De pocos años a esta parte se hace en Chile un gran consumo de aguardiente ron. Se trae de fuera contra las ordenes saludables del gobierno e interés del país, cuyo numerario se minora por el lujo unido a la falta de industria nacional. Esta falta es principalmente sensible en un artículo, cuya importación subsiste por sólo desidia, pues no hay cosa más fácil que hacer el Ron en abundancia, y con pocos costos. El siguiente método es de un autor de gran crédito.
"La miel (dice) es aún muy útil por el secreto que se ha hallado de convertirla por medio de la destilación en un aguardiente, que los ingleses llaman Rum. Esta operación es muy sencilla, y se hace mezclando y disolviendo un tercio de miel con dos tercios de agua. Déjanse fermentar estas dos substancias suficientemente, lo que se logra a los doce o quince día días. Entonces, este líquido fermentado se pone en alambiques limpios, y se destila por el método ordinario. El Ron que se saca iguala en cantidad a la cantidad de miel que se ha empleado".
Es pues evidente que una botija de miel dará otra de Ron.