascritos asignados por los padres discretos de este apostólico colegio de Chillán para reconocer y confrontar la legalidad de estos documentos con los originales y copias oficiales que demoran en su archivo y presentó el reverendo padre guardián; y decimos que este documento está fiel y legalmente copiado y concuerda con el testimonio presentado a que nos remitimos. Y para que conste lo firmamos en el sobre dicho colegio de Chillán veinte y tres de julio de mil ochocientos diez y seis.

Fray Domingo González.- Fray Francisco Javier de Alday.

 

 

Nota

El colegio de naturales de que se trata en este testimonio, se trasladó de Santiago por disposición del Superior Gobierno del reino y se confió a este de Chillán en cuya contigüidad se estableció el año de 1787.

Por su constitución el prelado de la comunidad era el Rector, a cuyo cargo estaba sacar de ella dos religiosos idóneos para la instrucción de los colegiales con aprobación del Superior Gobierno; uno de ellos para las primeras letras y el otro para la gramática, debiendo residir los dos en el colegio para el cuidado de sus alumnos.

Asimismo, debía el Rector dar parte al Superior Gobierno de sus adelantamientos; y cuando se hallaba alguno competentemente instruido en la gramática, se participaba para que el Gobierno proveyese su remisión a la capital, donde por ley debía continuar la carrera de las letras o tomar el giro de su inclinación, lo que facilitaba el Gobierno mismo de cuenta de la Real Hacienda y también se practicaba lo mismo con los que no queriendo continuar las tareas de la gramática, querían pasar a Santiago para tomar otro giro.

En los veinte y cinco años que permaneció este establecimiento los vecinos de esta ciudad y sus campañas, como los de otros partidos lograron la proporción en que tanto interesa el público de la educación de sus hijos en la doctrina cristiana, leer, escribir, contar y gramática; como asimismo la moderación de sus costumbres primeras, mediante el santo temor de Dios que se les procuraba inspirar con la frecuencia de los santos sacramentos y consejos saludables, asistiendo en una misma escuela y aula juntos los alumnos indios y los españoles concurrentes.

El fruto que se sacó de los indios es, como se sigue:

Dos clérigos sacerdotes, uno de ellos es muerto, y el otro es Teniente de Cura en el obispado de Santiago.

Un Religioso dominico, sacerdote que tomó el hábito en dicha capital.

Dos franciscanos: uno es corista y acaba de concluir el curso de filosofía, y el otro, después de haber estudiado filosofía y teología y ordenado de sacerdote, fue destinado por sus prelados para maestro de gramática en Mendoza y hoy se halla de capellán de la guarnición de un fuerte construido a la otra banda de la cordillera para resguardo de los indios pehuenches y a fin de que los aconseje como a hermanos.

Otro de sus alumnos está estudiando la teología en la universidad de la capital del reino.

Otros dos se presentaron para seguir, uno la carrera de la medicina, y otro la de las leyes.

En la milicia se hallan incorporados dos con plaza de distinguidos y otro más con la de sargento.

En la Isla de la Laja vive uno, casado y bien acomodado.

Este sacó de la infidelidad a su madre, a una hermana suya y a un sobrino, los que tiene a su lado; mantiene escuela para los pobrecitos de aquel país; ha hecho muchos buenos servicios en los indios a favor de los españoles; y ahora trabajó para sacar a los indios del error en que los pusieron los insurgentes; otro está casado en Yumbel y es el maestro de escuela en aquella plaza.

Algunos con la buena letra se han acomodado en los escritorios de diferentes personas; y muchos se han dedicado de propia voluntad a oficios mecánicos de su inclinación, pero todos bien zangados en la doctrina cristiana y con la ventaja de saber leer y escribir por lo menos advirtiendo que ninguno de cuantos salieron de la tierra para alumnos del colegio ha vuelto a la infidelidad.

Esto es en cuanto a los indios.

Pero en cuanto a los españoles, está de manifiesto su mayor aprovechamiento por su mayor número y otras personales circunstancias.

Uno de sus frutos de que siempre se debe gloriar, es el señor don José Antonio Rodríguez, Auditor de Guerra en el ejército del reino y Oidor de su Real Audiencia.

 

Nueve sacerdotes seculares; tres religiosos sacerdotes de la sagrada orden de predicadores y cuatro más de la de nuestro padre San Francisco.

Cuatro maestros de gramática, uno en Santiago, otro en Concepción, otro en la villa de Linares y el cuarto en esta ciudad de Chillán, con otros muchos que después de estudiada la gramática han girado el rumbo de su inclinación.

Por lo expuesto, se manifiesta la malignidad de esta Acta en la que se advierten tres defectos muy notables.

Primero, cuando dice, que: “Es conforme a la sana política que los indios recibiendo (en la instrucción) los mismos beneficios (que los españoles) olviden la chocante distinción que los mantiene en el injusto abatimiento y en el odio hacia un pueblo de que deben ser unos individuos, si no privilegiados a lo menos iguales".

Supone una falsedad; como si no hubieran sido tratados hasta ahora con atención igual y aun superior a los españoles; así por el Rey que tanto los distingue por sus franquicias, siendo una de ellas el establecimiento del colegio suprimido; como también por los jefes del reino que siempre los protegen con amor, y las personas sensatas que notablemente los aprecian y favorecen.

Segundo, la expresión del decreto que se pone como motivo para suprimir dicho establecimiento y de que al fin que se propone: "Se destinen los dos mil pesos anuales que sin fruto se han invertido en el seminario de naturales".

Es falsa y falsísima como se manifiesta por lo expuesto arriba.

Tercero, la expresión sobre la asignación que dice de los dos mil pesos anuales es abultada y confusa.

Esta asignación era para que sin pasar de ella, se tomara lo necesario para la subsistencia de los maestros y alumnos con cuenta y razón, quedando el resto para enterar sobre la dicha cantidad en el año siguiente.

En el mismo testimonio tenemos el esclarecimiento de esta confusión.

El auto se acordó en 21 de octubre del año de 1811; su ejecución fue en 29 del año siguiente de 1812, y aquí se ve que en todo el año que media desde que el auto se acordó hasta su ejecución el colegio de naturales en todos sus gastos sólo invirtió la cantidad de seiscientos pesos como consta de la cuenta que presenta el ecónomo para que se le abone este gasto; y así quedaban restantes mil y cuatrocientos pesos para enterar sobre ellos la cantidad de los dos mil de su asignación anual.

Lo cierto es que como su sistema no necesitaba de doctrina cristiana ni de sacerdote, se hacía preciso suprimir este establecimiento, aunque tan útil al bien común, por lo que tenía de religioso, aunque para esto fuera necesario desacreditar, mentir, y alucinar al pueblo incauto, hasta sofocar en él las ideas del cristianismo con las pomposas de escuelas militares y colegios de matemáticas, y esto en Chile: ¡Qué miseria!

Fray Juan Ramón, guardián.