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Relación que de la Conducta Observada por los Padres Misioneros del Colegio de Propaganda Fide, de la Ciudad de Chillán, Desde el año 1808 Hasta Fines del Pasado de 1814, Hace su Prelado el Reverendo Padre...
1. Contestación que dio el padre guardián de este colegio, fray Antonio Rocamora al

Contestación que dio el padre guardián de este colegio, fray Antonio Rocamora al padre reverendísimo de Indias sobre la patente impresa que con fecha de 8 de julio remitió su reverendísima el año de 1809

 

Colegio de Chillán y diciembre 27 de 1809.

Reverendísimo Padre Comisario General:

He recibido de Vuestra Reverendísima una Patente impresa con fecha de 8 de julio de este año y su duplicado que llegó en el mismo correo en que después de la muy sabia y verídica descripción que nos hace de la suerte de nuestra España, ya triste y espantosa por los acaecimientos anteriores de Napoleón motivados por su diabólica astucia; ya lisonjera por el buen semblante que descubren las cosas, me ordena que por los fines que expresa dicha Patente, dirigidos a implorar la Divina clemencia, se canten en este su colegio dos misas solemnes con el Santísimo manifiesto y que se diga en las rezadas la colecta Tempore belli y se recen en el oficio divino la conmemoración de la Purísima Concepción de María Santísima, de Santiago y nuestro padre San Francisco, terminándolas con la dicha oración Tempore belli, y que se cante una vigilia con su misa solemne correspondiente por los difuntos, tan beneméritos que por nuestra libertad y Religión perecieron en la guerra.

Todo se cumplió con mucha devoción inmediatamente, y se irá cumpliendo con exactitud y para que los padres misioneros hagan lo mismo en sus misiones de infieles en la parte que puedan, les pasé aviso de la dicha Patente, la cual después de leída en comunidad como se acostumbra, la archivé.

Y además participo a Vuestra Reverendísima que al mismo fin se habían hecho en este colegio algunas rogativas y funciones solemnes cuya obligación reconocí desde luego indispensable a mi cargo como lo es en semejantes casos, a cualquier prelado.

Luego que el Emperador de la Francia manifestóse lobo rapaz y león devorador contra la España, cantamos una misa Solemne a la Patrona universal de España y especial de nuestra orden, la Purísima Concepción, con su respectivo sermón, a cuya función precedió la novena correspondiente al mismo Misterio.

Además de esto, sabiendo los horrendos ultrajes que nuestros enemigos hacían a nuestras iglesias enfureciéndose sobre todo contra el Santísimo Sacramento, hicimos en desagravio una función solemnísima en estos términos:

Primero, se retocó el Sagrario comulgatorio para trasladar a él al Señor, se cantó una misa solemne con el mismo Señor patente, y su respectivo sermón; por la tarde se hizo por las calles de la ciudad una procesión solemnísima llevando yo al tesoro de cielos y tierra y el palio seis sacerdotes revestidos con los ornamentos más vistosos y ricos de albas y casullas que se hallaron; se vistieron de ángeles tres niños, para decir a honor del Sacramento tres loas; a todo lo cual acompañó la música de una harpa [sic], encordada para realzar su eco y armonía con cuerdas de clave y el canto de una letra relativa al Sacramento.

Entrando en la Iglesia, nos dirigimos a dicho Sagrario donde precediendo el himno y colecta acostumbrados, se colocó la Custodia de nuestro tesoro y compendio de las maravillas de Dios y se dio fin a la función a que concurrió mucha gente... y quedamos muy consolados por haber en parte desagraviado al Señor de tantos ultrajes como recibió y sufrió con infinita humildad de aquellos mismos por quienes al fin de su vida derramó en la misma Eucaristía las riquezas de su amor divino.

Después del retoque del Sagrario dicho se renovó también el depósito del Altar mayor y para la colocación se cantó una misa solemne.

Por lo respectivo a exponer el Santísimo en la misa y hacer procesión por la calle, se pidió con tiempo licencia al señor Provisor de Concepción, quien la franqueó gustosísimo dándonos las gracias del celo de la honra del Señor.

Todo esto se había practicado en el Colegio mucho antes de ahora, según las noticias que teníamos de la triste situación de la España.

Mas como todo nos parecía poco, así para aplacar las iras del Señor, como para honra de su Santo nombre blasfemado por nuestro enemigo y para la restitución al trono de nuestro amable Fernando VII pensé ser muy justo añadir a nuestras mortificaciones ordinarias alguna particular; y por tanto a las disciplinas y comunes de lunes, miércoles y viernes, añadí otra en día sábado, dirigida a la Santísima Virgen nuestra patrona en su Inmaculada Concepción, para que interponiendo su poderosa intercesión nos alcance el mayor bien que es la paz con total victoria de nuestros enemigos y restitución de nuestro deseado monarca, a cuya disciplina concurren gustosos los religiosos, terminándola con la deprecación a la Santa Virgen Sub tuum Presidium &: y esta disciplina durará hasta ver libre de su duro cautiverio a nuestro inocentísimo y amantísimo soberano Fernando VII.

Para las paces que miramos ya cerca, tengo dispuestas otras dos funciones con sus sermones respectivos que están encargados: la primera, en acción de gracias al Padre de las Misericordias y Dios de toda consolación; la otra, en recomendación y sufragio de nuestros difuntos que sacrificaron sus vidas por la libertad de la patria y religión cristiana.

Nada de todo esto había participado hasta ahora a Vuestra Reverendísima, porque a decir la verdad, no me había ocurrido, siendo como dije antes en estos casos del bien público de la monarquía y de la iglesia, consecuencia precisa del oficio de cualquier prelado.

Ahora con ocasión de la Patente que nos remite y viendo por ella que otros Prelados le han comunicado de oficio lo que han practicado en sus comunidades se lo participo para que tanto más se dilate el ánimo de Vuestra Paternidad Reverendísima, esperando de nuestro Padre Celestial que al fin vencido de nuestras humillaciones y clamores, como hijos arrepentidos arrojará en breve de la mano la vara que había tomado para castigar nuestros yerros pasados: así lo deseamos y le ruego guarde por muchos años la importante vida y salud de Vuestra Paternidad Reverendísima, cuya mano besa pidiendo su bendición su muy afecto y humilde súbdito.

Fray Antonio Rocamora.

 

Adición. Además de lo arriba dicho, para obligar más y más al Señor a que en medio de sus iras se acordase para perdonarnos de su gran misericordia y de la muchedumbre de sus miseraciones, cantamos una misa solemne al príncipe gloriosísimo San Miguel, arcángel general de los ejércitos celestiales y patrono de las misiones y otra con sermón al martillo de los herejes, al milagrero de España y consuelo de todos, San Antonio de Padua y a este mismo fin apliqué un día todas las misas de la comunidad a quien encargaba en todos los capítulos de culpas que tuviesen presentes en la presencia de Dios las aflicciones de la iglesia, del pontífice, del señor Fernando VII y de toda la monarquía y por consiguiente de nuestro colegio y misiones.

Reverendísimo Padre Comisario General Fray Pablo de Moya.

Certificación

Certificamos los infrascritos asignado por los padres discretos de este apostólico colegio de Chillán para reconocer y confrontar la legalidad de estos documentos con los originales y copias oficiales que demoran en su archivo y presentó el reverendo padre guardián y decimos que este documento está fiel y legalmente copiado y concuerda con la copia presentada a que nos remitimos. Y para que conste lo firmamos en el sobre dicho colegio de Chillán en veinte y tres de julio de mil ochocientos diez y seis.

Fray Domingo González.- Fray Francisco Javier de Alday.